Capítulo 47

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Roberta
Roberta: ¿Una canción?... ¿Sólo eso?

Diego: pues claro… ¿Qué creías que te pediría?

No sabría cómo explicar la mezcla de emociones que tengo en este momento, sentía vergüenza simplemente al pensar que él me pediría eso ¿cómo pude creer que Diego, mi Diego sea capaz de pedirme tener relaciones con él?

Desde el primer momento dijo que podría esperar el tiempo que yo necesitara.

Por otro lado me sentía aliviada y al mismo tiempo decepcionada porque él no me lo pidiera, de alguna manera necesitaba saber que él me deseaba para así darme el valor que necesito.

No es que no quiera estar con él, sino que me atemoriza el hecho de imaginar que después de eso se decepcione de mí o que espere demasiado de una escuincla como yo.

Amo a Diego y me aterra perderlo por algo tan estúpido como mis miedos.

Roberta: nada… pensé que hablabas de otra cosa- dije apenada mientras él me miraba con una sonrisa tierna.

Diego: lo único que espero de ti es lo que tú te sientas segura de entregarme mi amor…

Sonreí y besé sus labios lentamente, quería demostrarle en un beso todo lo que él me hacía sentir, el amor y ternura que me daba era algo incomparable.

Diego: ¿Entonces?...- preguntó al romper el beso- ¿Puedo escucharte cantar o no?- preguntó apenado cómo niño pequeño.

Roberta: mi reproductor está en el departamento… dame cinco minutos y regreso- traté de levantarme pero él tomó mi mano sonriendo.

Diego: no importa la música, sólo quiero escuchar tu voz… además no quiero separarme ni un segundo de ti- dijo con una media sonrisa que me cautivó.

Sonreí regresando a mi lugar y suspiré mirándolo a los ojos, nunca había cantado para alguien, no frente a frente.

Mi amiga y mis padres ya me habían escuchado pero siempre a través del reproductor de música, cantar en público me apena bastante, sobre todo si es una de las canciones que escribí, siento como si abriera mi alma y quedara indefensa frente a las personas.

Roberta: nunca he cantado para nadie y mucho menos sin música, así que no esperes mucho ¿Ok?- él asintió sonriendo.

Suspiré una vez más y me aclaré la garganta.

Te he ocultado un gran secreto
No sé por dónde debería empezar
No sé cómo explicar que estoy enamorada de ti
De ti

Me haces olvidar y me haces recordar al mismo tiempo
Haces lo que quieres de mí

Y presiento que llegas para darme la calma
Que llegas en el justo momento
Y ese efecto me lo haces tú

Y hace tiempo que al verte siento que me desarmas
Que haces que cambiemos de rumbo
Hacia un encuentro donde estás tú

Donde estás tú

Terminé con la respiración levemente agitada y saliendo repentinamente de mi trance, miré mis manos y me dí cuenta que estaba tomando las manos de Diego, quien me miraba con una enorme sonrisa en los labios.

Diego: ¡Bravo!...- dijo gritando mientras aplaudía, como si acabara de ver el mejor show del mundo- ¡es mi novia!...- gritó haciendo que el eco en el cielo resonara.

Me lancé sobre él con tanta fuerza que hice que ambos cayéramos de espaldas, besé sus labios para que dejara de gritar mientras ambos reíamos en medio del beso.

Presentimiento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora