Capítulo 25 ☣ Culpa

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Este fue un mal día después de todo. Las extrañas cosas que estuvieron sucediendo se multiplicaron antes de cerrarse los muros al atardecer.

Ben era de los mejores corredores que había, era un buen amigo, siempre estuvo dispuesto a ayudar a los demás. Pero ahora no, ahora su piel lucía diferente, él actuaba diferente, era otra persona. Todo lo que había de ese buen «Ben» se había marchado de él. Ahora babeaba y lloraba como un niño, sus ojos rojos e irritados se veían como brotados de sus cuencas, las venas se marcaban por todo su cuerpo. Se resistía al ser tironeado por Minho, quien lo dirigía con fuerza hacia la puerta oeste del laberinto.

Ni Thomas ni yo comprendíamos nada de lo que sucedía, o de lo que sucedería a continuación, pero Chuck que observaba a la distancia, dió media vuelta y caminó en dirección contraria, como quien sabe que está a punto de presenciar algo espantoso y prefiere no formar parte de ello.

Y así fue: algo completamente espantoso y difícil de ver. Ben fue obligado a entrar al laberinto justo antes de que las puertas se cerraran. Yo, que sabía que nadie sobrevivía a una noche ahí dentro dejé salir el llanto que me había guardado desde que llegué a este calvario. Mis ojos se llenaron de lágrimas por primera vez desde que mi mente puede recordar.

Entendí de la forma más dura y más cruel que así como Ben, todos nosotros corremos el mismo peligro. Porque hasta ese momento estuve creyendo que ir al laberinto era una forma genial de escapar de la rutina del Área y de su encierro, pero en realidad nos estábamos exponiendo, a cualquiera de nosotros podía pasarle algo similar siendo corredores. ¿Y si fuera yo la siguiente? ¿Y si fuera Minho?

Mi mente aún no podía procesar lo sucedido. Miré el rostro de Thomas y también advertí lágrimas en sus ojos. Vi cómo Newt y Minho nos miraron con expresiones que no pude descifrar: ¿compasión, pena?
Le dije a Thomas «—Vamos»; ya no podíamos seguir estando ahí.

Llegó la noche y yo seguía con Thomas. Él era la única persona con la que podía estar en ese momento. Era el único que podía comprender todo lo que sentía: confusión, miedo, enojo, dolor. Nos sentamos en una mesa a cenar en silencio. A pesar de lo confundida que estaba en ese momento no quería respuestas, sólo deseaba poder procesar todo lo sucedido de la mejor manera posible e intentar olvidar.

—Lamento que hayan tenido que ver algo así —nos dijo Alby sentándose a nuestra mesa, pero guardamos silencio—. Quería ver cómo están después de lo que pasó.

—¿Cómo crees que estamos?

—Entiendo, pero no piensen en eso. Sólo intenten olvidarlo todo.

—Olvidarlo todo, ¡Ja! —dije irónicamente—. Olvidaría si pudiera hacerlo, ¿crees que es fantástico pensar que el pobre de Ben en este momento puede estar siendo devorado por aquellas cosas que ninguno de ustedes es capaz de describir? —noté que Thomas bajó la mirada tras mi comentario y cerré la boca.

—Lo siento chicos, pero a veces hay que tomar decisiones difíciles si se quiere sobrevivir. Si uno debe morir para preservar a muchos... ya saben —nos observó por varios segundos pero al toparse con una pared de silencio se levantó y se fue pronunciando un último «lo siento».

Miré a Thomas y supe que él estaba mucho peor que yo. Además de sentir todas las cosas que yo sentía, él tenía un fuerte sentimiento de culpa porque se creía responsable de alguna manera por lo que le había sucedido a Ben. Él pensaba erróneamente, que si no hubiera ido al bosque en ese momento Ben no habría tenido a nadie a quien atacar y hubiera podido al menos librarse de su expulsión, pero era una mentira. De cualquier modo lo hubiera hecho, con cualquiera, o al menos eso es lo que yo creo que hubiera sucedido e intentaba hacérselo entender cómo podía.

|| CRUEL ES BUENO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora