Capítulo 41

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Diego
Roberta: pero mi amor, es sólo una falta, la primera que tengo de hecho… eso no afectará mucho.

Diego: una falta y una mentira, porque si bien recuerdo alguien me dijo que su profesor no vendría.

Roberta: bueno si, lo siento por la mentira, pero es que si te lo decía te pondrías justo como ahora y no hubiéramos pasado los últimos cuarenta minutos juntos- dijo haciendo puchero y no pude resistirme más.

Diego: está bien… pero no podemos seguir con las mentiras, tenemos que confiar en nosotros tú misma lo dijiste. Sé que es una mentira insignificante, pero a fin de cuentas mentira y…

Roberta: tienes razón, perdóname…- acarició mi mejilla y asentí antes de besarla muy despacio.

Diego: ¿Nada de mentiras?...- ella negó- y nada de secretos…- suspiró y después negó de nuevo.

Roberta: para no tener experiencia como novio lo haces muy bien.

Diego: he visto muchas películas y eso es culpa tuya.

Roberta: pues lo siento mi amor pero veremos muchas películas más- sonreí antes de acariciar su mejilla y besar sus labios tiernamente.

Diego: seguro que sí.. – revisé mi celular- tengo que irme y tú tienes que ir a clase.

Roberta: está bien, pero primero te acompañaré al estacionamiento.

Diego: nada de eso…- le entregué las llaves del auto- iré en taxi.

Roberta: pero…

Diego: necesitarás el auto para volver a casa después, además no me siento muy bien para conducir.


Estábamos en la entrada de la universidad esperando mi taxi, sentía que la fiebre había regresado y honestamente me sentía fatal pero trataba de disimular mi malestar para no hacer sentir mal a Roberta, ella había insistido demasiado en acompañarme a casa pero no podía hacer que perdiera clases.

Roberta: ¿me llamarás cuando llegues a casa?- dijo en medio de un abrazo.

Diego: claro que si…quédate tranquila, es sólo algo de gripa y fiebre, paso por ellos cada año desde pequeño, así que estaré bien.

Roberta: tienes razón pero no dejo de preocuparme por ti…- sonreí en medio del abrazo y me separé para besar su mejilla, ella soltó una pequeña risa y me miró.

Diego: ¿qué?

Roberta: ¿ahora te preocupa contagiarme?… ¿por eso no me besas?

Diego: bueno digamos que el papel de enfermera no se me da muy bien, así que prefiero solamente gozar de tus cuidados.

Ella sonrió negando y me abrazó de nuevo por unos segundos antes de que escucháramos que alguien se aclaraba la garganta. Nos separamos y vimos a Iñaki frente a nosotros.

Iñaki: lamento interrumpir su momento pero necesito hablar con mi pareja sobre el trabajo.

Fruncí el ceño y miré a Roberta, pero ella estaba enfocada en Iñaki mirándolo furiosa, mientras que él sólo tenía una leve sonrisita de superioridad.

Diego: ¿sobre qué trabajo?

Iñaki: ¿tu novia no te lo dijo?...- su sonrisa se hizo más grande- Rob y yo somos equipo en un proyecto.

Roberta: te dije que lo consultaríamos todo por correo.

Iñaki: lo sé pero mi correo no funciona y….

Roberta: entonces haz otro.

Iñaki: es mejor que nos reunamos, si es que quieres terminar rápido.

El claxon del taxi nos interrumpió, debía irme pero no quería dejar a Roberta con este tipo, así estén rodeados de cientos de personas, era obvio que ella tampoco quería quedarse con él, ya que sujeto mi mano aún con más fuerza cuando escuchamos que el auto había llegado.

Diego: tiene razón…

Roberta: Diego…

Diego: no, está bien amor, si así terminarán antes mejor para todos- miré a Iñaki- puedes ir a nuestro departamento y hacer el trabajo ahí.

Iñaki: no creí que fueras tan controlador con tu novia.

Diego: no te importa…- el claxon sonó de nuevo- ¿está bien para ti linda?- ella asintió sonriendo como en agradecimiento- pues ya está… ahora puedes dejarnos solos para poder despedirme de mi novia.

El asintió mirándome molesto y entró a la escuela.

Roberta: perdona si no te dije antes pero….

Diego: no te preocupes, tengo que irme…- la abracé y besé su mejilla- nos vemos en casa- ella asintió y fui hasta el auto que me esperaba.


Roberta
Llegué a casa un par de horas después y al abrir la puerta me encontré a mi novio dormido en el sofá.

Sonreí sin poder evitarlo y dejé mis cosas en el piso después de cerrar la puerta.

Caminé hasta él y me incliné para besar su frente. Él abrió los ojos y me miró sonriendo.

Roberta: no quise despertarte…

Diego: no estaba dormido… sólo fingía.

Roberta: ¿Llamaste al médico?

Diego: si, vino a revisarme y ahora tengo más medicina para tomar.

Roberta: si eso te hace sentir mejor entonces está bien… ¿Porqué fingías estar dormido?

Se escuchó que algo se movía en la cocina y un poco de música a bajo volumen.

Roberta: ¿Hay alguien más aquí?- él asintió.

Diego: llegó hace un par de horas y no puedo hacer que se vaya.

Roberta: ¿Quién….?

Giovanni: ¡Chucky! Qué bueno que llegaste, Diego no dejaba de lloriquear por ti- dijo saliendo de la cocina con un pequeño plato de palomitas.

Miré a Diego y el suspiró negando antes de sentarse en el sofá, me puse de pie y saludé a Giovanni.

Roberta: ¿Así que tú eres quien cuida de Diego cuando no estoy?

Diego: desafortunadamente…- susurró.

Giovanni: malagradecido… yo he estado aquí las últimas horas para cuidar de mi mejor amigo y…

Diego: y devorar la despensa…

Giovanni: evitando…- dijo elevando la voz e ignorando a Diego- que cualquier mujercita venga a tratar de sonsacarlo, lo tengo reservado específicamente para ti- me guiñó el ojo- aunque para cuando este tonto se decida ya tendrá calvicie y panza de Santa Closs.

Roberta: pues gracias por tu esfuerzo Giovanni pero Dieguito y yo ya somos novios.

Giovanni: y no me habías dicho nada animal…- dijo lanzándole una palomita.

Diego: no había tenido tiempo, estuviste dormido la primera clase y en cuanto llegaste aquí te encerraste en la cocina.

Giovanni: bueno tenemos necesidades y en mi departamento comunitario no hay mucho espacio, así que ni modo….- tomó una palomita de su plato y la llevó a su boca- ¡no lo puedo creer!... olvidé la salsa picante… ¿Qué pasa por mi cabeza?- se preguntó mientras regresaba a la cocina con el plato en sus manos.

Sonreí negando mientras veía cómo caminaba a la cocina y sentí que Diego tomaba mi mano para que me sentara en sus piernas.

Diego: haz que se vaya…- susurró antes de besarme y no pude evitar reír.


Roberta: es tu amigo… tu responsabilidad.

Diego: por eso mismo, he intentado que se vaya por dos horas… ya me duele la cabeza de nuevo.

Roberta: pobrecito de mi niño lindo que se siente mal- dije hablando como bebé mientras lo abrazaba.

Diego: me encanta el cambio… de idiota engreído a niño lindo…- sonreí- sobre todo tu niño lindo- dijo sonriendo.

Roberta: a ni me encanta todavía más- dije antes de besarlo de nuevo.

Giovanni: ay que lindos… a mí también me gusta el cambio- nos separamos y me levanté de las piernas de Diego- también escuché lo otro y me duele que no valores mis cuidados…- dijo tomando su pecho- así que me voy… pero me llevo mis palomitas- tomó su mochila- además no tienen salsa picante que es aún más grave que despreciar a tu mejor amigo… espero que la próxima vez que venga no estés tan pesado y sobre todo que tengas los alimentos básico de cualquier despensa….- nos miró al llegar a la puerta- adiós.

Diego: Adiós…- dijo sonriendo mientras lo despedía con la mano antes de que Giovanni saliera por completo del departamento y cerrara la puerta.

Roberta: pobrecito…- dije haciendo puchero.

Diego: está fingiendo, siempre lo hace…- dijo levantándose del sofá y abrazando mi cintura.

Roberta: ¿Qué quieres comer?... muero de hambre.

Diego: según los suministros que tenemos en la despensa, sólo podemos comer cereal y palomitas.

Roberta: ¿qué? Había pasta y pollo frito o algo así.

Diego: bueno eso fue en la mañana, porque después de Giovanni ya no tenemos muchas opciones.

Roberta: ¿tenemos que hacer las compras?

Diego: si queremos comer tenemos que hacerlo.

Roberta: supongo que puede ser mañana, hoy podemos pedir algo para comer y cenaremos cereal o palomitas.

Diego: me parece bien… porque hoy quiero pasar todo el día contigo antes de que Iñaki venga a hacer el dichoso trabajo- suspiré profundamente.

Roberta: lamento no decírtelo antes, traté de conseguir otro compañero pero el profesor no me dejó y tampoco pu…

Diego: está bien… no me importa que trabajes con él, lo que me preocupa es que no te sientas cómoda estando con él… por eso le pedí que trabajaran aquí, no tiene nada que ver con que sea controlador o algo así.

Roberta: ya lo sé, no me pareció una propuesta de novio controlador, al contrario te agradezco que me hayas salvado de él.

Diego: no sé, no estoy muy seguro de tu agradecimiento…- dijo sonriendo- no creo que vuelva a salvarte de nuevo.

Roberta: ¿entonces las palabras no bastan?...- él negó sonriendo, muy cerca de mis labios- ¿Qué tal esto?... gracias mi amor…- lo besé sujetando sus mejillas- gracias… gracias- él comenzó a reír cuando llené su rostro de besos.

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