Capítulo 39 ☣ Chuck

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Thomas se acercó a la puerta y su mano temblorosa sujetó la manija deteniéndose unos segundos, mientras los demás aguardamos en absoluto silencio. Quizás pensó en la enorme posibilidad de encontrarnos del otro lado con un nuevo grupo de penitentes, al menos eso se cruzó por mi mente. Empujó la manija hacia abajo y lentamente comenzó a deslizar la puerta hacia adelante: había silencio del otro lado. No sé si eso era bueno, o era malo.

Cuando la puerta se abrió por completo observamos la escena horrorizados: era un gran laboratorio destruido que se revelaba delante de nosotros, lleno de cuerpos sin vida por todas las estancias. Algo muy malo había pasado allí. No era el lugar seguro que esperábamos encontrar, y definitivamente no parecía un lugar donde quisiéramos estar.

—¿Y qué tal si hay algo contagioso aquí, o si las personas que hicieron esto siguen en alguna parte? —preguntó Teresa notablemente nerviosa.

—Ya lo averiguaremos —le respondió Thomas y caminó adentrándose en el laboratorio.

Todos le seguimos el paso observando a nuestro alrededor: pantallas que mostraban el Área en tiempo real, fotos e información sobre cada uno de nosotros, actividad física y cerebral... nos estuvieron observando y estudiando todo este tiempo.

Newt: ¿Y ahora qué?

Sartén: Quizás moriremos de hambre aquí.

Zora: ¿Qué debemos hacer ahora? Minho perdió mucha sangre y se encuentra muy débil...

Minho: Yo estoy bien, no se preocupen por mí.

Zora: No estás bien, estás herido.

Minho: Estoy bien...

Zora: No seas terco... —Minho se hacía el fuerte. Quería sostenerse por sí mismo, no quería ser una carga para nadie pero evidentemente no se encontraba nada bien.

Newt: Tranquilos, parecen un par de niñitos.

Sartén: No es nada personal, Minho, pero hay cosas más importantes en qué pensar ahora... Por ejemplo, que debemos encontrar comida pronto para recuperar energías.

Chuck: ¡Deja de pensar en la comida!

Sartén: A ti también te conviene que piense en eso...

/: Bienvenidos chicos —fuimos interrumpidos por una voz femenina desconocida. Cuando miramos en su dirección, vimos a una mujer rubia de pie junto a un chico alto, y éste llevaba puesta una enorme sudadera con la capucha cubriéndole el rostro—... Los estuvimos esperando por largo tiempo, es una alegría ver que tantos hayan logrado salir.

Thomas: ¿De qué rayos hablas? ¡Todos los demás están muertos!

/: Es probable que te parezca absurdo lo que dije, sí, en comparación con la cantidad inicial. Pero en comparación con la dificultad de las pruebas y sus cortas edades, es todo un logro que tantos estén aquí.

Newt: ¿Perdón? ¿Dice que todo esto fue un experimento?

/: Todo salió de acuerdo con lo planeado, señor Newton. Excepto porque suponíamos que algunos de ustedes no lograrían sobrevivir—dijo esto último clavando su mirada en Thomas. Acto seguido, y con mucha calma, corrió la capucha de su silencioso acompañante y nos reveló su identidad.

Todos: ¡¿GALLY?!

Gally: ¿Acaso no querían que viniera con ustedes? Pues aquí estoy.

Teresa: Thomas... algo le pasa —susurró Teresa acercándose al oído de este.

Gally: Esto era lo que querían, ¿no es cierto? El Área ya no existe. Apenas se fueron nos invadieron los penitentes. Estaban por todas partes y mataron a todos, supongo... menos a mí, porque logré esconderme y escapar gracias a esto —mostró un cilindro similar al que nosotros obtuvimos del penitente aquel día en el laberinto; se trataba de otra llave para abrir la fosa de los penitentes.

Teresa: De verdad lo lamentamos, pero algún día pasaría de todos modos.

Gally: Eso era lo que tú y él querían —dijo señalando a Thomas con la cabeza—. Ava me mostró toda la verdad sobre ustedes dos. Pero no, el verdadero culpable es Thomas. Thomas los convenció a todos, Thomas les lavó el cerebro. ¡Por tu culpa pasó todo esto, Thomas!

Ava: Y todo pasa por una razón, ¿no es cierto, Gally? —En ese momento algo muy extraño pareció suceder en él. Como si algo lo poseyera guardó silencio y sacó una brillante daga plateada de uno de los bolsillos de su sudadera, y sin pensarlo un solo segundo la arrojó en dirección a Thomas. Todo sucedió muy rápido, directo hacia su corazón: ese era el objetivo. Ninguno de nosotros pudo reaccionar, ninguno a excepción de Chuck, que se encontraba justo al lado de Thomas.

La daga se dirigía velozmente hacia Thomas cuando Chuck se atravesó creando un escudo con su cuerpo. La daga, ligera y afilada, se incrustó en su pecho por completo. Su cuerpo cayó sobre el piso pulido del laboratorio y expulsó sangre a través de su boca mientras jadeaba por aire. Thomas se arrojó de rodillas para tomarlo entre sus brazos, el niño luchaba por respirar pero sus pulmones no le daban oxígeno suficiente. Thomas lo sostenía a la vez que sus lágrimas se acumulaban en los bordes de sus ojos, «—Chuck»... fue todo lo que pudo decir. Todo estuvo en completo silencio generando una atmósfera de muerte, se escuchaban los intentos de Chuck por aferrarse a la vida, pero no pudo. Sus ojos todavía estaban abiertos cuando la vida se escapó de su cuerpo. Thomas gritó su nombre y las lágrimas reventaron, cascadas de lágrimas y pesar en el aire. En ese momento ya no pudo contener la rabia y el odio que sentía por Gally y se arrojó sobre él, golpeándolo hasta no tener fuerzas. Descargó toda esa ira y cobró de alguna forma la injusta, pero heróica muerte de Chuck.

Ava: Si no entiendes que todas las cosas ocurren por algo, Thomas, entonces creo que perdiste tu tiempo, aunque...

La mujer a la que ahora podíamos colocarle un nombre fue interrumpida por un gran alboroto: el sonido de botas pesadas y armamento tintineando a cada paso. Gally permaneció tirado sobre el suelo, inmóvil, cuando dos hombres armados tomaron a Ava y la arrojaron al piso. Uno de ellos tomó su arma y la colocó reposando sobre su cien.

Ava: ¡ESPERA... NO!! —el sonido seco de un disparo atravesó el salón junto a un rápido fogonazo. La mujer estaba muerta. No sabía si sentirme aliviada o aterrorizada, porque este podía ser el final igualmente para todos nosotros.

|| CRUEL ES BUENO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora