Roberta
La siguiente semana pasó rápido, tenía mucha tarea, por lo que solo salía de mi habitación para comer, además no es que hiciera mucha diferencia ya que los primeros días Diego no me hablaba o lo hacía pero sólo lo necesario.Sé que no debí tratarlo así esa noche después de la fiesta, pero es que las palabras de esa enana me llegaron al alma y me hicieron darme cuenta que hiciera lo que hiciera él nunca cambiaría y siempre sería el mujeriego e inalcanzable capitán del equipo de soccer, Diego Bustamante.
Hoy era viernes por la noche y tenía que quedarme a estudiar en la biblioteca, pasé casi toda la tarde con Matías ya que compartimos la misma clase, fuimos a comer y después regresamos a encerrarnos como ratones de biblioteca hasta que prácticamente me ardían los ojos.
Estaba llegando a casa y apenas cerré la puerta cuando Diego salió de su habitación muy arreglado, se veía realmente guapo, tenía un pantalón de mezclilla azul oscuro, una camisa negra y unos tenis color gris.
Lo miré mientras buscaba sus llaves y me perdí completamente en él hasta que Joana salió de la misma habitación con un vestido descaradamente corto.
Diego: Roberta saldré con unos amigos, llegaré algo tarde- dijo mientras tomaba las llaves de su auto y la mano de su amiguita que tenía una estúpida sonrisita en los labios, y me miraba victoriosa, a diferencia de él que ni siquiera volteaba a verme.
Roberta: Ok, cuídate- dije algo molesta, él sólo me sonrió y salió del departamento.
Cuando cerró la puerta suspiré profundamente; como me gustaría estar en el lugar de esa tipeja en este momento.
Fui hasta la cocina y abrí la nevera para buscar algo de cenar ya que estaba tan cansada que no quería preparar nada; para mi buena suerte había un plato de sobras de la comida, era arroz con pollo frito, mi favorito, amaba este platillo, sobre todo si Diego lo preparaba porque aunque no suene imparcial el pollo frito preparado por él es el mejor que he probado en mi vida.
Cené mientras terminaba mi tarea y después tomé una larga y relajante ducha, necesitaba olvidarme de todo, me mataba la idea de que él estuviera en una fiesta con ella y con quién sabe cuántas tipas más.
Fui a tratar de dormir y cuando me di cuenta ya pasaba de las 3 de la madrugada y él aún no llegaba, sinceramente estaba muy preocupada por él porque normalmente no sale y cuando lo hace no llega tan tarde.
Me sentía patética, seguramente él está con Johana y yo aquí esperándolo en casa muy preocupada.
Además de que estaba comenzando a llover y para mi sorpresa estaba tan preocupada porque Diego llegara bien a casa que los estruendos no me asustaban.
Escuché voces en el pasillo y la cerradura de la puerta de la entrada, salí de mi habitación y vi como Giovanni prácticamente cargaba a Diego para hacerlo entrar al departamento.
Diego: vas a sufrir, vas a llorar para que sientas lo que siento…- cantaba prácticamente a gritos.
Giovanni: basta Diego, vas a despertar a los vecinos.
Diego: te acordarás de aquel amor que nos tuvimos…- se sentó en el sofá con una triste sonrisa- ¿Cuál amor?... Todo fue fingido Giovanni, ella no me quiere.
Roberta: ¿Qué pasó?- caminé hasta ellos mientras Giovanni trataba de hacer que Diego se quedara sentado en el sofá.
Giovanni: no sé, Johana me llamó hace casi dos horas y solo me dijo donde encontrar a este tonto.
Roberta: ¿Ella donde está?
Giovanni: bueno cuando llegué seguía en el bar con él, pero supongo que se hartó después de las cinco veces que le preguntó porque tú no lo querías...- me ruboricé en seguida.
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Presentimiento ©
FanfictionSe odiaban a morir pero en el momento en que tuvieron que compartir el mismo departamento las cosas comenzaron a cambiar. Diego y Roberta no estaban listos para lidiar con lo sentían y se negaban a aceptar que estaban profundamente enamorados el uno...