Capítulo 23

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Diego
Roberta: Toma...- me lanzó una almohada y una manta apenas crucé por la puerta de la habitación.

Diego: ¿qué es esto?

Roberta: tu almohada y tu manta... puedes elegir cualquier lugar del piso y será tu cama.

Diego: no voy a dormir en el piso...

Roberta: no tienes de otra... lo más que puedo ofrecerte es una pequeña alfombra.

Diego: no soy perro Roberta

Roberta: ¿seguro?...- la miré mal y ella sonrió como niña traviesa.

Diego: tú accediste a darle mi habitación a Mía, así que si alguien debe dormir en la cama soy yo.

Roberta: ¿vas a hacer que duerma en el suelo Diego?... que poco caballero eres.

Diego: claro que no, si me convences puedo compartir cama contigo- le guiñé el ojo con una pequeña sonrisita de lado.

Roberta: prefiero el sofá antes que compartir cama con un patán como tú.

Tomó un par de almohadas y estaba a punto de salir de la habitación cuando la interrumpí.

Diego: si te arriesgas a que Mía te vea dormir en la sala por mí no hay ningún problema, pero será aún más agobiante tener que explicarle porque no dormimos juntos después de todo...- me senté en el lado derecho de la cama.

Ella soltó la manija de la puerta y se giró a mirarme furiosa a lo que yo respondí con una pequeña sonrisita victoriosa; golpeé el colchón con mi mano derecha invitándola a sentarse junto a mí.

Diego: ven a dormir con tu guapo novio mi Robertita.

Ella me miró con tanta rabia que por un momento temí ser la víctima de un homicidio, sin embargo la expresión de burla no desapareció de mi rostro, por lo que ella rodó los ojos y bufó extremadamente molesta para después comenzar a caminar lentamente hacia la cama.

Se detuvo a los pies de la cama y suspiró.

Roberta: un solo movimiento extraño Bustamante y te saco a patadas de mi cuarto... ¡y no me importa lo que diga Mía! ¿Ok?

Diego: está bien... pero no grites- ella se sentó al otro extremo de la cama sin soltar la almohada y la manta que abrazaba contra su cuerpo- además considérate afortunada de cumplir la fantasía de muchas chicas al dormir contigo... - le dije acomodándome de lado apoyando mi cuerpo sobre el codo; sonreí y le guiñe el ojo.

Roberta: estoy alucinando de alegría, no sabes cuánto...- dijo con sarcasmo.

Diego: como sea...- me levanté de la cama y saqué la playera que llevaba puesta.

Roberta: ¡¿Qué haces?!...- dijo sorprendida y tratando de no centrar la mirada en mí.

Diego: me preparo para dormir, por la noche hace mucho calor por eso prefiero dormir sin playera... ¿vas a dormir así?- la miré de arriba abajo sobre la cama, ella llevaba unos típicos vaqueros que se ceñían perfectamente a su cadera, acompañados de una delgada pero bonita blusa de algodón y unos zapatos deportivos azules.

Roberta: claro que no...- dijo haciendo una mueca.

Abrió un cajón del mueble que había junto a la cama y se quedó varios segundos mirando dentro de él, después volteó a verme y tomó algo del interior para después dirigirse hacia el sanitario.

Cuando entró simplemente empujó la puerta esperando cerrarla, sin embargo para mi buena fortuna la puerta no se cerró por completo por lo que podía ver su reflejo en el espejo a través de una pequeña abertura entre el marco y la puerta.

Presentimiento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora