Roberta
Salí del baño y comencé a buscar a Diego entre todas las personas, este niño tiene un don desesperante y es que en cuestión de segundos puede desaparecer sin que te des cuenta.Fui hasta la sala de espera y lo alcancé a ver casi al fondo de la sala, cuando me acerqué más a él pude ver que estaba acompañado de una chica, ella lo miraba fijamente e hizo una mueca después de que él asintió y le dijo algo que no logré entender, pero parecía que a la chica le había decepcionado la respuesta.
Diego: lo siento...- llegué hasta ellos y ambos me miraron, Diego sonrió y me tomó del brazo para acercarme a ambos- ella es Roberta... mi novia- esa palabra me encantaba aunque debo admitir que aún no me acostumbraba a que me llamara así y mucho menos que me presente como su novia.
Giselle: mucho gusto... Giselle- se presentó- bueno tengo que irme... necesito buscar un taxi.
Diego: nosotros podemos llevarte, ¿Cierto?- me miró y asentí con una sonrisa forzada
Giselle: no hace falta... de verdad.
Diego: en serio, no sería problema- ella sonrió negando.
Roberta: muy bien, como prefieras.
La chica se despidió de nosotros y desapareció por el pasillo mientras cargaba su pesada maleta.
Diego: vámonos, muero de hambre...
Roberta: pero acabas de desayunar...- le dije sonriendo.
Diego: pero necesito un segundo desayuno- negué mientras salíamos de la estación.
Diego
Apenas llegamos a casa tuve que sacar la poca ropa que tenía en la habitación de Roberta, quien por cierto lo primero que hizo al entrar a casa fue sacar nuestro "contrato" para devolverlo al lugar donde estaba antes de que Mia viniera a casa.No perdió tiempo para recordarme de nuevo las limitaciones de nuestro acuerdo y advertirme de las consecuencias que conllevaría si rompía alguna de ellas.
Las palabras de mi hermana sonaban en mi cabeza una y otra vez, cada vez que estaba decidido a confesarle a Roberta lo que siento, una enorme inseguridad aparecía opacando mi ilusión. Ella podía rechazarme o simplemente aceptarme por lástima o por compromiso para no incomodar el ambiente entre nosotros.
Roberta: ¡Diego!... Matías llegó...- rodé los ojos fastidiado apenas escuché ese nombre.
Diego: ya voy...- me levanté de la cama y caminé a la puerta mientras buscaba la paciencia necesaria para compartir habitación con ese tipo.
La verdad es que en lo personal debo admitir que no es tan detestable como me gustaría que fuera, incluso en ciertos momentos es agradable pero me irrita verlo junto a Roberta, abrazarla y llamarla "belleza", eso pone a hervir mi sangre.
Trataba de convencerme de que sería un momento agradable, buscaría sacar lo mejor del momento y haría lo posible por evitar las ganas de asfixiarlo cuando mira a mi chica, estaba convenciéndome de ello hasta que abrí la puerta de mi habitación y me encontré a ese tipo hablando extremadamente cerca de Roberta, en ese momento supe que el odio hacia él había regresado.
Me aclaré la garganta y ambos voltearon a verme, Matías se levantó y estrechó mi mano a modo de saludo.
Matías: ¿Cómo estás Diego?
Diego: estaba bien...
Roberta: Diego...- susurró y Matías sonrió negando- mejor empecemos de una vez, quiero terminar rápido este proyecto.
Diego: opino lo mismo...- dije mirando a Matías fijamente.
Estuvimos cerca de dos horas terminando el proyecto, ya era la última parte y en pocos días tenemos que entregarlo completamente terminado.
Roberta: creo que ya está... la verdad quedó muy bien.
Diego: que bueno que ya terminamos, afortunadamente no es tan tarde para volver a casa ¿verdad Matías?...- Roberta me miró furiosa.
Roberta: Matías va quedarse a comer... bueno si quieres- dijo mirando al chico.
Matías: te agradezco belleza, pero tengo que volver temprano a casa y...
Diego: si, que pena...
Matías: es mejor que me vaya...- dijo tomando su saco.
Diego: si...- Roberta me miró mal mientras acompañaba a ese tipo a la puerta.
Él le dio un beso en la majilla y después me saludó con la mano derecha antes de salir por completo del departamento, Roberta cerró la puerta y me miró molesta.
Roberta: ¿no puedes comportarte al menos una vez? Matías no te ha dicho nada y mucho menos te ha dado motivos para tratarlo así.
Diego: no me agrada el tipo ¿Qué quieres que haga?
Roberta: has un esfuerzo, al menos inténtalo para tratar de soportar este ambiente.
Diego: tú no soportabas a Sol y nunca trataste de disimularlo.
Roberta: no puedes comparar a esa enana con Matías...
Diego: ¿por qué no?
Roberta: es diferente, Matías es especial y...
Diego: ¿Qué tan especial?- la miré un poco molesto y dolido, ella suspiró.
Roberta: es un buen amigo...- la miré fijamente- bueno él...- su rostro cambió y me miró con el ceño fruncido- no tengo porque darte explicaciones.
Tomó los platos sucios que había sobre la mesa y entró a la cocina.
Diego: necesito que me lo digas...
Roberta: ¿por qué?...- dejó los platos sobre la barra y me miró de frente.
Diego: porque quiero saberlo.
Roberta: pues que pena, yo también quiero muchas cosas en la vida pero no siempre las obtengo.
Diego: ¿Cómo qué?...- me miró confundida- yo puedo ayudarte a obtenerlas- me acerqué a ella- sólo tienes que decirlo.
Roberta: yo...- me miró nerviosa, de alguna manera amaba esa reacción en ella y por eso me encantaba provocarle eso- yo... yo quiero...- se aclaró la garganta- quiero que te encargues de la cocina.
Me entregó los platos que había dejado antes y prácticamente salió corriendo del lugar.
Suspiré y negué mientras comenzaba a limpiar el lugar, abrí la alacena para guardar los vasos limpios y cuando lo hice el pequeño papel se despegó de la madera y cayó justamente en el lugar repleto de agua, traté de rescatarlo pero se desintegró en el agua.
Era absurdo todo esto, es absurdo tener un contrato para no enamorarme de la chica que amé desde el primer momento, es completamente absurdo tener que soportar las ganas de besarla, de abrazarla y de estar con ella, amo completamente a esa pelirroja loca y justo ahora no hay manera de evitarlo.
Salí de la cocina dispuesto a decirle lo que siento, necesitaba que ella al fin se diera cuenta de las enormes ganas que tenía de quererla, de demostrarle mi amor sin limitaciones, me arriesgaría a un rechazo, lo sé bien pero eso ahora no importaba.
anoniromo
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Presentimiento ©
FanfictionSe odiaban a morir pero en el momento en que tuvieron que compartir el mismo departamento las cosas comenzaron a cambiar. Diego y Roberta no estaban listos para lidiar con lo sentían y se negaban a aceptar que estaban profundamente enamorados el uno...