Roberta
Llegamos hasta donde estaban los chicos.Mía: ¡por Dios Diego! ¿Qué paso?- Diego caminaba apoyado en mí, tenía golpes en la cara y el labio reventado.
Roberta: Mía llevaré a tu hermano a casa.
Mía: claro, pueden quedarse en casa, mis padres llegaran hasta mañana, en mi baño hay un botiquín para que lo cures. Yo los veo más tarde.
Nos despedimos de ella y salimos rumbo al auto. Subí a Diego en el asiento del copiloto y caminé al otro lado, en la entrada del club estaba Simón, nos miraba fijamente y cuando hice contacto visual con él me envió un beso, yo levanté mi dedo medio, él comenzó a reír pero dejé de mirarlo cuando entré al auto.
Llegué a casa y estacioné el auto de Diego en la cochera de su casa, no quería que mis padres nos vieran.
Roberta: vamos amor, ya llegamos a casa ¿cómo estás?- dije ayudándolo a salir del auto.
Diego: estoy bien, en serio.
Llegamos a su habitación y le quité la camisa llena de sangre y la lancé al sesgo de ropa sucia.
Diego: amor, si mi mamá ve eso se va a asustar.
Roberta: tienes razón- la saqué del cesto- ¿qué hago con ella?
Diego: ponla en una bolsa, mañana la tiramos por el camino.
Roberta: pero te ves tan guapo con ella- dije haciendo puchero.
Diego: yo me veo guapo con todo- dijo coqueto.
Roberta: en éste momento no estás muy guapo que digamos Bustamante.
Diego: ¿osea que no te gusto con los rasguños que la nena de tu ex novio me dejó?
Roberta: tú siempre me vas a gustar- besé sus labios delicadamente- además como te amo estaría contigo aunque seas muy feo- reímos y él tomó mis mejillas para besarme, pero se alejó de mí quejándose- tengo que curarte... - fui a la habitación de mi amiga, tomé el botiquín de su baño y regresé con Diego- a ver, creo que esto duele- comencé a curar su rostro, mientras él sólo hacia muecas de dolor pero no se quejaba.
Terminé de curarlo y avisé a mis padres que dormiría con Mía.
Mi celular notificó un mensaje y creí que eran ellos.
****
Roberta mi amor, tu estúpido novio nos interrumpió, pero no te preocupes, ya habrá momento para nosotros.
Te quiero.****
Me quedé en shok, no sabía qué hacer, si le decía a Diego seguro va a terminar a golpes de nuevo, además mañana regresamos a casa y no volveremos a saber más del idiota de Simón.
Borré el mensaje y me acosté junto a Diego él me abrazó por la cintura y besó mi cabeza.
Diego: ¿todo bien?- susurró con los ojos cerrados.
Roberta: si, mi madre dijo que no tiene problema- él asintió y yo cerré los ojos tratando de conciliar el sueño.
Dormimos abrazados toda la noche.
Al amanecer comencé a sentir frío, me levanté de la cama y busqué en el guardarropa de mi novio alguna manta o algo por el estilo.
Escuché unos ruidos muy extraños y al prestar atención me di cuenta que era mi amiga teniendo relaciones en su habitación. Cubrí mi boca con mi mano impresionada.
Diego comenzó a moverse y quejarse. Estiró su mano a donde se supone estaría yo y al no encontrarme trató de sentarse en la cama, pero el dolor lo hizo acostarse de inmediato.
Roberta: no te muevas mi amor- coloqué una mano sobre su pecho y me acosté de nuevo con él.
Diego: no te vayas amor- tomó mi mano.
Roberta: tranquilo, sólo fui por una manta- besé su frente y volvimos a dormir unas horas más.
Desperté y observé la hora, apenas eran las ocho de la mañana, así que aun teníamos mucho tiempo. Me recosté de nuevo y observé a mi Diego.
Estaba dormido boca arriba con la cabeza levemente recostada hacia mi lado, su hermoso rostro estaba mallugado, su labio tenía una leve herida y su pómulo comenzaba a ponerse morado y algo inflamado.
Aun así no deja de ser el hermoso chico del que me enamoré. Besé sus labios y él comenzó a despertar.
Roberta: buen día mi amor- acaricié su mejilla y besé cuidadosamente sus labios
Diego: buenos días- dijo sonriendo- ¿Qué hora es?
Roberta: aún es temprano, las ocho... - observé sus heridas- ¿aun te duele?
Diego: no, sólo fue algo exterior. Pero ¿tu estas bien? ¿Te hizo daño?- preguntó preocupado.
Roberta: no, yo estoy bien, gracias a un niño peleonero.
Diego: ni lo digas, perdóname por descuidarte- sólo sonreí y lo besé- supongo que me perdonas- acarició mi mejilla y yo asentí sonriendo para después recibir otro beso de mi novio.
La puerta se abrió de golpe y nos separamos un poco asustados.
Mía: basta basta, dejen de comerse, que me antojan estar con alguien- entró haciendo pucheros y se acercó a la cama.
Roberta: ay ajá, pero si acabas de comer, te escuché- la miré acusadoramente y ella me miró sorprendida.
Diego: ¿de qué hablas?- preguntó confundido.
Mía: nada hermano, tu novia está algo loca... - me observó fijamente yo sólo reí.
Roberta: bueno yo ya me voy, tengo que prepararme para el viaje ¿a qué hora viene tu novio?
Mía: al medio día.
Roberta: ok, me daré una ducha y regreso contigo vale- dije mirando a mi novio.
Diego: ok- dijo sonriendo.
Mía: claro que no, te das una ducha y te quedas en tu casa, yo quiero pasar tiempo con mi hermanito antes de que te lo lleves de nuevo- dijo abrazando a Diego.
Roberta: no, ya pasaste tiempo con él, aparte tiene que descansar- dije tratando de apartarla de él.
Mía: justo por eso, si ustedes se quedan solos lo último que hará será descansar- mis mejillas se sonrojaron un poco y Diego rió- nosotros veremos películas o algo.
Roberta: está bien, regreso al medio día entonces... -dije haciendo puchero.
Diego: ok amor- le di un corto beso antes de que mi amiga me sacara a empujones de su habitación, antes de cerrar la puerta le saqué la lengua y me fui a casa.
anoniromo
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Presentimiento ©
FanfictionSe odiaban a morir pero en el momento en que tuvieron que compartir el mismo departamento las cosas comenzaron a cambiar. Diego y Roberta no estaban listos para lidiar con lo sentían y se negaban a aceptar que estaban profundamente enamorados el uno...