Seokjin había prometido proteger al menor y haría todo lo posible por cumplirlo. Primero lo llevaría ver si era verdad lo de su amigo y de ahí vería que es lo que pasaría de ahora en adelante, quería confiar en Namjoon, pero ¿Qué podría hacer él para que el Alfa desistiera de buscar a Jimin? Nada. Era la única respuesta que llegaba a la cabeza del Omega.
—Bueno, casi llegamos. – Apretó un poco el volante bajo sus manos. —Si al llegar, resulta que no es tu amigo, ¿Qué harás?
—Voy a subir al auto e irme.
—Así es, sin importar nada, no mires atrás, solo corre y llega al auto para irte. – Lo miró de reojo antes de ver al camino de nuevo. —Dentro de la guantera dejé mi celular y puse en marcado rápido a Namjoon, solo presiona uno y le llamarás directamente.
—¿Qué hay de ti? – Preguntó preocupado mientras se acomodaba en el asiento del copiloto del auto que habían rentado para poder huir de ser necesario.
—No hay nada de mí, te buscan a ti, así que solo me darán algunos golpes y me dejarán ir. – Llegaron al estacionamiento y Jin apagó el auto antes de tomar aire para darse valor —Además, estoy seguro de que Namjoon vendría corriendo a ayudar, ¿No crees?
El rubio asintió con la cabeza y Jin sonrió levemente. No sabía realmente si eso podría pasar, aún con todas las palabras bonitas que el Alfa le había dicho, no podría dejarse llevar tan fácilmente. Suspiró con fuerza y bajó del auto seguido de Jimin, le dio las llaves y se encaminaron hacía la puerta con el número que el Alfa les había dado.
Dio una ultima mirada al rubio y alrededor antes de tocar firmemente la puerta. Silencio. Intentó tocando más fuerte y escuchó pasos apresurados hacía la puerta. Jin retrocedió esperando lo peor, si resultaba ser un Alfa le golpearía lo más fuerte que pudiera para que Jimin pudiera entrar, pero al abrirse la puerta se quedó confundido por aquella imagen; un pelirrojo con una bandana en la frente para mantener su cabello a raya mientras en sus brazos traía un bebé desnudo y mojado enrollado torpemente en una toalla.
—¿Qué quieres? No quiero comprar nada.
—¿Eh? – Se había quedado sin palabras, no podía dejar de mirar al pequeño cuando dio un respingo por como el bebé le era ofrecido. Con miedo lo tomó con ambas manos antes de mirar al pelirrojo que había salido del departamento para abrazar al rubio.
—¡Jimin! Oh dios, creí que nunca te volvería a ver – Decía emocionado y con los ojos húmedos mientras acariciaba sus brazos y luego subía para apretar sus mejillas. —E-estás muy delgado, ven, entra y te daré algo de comer.
Lo llevó dentro del apartamento tras decirle a Jin que entrara junto al bebé, así ahora se encontraba el mayor con el bebé apropiadamente cubierto con la pequeña toalla mientras él estaba sentado en uno de los sillones individuales y solo veía como los otros dos Omega hablaban y sobre todo lloraban.
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No te pertenezco
أدب الهواةEl mundo siempre ha estado a favor de los Alfa, los Omega suelen aceptar su destino como incubadoras y juguetes sexuales, pero no Seokjin, se niega rotundamente a ser uno más en la lista de cualquier Alfa.