XXXII

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Namjoon se encontraba mejor al recibir las buenas noticias por parte del Beta, sin embargo, habían llegado en un "mal momento" o al menos en uno muy intimo entre él y Seokjin. Dudaba que el mayor le hablara tras eso, pero tenía que intentarlo.


Hizo su mayor esfuerzo para no romper o arruinar algo en la cocina y así ir a su habitación que había pasado a ser de Jin desde que había llegado a su casa.


Tocó la puerta y esperó un poco antes de avisar que entraría. Buscó con la mirada al mayor para encontrarlo debajo de las sabanas, sonrió un poco antes de dejar dos tasas con chocolate caliente en la mesita auxiliar a un lado de la cama.



— ¿Por qué te escondes? – No obtuvo respuesta. Se sentó en la orilla de la cama y tocó el bulto bajo las sabanas. — Ya se fue, si eso es lo que te preocupa. – De nuevo silencio. Pensó un poco antes de volver a hablar. — Yoongi me dio una buena noticia, tanto que casi no puedo creerla, ¿Quieres escucharla?



— Tal vez...



— Si sales de ahí te lo diré. Te aseguro que olvidarás todo lo demás. – Esperó paciente hasta que el mayor se sentó en la cama y sacó solo su cabeza de las sabanas para mirarlo sonrojado.



— ¿Y bien?



— Yoongi vino para decirme que encontró la manera en que yo hablara con alguien del consejo. – Notó como Jin le miraba algo confundido por lo que siguió hablando. — Eso significa que, si puedo convencerle de que nos apoye, será un voto positivo para aprobar las leyes y la carta que me enviaron antes podría cambiar.



— ¿De verdad? – Preguntó feliz mientras se acercaba al Alfa para abrazarlo y dejar un beso sobre su mejilla. — Eso es demasiado bueno, seguro lograrás convencerlo sin problema.



— ¿Así? ¿Y puedo saber porque crees eso? – Preguntó mientras correspondía el abrazo ignorando a duras penas que el Omega seguía desnudo bajo las sabanas que amenazaban con caer y dejarle al descubierto.



— Bueno, lograste convencer a muchísimas personas de que te apoyaran. No creo que aquellos Omega hubieran contado sus vidas si no confiaran en ti y también lograste convencerme a mí. – Sonrió al decir lo ultimo recibiendo un fugaz beso en los labios de parte de Namjoon.



— ¿Oh? ¿Puedo saber de que lo convencí a usted? – Preguntó mientras alzaba una de sus cejas y le miraba con atención.



— De que no todos los Alfas son malos. – Hizo una pausa mientras desviaba la mirada avergonzado. — Al menos tú no lo eres. – Namjoon se sintió dichoso y emocionado. Aquellas palabras podrían no significar tanto para cualquier otra persona, pero para él lo eran todo.

No te pertenezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora