No te pertenezco

XVIII

Seokjin salió del baño unos momentos después de que el Alfa lo había hecho, ya había acomodado su ropa e incluso se había peinado de nuevo. Se movió entre los Alfa presentes para buscar un buen lugar desde donde ver a Namjoon hablar y pudo notar como ya nadie se acercaba para molestarle, quizás se debía a lo que pasó en el baño y que ahora seguramente traería el aroma del Alfa en su ropa y piel.

Encontró un buen lugar y siguió con la mirada al de cabello plateado que se subía a un pequeño escenario mientras Jimin le seguía pasos atrás.

Los nervios en Namjoon solo iban en aumento, no temía hablar frente a una multitud, pero lo que dijera sería la razón por la cual obtendría apoyo o no de los Alfa presentes. Suspiró y aclaró su garganta para poder hablar alto y entendible.

— Gracias a todos por venir. Sé que si se encuentran en este lugar es porque tienen las mismas inquietudes que yo o al menos curiosidad al respecto. Los Omega han sufrido demasiado tiempo por las leyes tan injustas que por desgracia, han sido creadas por nosotros mismos, los Alfa. Quizás podrían pensar que no es nuestra culpa ya que no estuvimos presentes cuando se crearon las leyes, pero somos culpables de no intentar cambiarlas, de mirar hacia otro cada vez que ocurre una injusticia contra ellos y lo peor es que hemos dejado que sean vistos como menos que personas, como objetos, juguetes incluso mascotas. Es por eso que hoy pido su apoyo para cambiar eso, para que no teman si tienen hijos Omega, para que ellos no sean obligados a abortar a sus nietos, para que puedan al fin ser libres. – Hizo una pausa y miró de reojo a Jimin que asintió levemente con la cabeza. — Quizás no me crean a mí, después de todo, ¿Qué puede saber un Alfa de los problemas de un Omega?

Miró al de cabello rosado entre la multitud antes de dar un paso hacia atrás para darle la palabra al rubio, quien avanzó un poco y trago saliva mientras veía a los presentes que le miraban con curiosidad. Ya había contado su historia una y otra vez, pero siempre era difícil. Tomo aire y alzó la voz.

— Mi nombre es Park Jimin, vine a esta ciudad a estudiar y conocí a quien creí sería mi pareja hasta que la muerte nos separe. Él fue amable y bueno conmigo, al menos hasta que supo que estaba embarazado de un Omega, creí inocentemente que eso a él no le importaría, pero lo hizo. – Se detuvo un momento mientras sentía como sus ojos se humedecían. — Estaba a nada de dar a luz, podía sentir como pateaba... - Pasó sus manos a su abdomen ahora plano y arrogó su camisa mientras la apretaba con ambas manos, su labio temblaba mientras aguantaba las ganas de llorar. — Estaba con vida antes de ser llevado a la fuerza al quirófano, mientras recibía una paliza, pero al despertar él ya no estaba. El doctor me dijo que se había ido.

El silencio inundaba el lugar, las personas presentes estaban más que sorprendidas por tal relato y no comenzaron a hablar hasta que los sollozos del rubio comenzaron a inundar la sala.

— Eso fue prácticamente asesinato.

— ¿La policía no hizo nada?