Capítulo 5

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3 semanas después

Roberta

Es increíble que en dos semanas por fin inicio la universidad; es algo que me emociona mucho, aunque voy a mía amigo, pero sobre todo a mis padres siempre he vivido con ellos y solamente hemos sido nosotros tres para todo, por lo que estar tanto tiempo lejos de ellos me causa un poco de melancolía.

Durante todo este tiempo he estado buscando un departamento o por lo menos un cuarto en donde vivir mientras estudio, pero la mayoría están muy caros o en pésimo estado.

Alma: Buenos días cariño

Roberta: Hola... - saludé a mis padres.

Franco: ¿Qué tal dormiste?

Roberta: más o menos, me desvelé buscando depa, aún no encuentro nada- le digo triste.

Alma: Sobre eso... estuvimos hablando con Mabel y Martín y nos dijeron que Dieguito tampoco ha encontrado depa, por lo que creímos conveniente que compartieran departamento, al menos por un tiempo en lo que encontramos algo más barato.

Roberta: mamá sabes que no me llevo bien con Diego, es un tonto que se la pasa molestándome. No quiero vivir con él, ya encontraremos algo.

Franco: Hija ya hemos buscado por mucho tiempo, yo creo que lo mejor sería que compartieras con Diego, así al menos podrían dividir los gastos, nos ayudaría mucho Roberta.

Suspiré rendida, no quería vivir con ese idiota pero no me quedaba de otra, no podía presionar a mis padres, sabía que hacían un gran sacrificio para que yo pudiera estudiar.

Roberta: Si no queda de otra está bien, pero seguiré buscando, no quiero compartir mucho con ese tonto.

Alma: muy bien hija, como quieras, ponte de acuerdo con él para que busquen algo.

Roberta: ok- digo cansada.

Alma: ya verás que no es tan malo, además así no estarás sola en esa ciudad y nosotros estaremos más tranquilos.

Dijo sonriendo y yo suspiré asintiendo mientras comía la deliciosa pasta de mi madre prepara, a excepción que está sabe a resignación y lástima hacia mí misma al conocer el estresante futuro que me espera viviendo con esa idiota.

Roberta: mira, ese departamento no está tan mal…- dije señalando un pequeño departamento en el monitor.

Diego: ay no, es una zona horrible- dijo haciendo una mueca, así ha transcurrido la última hora, yo sugería un departamento y él lo rechazaba sin darle una oportunidad, por lo que yo hacía lo mismo con los departamentos que él elegía.

Diego: ese parece adecuado- dijo con una media sonrisa en su rostro.

Observé la fotografía con mayor atención y a un costado de la calle se podía apreciar un negocio de auto lavado dónde había varias chicas en bikini.

Diego: puedo llevar mi auto a lavar sin problema todos los días.

Roberta: ay si, mira que conveniente… no voy a vivir a lado de unas pechugonas encueradas.

Diego: Roberta no seas tonta, ellas no viven ahí, sólo van a trabajar… aunque yo podría compartir mi habitación con alguna de ellas- lo miré de brazos cruzados- para evitarle el gasto del transporte y eso.

Roberta: pues no, y de una vez te digo que no quiero desfile de mujerzuelas por la casa- dije sentenciando con seriedad.

Diego: no te preocupes, ni las vas a ver… aunque no aseguro que no escuches nada- dijo encogiéndose de hombros y guiñando el ojo.

Presentimiento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora