XXXIII

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Namjoon respiraba con dificultad mientras su cuerpo le quemaba, quería regresar ahí dentro, lo necesitaba. Todo en su ser le pedía a gritos que mandara al diablo toda la cordura y decencia que había en su cabeza, en dejarse llevar y consumar aquello que tanto anhelaba, poder poseer el cuerpo del hermoso Omega que le llamaba del otro lado de la puerta.


No quería esperar más, estaba dispuesto a cruzar esa línea sin pensar en las consecuencias que eso conllevaría, pero antes de poner moverse siquiera una aguja atravesó su cuello haciendo que se tensara por completo antes de relajarse cuando fue retirada tras ser el liquido inyectado en su sistema. Suspiró mientras miraba al Beta que guardaba la jeringa.



— Sabía que sería por esto que me llamarías. Espera aquí mientras voy a ayudar al Omega. – Se detuvo cuando su brazo fue sujetado con fuerza.



— N-no lo toques... - Era su instinto hablando por él, Yoongi lo sabía, pero también era consiente de que el Alfa no podría levantarse aún debido al supresor inyectado en su sistema.



— No te preocupes. – Hizo que le soltara para abrir la puerta y sonreír de lado. — Solo le ayudaré en todo lo que necesite. – Notó la molestia del Alfa y siguió. — Quizás lo ayude a darse una ducha. – Cerró la puerta antes de que el otro agregara otra cosa.


Pudo ver al Omega en el sofá y desvió la mirada por un momento. No esperaba verlo sin pantalones. Se acercó mientras el otro le preguntaba por Namjoon. Aquello estaba resultando un poco más incomodo de lo que imaginaba, pero mientras no mirara nada indebido todo estaría bien.


"Solo mira su rostro, solo su rostro" se repetía mientras caminaba hacia él. No sabía si mirar como jadeaba y entre gemidos repetía el nombre de su amigo era lo más adecuado, pero de eso a bajar la mirada a aquello, bueno digamos que prefería mantener distancia en ese aspecto.


Sacó una jeringa de emergencia y estaba listo para ponérsela, pero no esperó que el Omega lo tomara del brazo para jalarlo y abrazarle mientras le pedía que trajera a Namjoon. Tragó saliva al sentir los dientes del Omega sobre el lóbulo de su oreja antes de clavar la jeringa en una de las piernas de Jin el cual soltó un leve gemido.


Intentó alejarse, pero su rostro fue tomado por el Omega para unir sus labios. Yoongi se tensó por completo, pero por un instante pareció poder percibir un dulce sabor y aroma, correspondió sin pensar solo por unos segundos antes de romper el beso al tirar del cabello de Jin.



— H-hey, eso es peligroso, yo no soy Namjoon. – Pudo notar como el otro tomaba su mano para olfatear levemente su antebrazo, era de donde el Alfa le había sujetado antes. — ¿Realmente puedes oler eso? – Preguntó algo incrédulo antes de que su nuca fuera tomada para ser obligado a que sus labios chocaran contra la boca del Omega.


Seokjin sentía que su cuerpo ardía, casa parte de su piel quemaba ante el mínimo roce de quien estaba a su lado, podía oler el aroma del Alfa, pero había algo más. Otro ingrediente en aquel aroma que no terminaba de reconocer y que le molestaba hacía cierto punto, pero estaba tan necesitado que lo pasaría por alto. Gruñó por como aquellos labios se negaban a corresponderle del todo por lo que terminó mordiendo aprovechando la queja del otro para invadir aquella cálida cavidad, al fin parecía que era correspondido, aunque sea un poco al menos hasta que su lengua fue mordida, no le desagradó, pero rompió el beso para bajar a repartir besos por la barbilla de quien estaba con él antes de morderla.

No te pertenezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora