Diego regresó con un pantalón a cuadros color azul y el pecho desnudo, dejándome ver su perfecto torso trabajado y sus fuertes brazos, que aunque ya los había visto ahora podía apreciarlos mucho mejor.
Roberta: ¿no tienes frío?- pregunté nerviosa mientras observaba “discretamente” su cuerpo.Diego: no, me da mucho calor por la noche- sonrió de lado.
Roberta: bien- dije mientras me dirigía a la “cama” en la sala y entré en ella, segundos después Diego hizo lo mismo, prendí la televisión y puse una película.
Vimos dos películas que no recuerdo cuales eran ya que mi atención estaba centrada en el sexy chico que tenía a un lado.
Después de la película programé la televisión para que se apagara y nos acostamos a dormir dándole la espalda al otro, con cada relámpago me sobresaltaba un poco y me cubría con la manta hasta la cabeza.
Diego parecía que estaba dormido, ya que su respiración era pausada, de pronto un estruendo horrible se escuchó en la calle, la televisión se apagó y las lámparas en la calle también haciendo que todo se volviera completamente oscuro.
Roberta: Diego- dije asustada mientras me sentaba de golpe. Él se había despertado con el estruendo ya que sentí que brincó del susto.
Diego: tranquila, tal vez la luz regrese pronto- dijo y tomó mi mano- llamaré al portero- trató de levantarse pero lo tomé del brazo.
Roberta: no, no me dejes sola- dije muy asustada- voy contigo.
Llamamos al portero y nos dijo que el generador había tronado y que mañana por la mañana lo cambiarían, regresamos a dormir o bueno en mi caso a tratar de dormir ya que la lluvia no cesaba, al contrario había aumentado y para colmo estábamos a oscuras, la peor combinación.
Trataba de controlarme para poder dormir pero estaba muy nerviosa.
Diego: ¿Roberta?
Roberta: ¡ay no! ¿Te desperté? Perdóname.
Diego: no lo hiciste, no estaba dormido... no puedo dormir.
Roberta: imagínate yo- dije abrazando una almohada.
Diego: tranquila, yo estoy contigo, ven- dijo levantando la sábana y abriendo los brazos, me acurruque contra su pecho y de inmediato me relajé. Mi corazón latía a mil, no lo podía evitar.
Llevábamos ya varios minutos así, la lluvia de afuera simplemente pasó a segundo plano, me sentía protegida por los brazos fuertes que rodeaban mi cintura, podía sentir su respiración sobre mi cabello y oler su deliciosa y varonil loción. Dormí profundamente con una tonta sonrisa en mi boca.
Desperté a causa de los rayos del sol que llegaban hasta mi rostro hoy no tenía que ir a la escuela ya que era sábado, me sentía sola, Diego ya no estaba eso me desilusionó un poco pero supongo que fue a arreglar lo de la luz con el portero.
Me levanté de la “cama” y escuché ruidos en la cocina y música, mientras más me acercaba un delicioso aroma inundó mis sentidos, llegué hasta la cocina y ahí estaba Diego, él es guapo siempre pero por la mañana está increíblemente apuesto, llevaba un pantalón de mezclilla que ajustaba con un cinturón, tenis blancos, el cabello desordenado pero lindo y no llevaba playera, a éste hombre le encanta ponerme nerviosa. Tarareaba y se movía un poco con la música, lo hacía bien así que supongo que sabe bailar muy bien.
Roberta: Hola, buenos días.
Diego: Hola Roberta, buenos días- me sonrió-¿dormiste mejor?
Roberta: si, muy bien gracias- dije un poco sonrojada y bajé la cabeza, él solo soltó una pequeña risita y siguió cocinando.
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Presentimiento ©
Fiksi PenggemarSe odiaban a morir pero en el momento en que tuvieron que compartir el mismo departamento las cosas comenzaron a cambiar. Diego y Roberta no estaban listos para lidiar con lo sentían y se negaban a aceptar que estaban profundamente enamorados el uno...