Capítulo 58

904 86 3
                                    

Diego
Necesitaba mi celular para cronometrar el tiempo de cocción, pero Roberta no regresaba, por lo que decidí ir a buscarla porque seguramente se quedó en el salón hablando con Mía o con mi madre, así bajé la intensidad del fuego y me lavé las manos antes de salir de la cocina, crucé el comedor y justo cuando entré al salón escuché la voz de mi familia.

Roberta: Diego tiene que saberlo…- les dijo seria.

Diego: ¿saber qué?

Cuando entré al salón todos se quedaron en silencio y me miraron un poco espantados. Roberta se giró y al ver su pálido rostro la sonrisa que llevaba en mi rostro se desvaneció.

Diego: ¿Qué está pasando?- pregunté mirándolos a todos, pero especialmente a mi novia.

Parecía que estaba a punto de decirme algo pero se contenía y en su mirada podía notar la frustración que sentía.

Roberta: Diego…

Mía: no es nada… solamente queríamos decirte que papá ya había llegado y… la porción de comida tiene que aumentar- dijo nerviosa, mirando de reojo a mi novia.

Diego: ok…- dije dudando- justo por eso venía, nunca llevaste el celular amor.

Roberta: si… lo siento me quedé saludando a tu… a Martín- dijo mirando a mi padre.

Diego: Hola pa- me acerqué a saludar a mi papá y aproveché para acercarme a mi novia, que parecía bastante incómoda.

Martin: Hola hijo… huele delicioso ¿qué estaban preparando?

Diego: pronto lo sabrán… por lo pronto tenemos que volver a la cocina.

Mabel: claro mi amor, ustedes terminen y mientras nosotros abrimos apetito.

Diego: ok ok… me parece bien- dije con una leve risa.

Roberta les sonrió levemente a todos y caminó de regreso a la cocina después de inclinarse a mitad del salón para tomar el celular que estaba en el suelo.

Diego: ¿por qué mi celular estaba tirado?- la abracé por la cintura mientras caminábamos por el pasillo que conduce a la cocina.

Roberta: heee debió ser cuando saludé a Martín- dijo cuando llegamos a la cocina, la hice girar para verla de frente, tenía una sonrisa fingida en los labios y parecía bastante preocupada.

Le sonreí y tomé sus mejillas para besar sus labios lentamente, ella me correspondió muy despacio, como si tuviera miedo de algo, cuando nos separamos la miré a los ojos sin despegar mi frente de la suya.

Diego: ¿estás segura que todo está bien?- ella asintió y besó mi mejilla antes de escapar de mis brazos y volver a nuestro trabajo culinario.

Era obvio que algo le ocurría, así como también era obvio que no estaba lista para hablar conmigo o simplemente no quería hacerlo.

Cuando por fin terminamos la comida nos sentamos todos alrededor de la mesa y pasamos una tarde agradable, extrañaba estas cenas en familia, donde mis padres charlaban de cómo había ido el día, mi hermana hablaba de cualquier cosa y yo no dejaba de hacer chistes tontos y aunque ahora Roberta y Miguel se habían integrado no sentía ninguna invasión de su parte, Roberta es mi novia y me encanta pasar el mayor tiempo posible con ella y por extraño que parezca la presencia de Miguel me agradaba, lo conocía hace un par de horas pero siento una extraña conexión con él.

Después de la comida mis padres fueron al jardín mientras Mia y Miguel se quedaron en el salón mirando alguna película.

Roberta y yo estábamos en mi habitación armando la maleta que llevaría a la ciudad, ella doblaba mi ropa mientras yo la acomodaba dentro de la maleta.

Roberta: aún me parece poca ropa… ¿Cómo puedes sobrevivir con sólo una maleta?

Diego: bueno amor, la estrategia es en llevar más playeras que pantalones porque aunque lleves el mismo pantalón pero lo conjuntes con una playera diferente nadie lo notará.

Roberta: ¿esos son tus tips de moda?- preguntó elevando las cejas.

Diego: más bien de practicidad…

Roberta: qué asco- dijo riendo.

Diego: ¡oye! Yo me preocupo por el medio ambiente, así no desperdicio agua lavando mis pantalones tan frecuentemente, además no tiene nada de malo… nunca te habías dado cuenta.

Roberta: pues no, yo que iba a saber que mi novio reciclaba la ropa.

Diego: pero aun así no dejas de querer a tu novio ¿verdad?- dije dejando la ropa sobre la cama y acercándome a ella que me recibió con una alegre sonrisa antes de rodear sus brazos en mi cuello.

Roberta: un poquito, la verdad no es para tanto- dijo con una leve risa mientras acariciaba el cabello de mi nuca.

Diego: mentirosa… yo sé que te mueres de amor por mí…

Ella asintió rozando mis labios antes de darme un lento y entregado beso que hizo que mi piel se erizara y a mi mente llegaron los agradables recuerdos de nosotros en aquella cabaña.

Diego: me muero por llegar al departamento… y estar tú y yo solitos- dije dejando pequeños besos en su cuello, su mejilla y sus labios.

Roberta: solo unas horas más…

Diego: parece una eternidad…- besé sus labios hasta que escuchamos que alguien golpeaba la puerta de mi habitación- que oportunos…- susurré rozando los labios de mi novia y fui a abrir la puerta encontrándome con mi hermana.

Mía: ¿cómo va esa maleta?- entró a mi habitación y se sentó en la cama bajo la atenta mirada de Roberta.

Diego: casi estamos terminando, después revisaré el auto y podemos irnos.

Mía: parece que quieres salir corriendo de aquí…

Diego: no es nada personal… pero extraño nuestro departamento- dije guiñándole el ojo a mi novia.

Mía: pero antes de irse ¿puedes llevarme a tomar un helado? Como hacíamos antes ¿recuerdas?

Diego: claro pero…- miré a mi novia y ella se levantó de la cama.

Roberta: por mí no se preocupen, de hecho tengo que ir a casa a despedirme de mis padres.

Diego: pero aún faltan algunas horas para irnos.

Roberta: si pero ellos van de viaje y salen antes que nosotros.

Diego: está bien, entonces te veo más tarde.

Roberta: claro niño…- ella miró a mi hermana de reojo y se acercó a besar mis labios- cuídate mucho ¿ok?- asentí sonriendo.

Roberta tomó su celular y salió de mi habitación sin siquiera mirar a mi hermana.

Diego: ¿todo bien con ustedes?...- pregunté a mi hermana pero ella evadió mi mirada y simplemente asintió.

anoniromo

Presentimiento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora