Capítulo 41 ☣ Seguridad

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El sueño nos fue venciendo a uno por uno porque el camino era muy largo, yo esperé a que Minho se durmiera para poder hacerlo también. Viajaríamos muchas más horas y estábamos realmente agotados. En algún punto de mi sueño desperté porque él temblaba y se sacudía en su lugar, parecía que estaba teniendo una pesadilla.

—Ho —dije cerca de su oído para no despertar a los otros—. Ho... —Lo estremecí ligeramente para que despertara sin sobresaltos, pero lo hizo de golpe de todos modos.

—¿Eh?

—Estabas muy inquieto, pensé que lo mejor era despertarte.

—Soñaba con esos penitentes de plopus.

—¿Estás bien?

—Estoy vivo.

—Eso es suficiente... aunque probablemente ahora yo esté soñando porque sigues aquí.

—No lo creo, a menos que ya haya muerto y no lo sepas todavía.

—Eres un garlopo ¿lo sabías?... Sí pudiste seguir corriendo pero querías quedarte para hacernos la vida miserable a Newt y a mí.

—No quería que por mi culpa... Olvídalo... Es que si Chuck murió, y murieron los otros, yo no habría importado... Uno más, uno menos —intentó sonar indiferente ante los hechos, pero yo sabía que éstos le estaban afectando más de lo que quería mostrar.

—Eso no es cierto. Yo me habría devuelto por ti si hubiese tenido que subir primero al helicóptero... Y si hubiese tenido que quedarme contigo no me importaría la muerte.

—Lo sé —sonrió—. «Ho...» ¿cuándo lo recordaste?

—Hace días en el Área. Tuve otro sueño y recordé que un día dos niños se hicieron una promesa... seguir juntos ¿lo recuerdas?

—Sí, eso fue lo que soñé aquel día en el manantial... Y otras cosas, recordé algo más.

—¿Qué? ¿Qué recordaste?

—No puedo decírtelo aquí.

—Vamos, Minho, dime.

Me dejó a la expectativa por unos segundos en medio de aquella atmósfera de calma que nos envolvía, sólo se podía escuchar el sonido de las hélices al rotar. Acercó su rostro al mío lentamente, acarició mi mejilla con delicadeza y después besó mis labios. Fue un beso diferente al anterior, era tan suave, tímido y acogedor. No había nada en mi mente en ese momento excepto él. No había visto morir a nadie a mí alrededor, no había monstruos, ni adultos de moral cuestionable que secuestran niños para experimentar con ellos. Ese momento era perfecto.

Podía sentir la calidez de sus labios, los movía en un perfecto compás acoplado a los míos, aunque estaba un poco débil, eso no impidió que me regalara un beso ideal que recordaría por siempre. Nunca imaginé que me llegaría a sentir de esta manera a su lado, jamás hubiera pensado que me enamoraría de ese chico fuerte y un tanto agresivo que me derribó cuando llegué al Área. Habría sido una idea absurda si alguien me lo hubiese comentado en ese entonces, pero ahora así es. Esto es real.

Después de besarme juntó su frente con la mía y respondió: «—Nuestro primero beso... eso recordé».
Sentí que me derretí en ese momento. Lo abracé y escondí mi rostro en su pecho, todos dormían a excepción de nosotros dos y del piloto que se encontraba en la cabina.

Horas después llegamos a unas instalaciones gigantescas. Nos introdujeron en ellas y al poner pie adentro, dos personas acostaron a Minho sobre una camilla y se lo llevaron hacia otra parte del lugar. Tenían que curarlo, eso lo entendí, pero no el hecho de que no me permitieran ir con él.

|| CRUEL ES BUENO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora