IX

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Jin se había quedado en el mismo lugar desde que el Alfa se había ido y es que no lograba acomodar sus pensamientos, intentar ignorar el hormigueo en su mano tras ser besaba y apretada por Namjoon le distraía demasiado. Dio un brinco al escuchar la voz del rubio y se giró rápidamente.



—¿Q-que tanto escuchaste?



—No mucho realmente – Sonrió mientras caminaba hacía el mayor.



—No está bien espiar a las personas – Le regañó intentando distraerse con eso.



—No fue apropósito, escuché un grito y el golpe sobre la mesa, así que bajé lo más rápido que pude, pero antes de llegar escuché que se trataba de ese Alfa y que ya no gritaba, ni tú tampoco. – Alzó los hombros restando importancia —Supuse que todo estaba bien.



—Entiendo, gracias entonces – Le sonrió también y no dudó en acercarse para abrazar al menos. Quizás era la primera vez que no era un abrazo de consuelo con él otro llorando y se sintió feliz de que no lo alejara.



Namjoon se apresuró a responder una vez que estaba fuera de la cafetería y le pidió al Alfa que fuera a su oficina para poder charlar. No tardó más de media hora para que quien le había contratado se encontrara entrando a la oficina.


—¿Lo encontró? – Preguntó con emoción.


—Aún no, de hecho e comenzado a pensar que quizás haya sido secuestrado y asesinado. No me imagino como un Omega cerca de dar a luz pudiera sobrevivir en las calles.



—En ese caso quiero su cuerpo, mientras no lo vea creeré firmemente que se encuentra con vida. Tenerlo a mi lado es todo lo que quiero.



—¿Solo a él? – Alzó una ceja —¿Qué hay de la cría? Su hijo.



—C-claro que a él también...



—Pues no creo que pueda, encontré información que vinculan a su Omega con una clínica en donde fue efectuado un aborto. Lo siento mucho.



—No... no le creo... - Decía el otro Alfa ante la atenta mirada del de cabello morado. Buscaba que le mintiera o mostrara su verdadero ser. Ya estaba al tanto de que ese Alfa no tenía buenas intenciones con el Omega.



—Solo encuéntrelo, si usted no puede contrataré a alguien más.

No te pertenezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora