No te pertenezco

XXVI

El día transcurría con bastante normalidad para Jin. Algunos clientes habían llegado a la cafetería; los de siempre y uno que otro nuevo. No le tomó importancia a quienes entraban y salían hasta que vio al Alfa de cabello plateado entrar acompañado del Beta que siempre le acompañaba. Chasqueó la lengua con molestia antes de repetirse mentalmente que debía calmarse y que aquel Beta era amigo de Namjoon, así que lo menos que podía hacer era intentar llevarse bien con él.

Tomó aire y preparó su mejor sonrisa mientras se acercaba a la mesa donde estaban ambos sentados.

— Bienvenidos, ¿Ya saben lo que pedirán? – Preguntó amable notando como el Alfa desviaba la mirada y el Beta le daba un codazo con algo de fuerza.

— Lo que sea está bien. – Habló con algo de molestia el de cabello color menta.

— Eso no lo tenemos B... Yoongi. – Se felicitó por no haberlo llamado Beta y pudo notar la sorpresa en la expresión del más bajo que no se podía creer que supiera su nombre real.

Yoongi miró con mayor molestia al Alfa quien silbaba mientras miraba al lado contrario de donde su amigo se encontraba.

— Como sea, no vinimos a consumir nada. Él vino a disculparse contigo. – Señaló a Namjoon y el Omega llevó su mano sin pensar a la marca sobre su hombro. Aquel acto no pasó desapercibido por el más bajo y aunque pensó en decir algo, prefirió callar. Quería estar seguro sobre lo que el Omega pensara sobre su amigo y a su parecer, el que insinuara que se disculparía por la mordida mostró en la expresión del mayor que era algo que no quería escuchar.

— De verdad lo siento Jin. – Al fin habló sin despegar su mirada de la mesa, al menos hasta que la mano del mayor la golpeó haciendo que ambos dieran un respingo.

— Mírame. – Dijo serio logrando que el menor le sostuviera la mirada. — ¿De qué te estás disculpando? – El Alfa se había quedado mudo ante la seriedad de Jin por lo que Yoongi tuvo que intervenir.

— Rompió tus gafas. – El enojo pareció esfumarse de Jin para pasar a una de sorpresa y luego regresar al enojo de nuevo.

— ¿Las rompiste? ¿Por qué? – Preguntó mientras alejaba su mano de la mesa donde ahora Namjoon dejaba las gafas rotas.

— No fue apropósito, olvidé que las había tomado y las metí a mi bolsillo, cuando me duché arrojé el pantalón y bueno, tus gafas se llevaron la peor parte.

— No importa. – Dijo tras suspirar. Ya se había imaginado que se venía a disculpar por lo que había pasado en la noche e incluso para decirle que jamás quería repetirlo, aunque no era algo que él deseaba que se repitiera, al menos no inmediatamente.