Capítulo 54

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Roberta
Después de ese extraño episodio estábamos en la sala de mi casa tomando chocolate y conversando Diego se levantó a la cocina por más chocolate, segundos después mi papá hizo lo mismo.

Podía observar que platicaban en la cocina, bueno más bien mi papá hablaba y Diego tenía cara de espanto.

Supuse lo que le estaría diciendo y me debatía entre ir a ayudar a mi novio o dejarlos hablar, hasta que un par de minutos después los dos volvieron al salón.

Diego se sentó junto a mí pero ya no tomó mi mano, solo me sonrió.

Pasadas las diez de la noche la familia Bustamante se despidió, Diego sólo me abrazó y me dio un beso rápido en la mejilla y salió de mi casa dejándome muy confundida.

Subí a mi habitación cuando todos se fueron y mis padres entraron en su habitación también, estaba recostada en mi cama, simplemente mirando el techo de mi habitación.

Extrañaba mucho los brazos de Diego, suspiré triste y me recosté de lado.

Trataba de dormir cuando escuché que algo chocaba con mi ventana, me pareció extraño porque no había viento ni algo cerca de mi ventana que provocara ese ruido, lo escuché de nuevo.

Me levanté con algo de miedo y me asomé por la venta.

Abajo entre la oscuridad pude distinguir a Diego lanzando pequeñas piedritas hacia el cristal de mi ventana, la abrí y el trepó por el árbol que había a un lado. Al llegar arriba entró a mi habitación y apenas de puso de pie me abrazó pero yo lo aparté.

Diego: ¿Qué tienes amor?

Roberta: ¿Por qué me trataste así cuando te fuiste?- le pregunte triste.

Diego: perdóname mi amor, en serio no quería- dijo sonriéndo de lado y me abrazó de nuevo, pero ahora le correspondí porque no pude contenerme más.

Roberta: ¿fue por mi papá? ¿Qué te dijo?- él se puso algo nervioso y caminó por mi habitación- Diego dime- me paré frente a él.

Diego: bueno en resumen me dijo que te tratara bien, que te respetara, te cuidara y que si no lo hacía- torció la boca- no me iría muy bien.

Roberta: amor él estaba jugando- dije conteniendo la risa y lo abracé.

Diego: yo lo sentí muy en serio, por eso ya no pude despedirme bien de ti- dijo y me abrazó más fuerte-  y trepé hasta tu habitación porque quería verte, además no iba a poder dormir sin ti.

Roberta: ¿vas a dormir conmigo?- pregunté emocionada.

Diego: claro amor, bueno si tú quieres, si no pues me regreso a mi cuarto a velar y a observar tu ventana desde la mía...- dijo haciendo un puchero, yo reí.

Roberta: claro que quiero que duermas conmigo... además no podía dormir porque extrañaba tenerte conmigo.

Diego: y sólo llevamos una semana durmiendo juntos, imagínate.

Roberta: ya lo sé- dije y lo besé.

Nos acostamos en mi cama, que era un poco pequeña lo que nos hacía tener que dormir abrazados, pero eso a mí no me molestaba.

Estaba recostada en el pecho de Diego, los latidos de su corazón me relajaban bastante, él programó una alarma en su celular para salir antes del amanecer y así  ms padres no lo descubrieran. Sin darme cuenta me dormí en sus brazos, fue un día pesado de viaje y muchas emociones.

Sentí unos besos delicados en mi rostro y en mis labios por lo que abrí mis ojos lentamente.

Diego: ya me voy pequeña, no quiero que nos descubran, sigue durmiendo amor- me besó lento y se dirigió a la venta- te amo mi niña.

Roberta: También te amo niño- me sonrió y salió por la ventana.

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Presentimiento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora