Capítulo 62

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Roberta
Ambas estábamos a espectativa observando esa puerta.

Miguel salió furioso y abandonó la casa sin siquiera voltear a vernos, mi amiga me miró preocupada y salió corriendo detrás de su novio, yo me quedé inmóvil esperando ver a Diego salir o incluso gritar pero de nuevo todo fue silencio.

Martín: estoy seguro que a Mía le va a gustar la sorpresa…- dijo saliendo mientras abrazaba a Diego por los hombros.

Mi novio me miró sonriendo pero continuó su camino a lado de su padre.

Entré al despacho y vi a Mabel sentada en el sofá cubriéndose el rostro.

Roberta: ¿Qué pasó?

Mabel: Martín no le dijo… él le inventó un pretexto e incluso le prohibió a Miguel volver a hablar del tema.

Roberta: pero él dijo que lo haría.

Martín: pero no lo haré…- habló de golpe provocando que Mabel y yo pegáramos un brinco- Diego es mi hijo y si quieres seguir a lado de él es mejor que guardes silencio- dijo mirándome fríamente.

Roberta: es ridículo ocultarle algo así él…

Martín: si no te agradan mis decisiones entonces creo que es mejor que te vayas de mi casa…

Mabel: Martín no es necesario que…

Roberta: no, está bien… me voy de aquí y si lo desea no vuelvo a entrar a su casa pero yo me encargo de que Diego se entere de todo.

Martín: me amenazas de nuevo Roberta…

Mabel: es mejor que te vayas Rob…- dijo tomando mi hombro- y…

Diego: ¿mamá porque le dices eso a Roberta?…- dijo entrando al despacho, todos nos miramos en silencio.

Mabel se quedó de piedra mientras Martín me miraba suplicando, a pesar de sus errores sé que ama a diego y sólo trata de protegerlo, aunque no de la mejor manera.

Mabel quería contarle la verdad y eso era obvio, pero Martín tenía miedo de la reacción de Diego y con justa razón porque él nunca ha tomado bien los secretos.

Diego merecía saberlo, pero como Martín lo dijo no me corresponde a mí contarle esa verdad y no porque no lo quiera, sino porque estoy segura que hará preguntas que yo no sabré contestar y eso lo confundirá aún más.

Quería salir de ahí, necesitaba un poco de tranquilidad pero también necesitaba llevar a Diego conmigo, por alguna extraña razón quería apartarlo de sus padres y de ese mundo de mentiras en el que vive.

Diego: ¿entonces?- dijo mirando a Mabel, quien estaba notablemente nerviosa.

Mabel: no mi cielo yo…

Roberta: tu madre no quiere que llegue tan tarde a casa por si mis padres llaman o algo…- ella asintió agradeciendo- además me pidió que…- me aclaré la garganta- que vayas a dormir conmigo amor, para que no pase la noche sola.

Diego: ¿de verdad?- preguntó a Mabel y ella solamente asintió con una leve sonrisa- entonces vámonos amor.

Él tomó mi mano y se despidió de sus padres y yo hice lo mismo para aparentar normalidad.

Abracé a Mabel y después a Martín con un poco de recelo.

Martín: no se lo digas por favor…- susurró en mi oído en medio del abrazo.

Lo miré por unos segundos antes de salir definitivamente de ahí sujetando firmemente la mano de Diego.

Estaba trenzando mi cabello cuando Diego salió del baño y entró en mi habitación.

Besó la coronilla de mi cabeza y después fue directo a la cama.

Diego: me alegro de pasar la noche contigo... ya quería salir de mi casa.

Roberta: vaya... pues gracias amor yo también extrañe dormir contigo- dije sonriendo mientras entraba en la cama junto a él.

Diego: no es por eso niña- pasó su brazo por mis hombros para acercarme a él- es sólo que... sé que suena exagerado pero... me siento un poco incómodo desde que llegamos...- lo miré de frente mientras hablaba- como si esa ya no fuera mi casa, siento que todos me ocultan algo porque susurran cuando estoy cerca o dejan de hablar cuando entro a la habitación y eso está comenzando a fastidiarme.

Roberta: pues no sé que pase en tu casa, pero te aseguro que conmigo las cosas no han cambiado... te amo como el primer día.

Él sonrió y acaricio mi mejilla antes de tomar mis labios en un tierno beso.

Diego: me muero por hacer el amor contigo- dijo mordisqueando su labio inferior mientras trataba de controlar su agitada respiración.

Roberta: entonces hazlo...- susurré tratando de besar sus labios de nuevo pero él se alejó.

Diego: no puedo... es que tu papá me...

Roberta: amor ¿de verdad quieres hablar de mi papá en este momento?- dije con una leve risita.

Diego: no me hagas esto Rob... de verdad que estoy poniendo a prueba mi fuerza de voluntad para no defraudar a tu padre.

Roberta: pero él no está aquí Diego... no entiendo cuál es el problema con que estemos juntos.

Diego: ¿podemos esperar?... porfavor aunque sea hasta que lleguemos a casa.

Suspiré mientras negaba sonriendo.

Roberta: está bien pero tienes mucho que recompensar cuando lleguemos al depa.

Diego: claro que si amor...- besó mis labios de nuevo antes de separarse de golpe y aclararse la garganta nervioso mientras miraba a todos lados.

Roberta: no sé porque siento como si fuera a robar tu virginidad o algo así.

Diego: huuuy no amor... esa ya está muerta y enterrada desde hace mucho tiempo- comenzó a reír y yo sólo me limité a mirarlo seriamente- es broma celosita...- apretó mis mejillas y beso mi frente.

Roberta: no me gustan tus bromitas Bustamante...

Él negó riendo y se recostó para después atraerme a él y poder recostarme en su pecho.


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Presentimiento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora