XXI

1.2K 171 46
                                    




Hasta las cuatro de la mañana fue que el pelirrojo regresó a casa y aunque Jimin tenía ganas de levantarse para pedirle explicaciones, el olor a Alfa sobre su amigo lo hizo fingir estar dormido. Ahora pensaba con mayor seguridad que Taehyung había tenido el hijo de un Alfa casado y era el amante.


Quería hablarle, quizás gritarle que aquello no estaba bien, pero no podía meterse demasiado en eso, ya que no estaba al tanto de si Taehyung amaba a ese Alfa o si seguía con aquello por Taeyang. No pudo hacer más que obligarse a dormir. Cuando fueron las diez de la mañana y el llanto del pequeño se volvió persistente fue que Jimin despertó.


Buscó al otro Omega por la habitación, pero no estaba y el bebé tampoco. Se levantó con desgana y caminó fuera de la habitación para ver como el pelirrojo tarareaba una canción mientras comenzaba a cambiar el pañal del pequeño.



— ¿Te despertamos? – Le sonrió antes de hacer una cara de desagrado al retirar el pañal. — Nunca me acostumbraré a esto.



— No es tan malo. – Dijo divertido mientras se acercaba antes de cubrir su nariz con una de sus manos y retroceder unos pasos.



— ¿Qué decías sobre no ser tan malo? – Le divertía como ahora el rubio parecía no resistir aquel olor. Tomó unas toallitas húmedas para limpiar aquel pequeño trasero y luego meter un pañal nuevo bajo este.



— ¿Qué le diste de comer? No debe ser normal que huela así.



— Es popó Jimin, no se supone que huela bien. – Terminó de ponerle el nuevo pañal y tirar el sucio en el cesto de basura para levantar al bebé. — ¿Verdad que lo es? Shi, es la popó de Taeyang. – Decía con voz aguda mientras frotaba su nariz con la del pequeño que ahora reía.



— Que bueno que no lo hizo mientras no estabas.



— Eres un cobarde Jimin, ¿Quieres desayunar?



— ¿Estás loco? No creo poder comer algo después de presenciar "eso" además, debería ir a ver cómo le fue a Jin en su cita.



— ¿No los interrumpirás? – Preguntó con malicia mientras reía bajo.



— Quizás sigan en la cama. – Jimin movió las cejas uniéndose al juego de su mejor amigo.



— Tienes que contarme todo lo que haya pasado o al menos lo que Jin se atreva a contar.

No te pertenezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora