Capítulo 27

1.1K 83 10
                                    

Diego
En medio de la penumbra se escuchó a lo lejos lo que parecía ser un suspiro, me quedé inmóvil, incluso evitando respirar para comprobar lo que escuchaba.

Cuando el extraño sonido volvió a hacerse presente decidí tratar de dormir de nuevo.

Estaba a punto de caer dormido cuando el sonido volvió a escucharse, trataba de convencerme de que era una alucinación mía, ¿quién demonios estaría suspirando a estas horas de la noche cuando ya todos duermen?

Me senté en la cama y sentí como Roberta se giró a mirarme. A pesar de la oscuridad, la claridad de la calle lograba iluminar su rostro.

Diego: ¿Escuchaste?...

Roberta: si, pensé que lo había alucinado... ¿Crees que sea... pues un fantasma o algo así?

Diego: ¿Cómo crees? Esas cosas no existen

Roberta: ¿Entonces?

Diego: no lo sé...- un gemido se escuchó y ambos nos miramos apenados- más bien creo que... que alguien está... pues poniéndole, teniendo acción pues.

Roberta: ¡Ay Diego!

Diego: no tiene nada de malo, las personas tienen necesidades...- ella me miró negando- debe ser algún vecino.

Roberta: eso se escucha muy cerca... más bien yo creo que cierta chica tiene un invitado.

Diego: ¿Quién?... ¿Crees que Sara? Ay no que vergüenza escucharlos...

Roberta: no...- me miró- más bien alguien... alguien que esté más cerca.

Diego: ¿La de a lado?... Tiene 60 años Roberta.

Roberta: no tonto... alguien en esta casa...

Diego: pero si sólo estamos tú y yo y...- la miré preocupado y ella asintió.

Roberta: y Mía.

Diego: no, no... no puede ser ella, fue a dormir primero que nosotros, yo cerré la puerta de la entrada y...

Roberta: no sé, de pronto nos quedamos dormidos y trajo a alguien.

Diego: ay no puede ser...- me levanté de la cama.

Roberta: ¿A dónde vas?- tomó mi mano.

Diego: ¿Cómo a dónde? A sacar a ese patán de mi casa, de mi cuarto y... ¡por Dios es mi cama!.

Roberta: shhhh cálmate, baja la voz... no puedes hacer eso ¿Te imaginas lo vergonzoso que será para Mía? O para ti... mejor quédate aquí y yo voy.

Diego: está bien, pero yo voy contigo...- ella rodó los ojos.

Roberta: pero que necio eres...- salió de la cama y caminó hasta la puerta.

Justo cuando estábamos a punto de salir de la habitación los gemidos se escucharon de nuevo, seguido de unos recurrentes golpes contra la pared.

Diego: espera... eso es abajo- dije sonriendo, por una extraña razón me sentía aliviado de que no se tratara de mi hermana.

Roberta: ¿Con Sara?

Diego: seguramente... no es Mía...

Roberta: ay si, que aliviado estás, hasta te cambió el semblante- dijo caminando de nuevo a la cama y entrando bajó las sábanas- tratemos de dormir de nuevo.

Diego: ¿Tú crees que vamos a poder dormir con ese escándalo?

Roberta: bueno, tenemos que intentarlo.

Presentimiento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora