XVII

1.3K 175 78
                                    



Namjoon se sorprendió al saber que Jin también les acompañaría, sonrió aliviado al saber que no iba a verse con alguien más, pero no estaba del todo feliz, pues al lugar donde iban no era un lugar donde el hermoso Omega podría divertirse sin recibir seguramente más de una propuesta.


Los guio hacía el auto que esperaba a fuera. Se apresuró a abrir la puerta del auto dejando que el rubio entrara primero mientras le daba su mano para ayudarle a subir, cerró la puerta y fue hacía el otro lado del auto buscando hacer lo mismo con Seokjin, pero este ignorándole por completo abrió la puerta del copiloto y entró para cerrarla mientras miraba el reflejo del rubio por el espejo retrovisor.


No dijo nada y cerró la puerta que había abierto para nada y luego se subió al auto también, le dio una sonrisa al hermoso Omega antes de ponerse el cinturón de seguridad y al ver que los otros dos lo hacían también fue que arrancó el auto. Media hora en el auto fue lo que duró el trayecto hasta su destino.


Seokjin miraba con disimulo los grandes edificios que llenaban cada parte del lugar, nunca había visto tanto lujo junto. Se sintió aliviado de haber vestido de manera formal y entendió porque el Alfa se encontraba con un traje.


El auto entró al estacionamiento de uno de los enormes edificios y los tres bajaron, esta vez Jimin había abierto la puerta por sí mismo ante la atenta mirada de cierto pelirosa. De nuevo fueron guiados por el de cabello plateado hasta el elevador donde los tres se quedaron en silencio mientras aquella enorme caja de metal subía.



—Así que... ¿A que hemos venido? – Preguntó el mayor rompiendo el incómodo silencio entre los tres.


El Alfa miró a Jimin buscando su aprobación para hablar, ya que cumpliría su palabra de no decir nada al respecto, incluso si eso significaba guardar silencio e ignorar la impaciente mirada del de cabello rosa que golpeaba levemente el piso con uno de sus pies repetidas veces. El rubio negó y Namjoon tragó saliva antes de desviar la mirada intentando no pensar en lo molesto que se veía el mayor.



— ¿Y bien? – Volvió a preguntar intentando mantener un tono calmado.



— La privacidad con mi cliente me impide hablar al respecto. – Respondió el Alfa mientras jugaba con sus manos nervioso. Casi podía sentir un golpe venir del hermoso Omega, pero nada. Simplemente lo miró alzar una de sus cejas mientras se cruzaba de brazos.



— ¿Cliente? – Quería no creerle y echarle en cara que ahora seguramente andaba tras el rubio, pero sabía que aun si eso llegase a pasar, Jimin nunca le traicionaría. Miró al más bajo esperando que agregara algo, pero solo miraba la puerta sin mucho interés.


Antes de que pudiera decir algo más las puertas del elevador se abrieron dejándole notar al mayor que era un lugar para eventos, con hermosas mesas de cristal cubiertas con un delicado trozo de seda en cada una de ellas. Dudó en si ese era el lugar al que iba, sobre todo al haber tantos Alfa que le hacía querer salir corriendo en cualquier momento, pero una mano sobre su espalda baja le hizo regresar a la realidad y salir de sus pensamientos. Agradeció mentalmente que le tocara y se dejó llevar mientras era suavemente empujado dentro del lugar.

No te pertenezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora