Presentimiento ©

Capítulo 40

Roberta
Fui a buscar al profesor para tratar de solucionar la situación, lo encontré en un aula que estaba cerca de donde fue nuestra clase, llevaba casi cinco minutos tratando de convencer al anciano, pero era prácticamente imposible.

Profesor: lo siento señorita pero los equipos fueron asignados de manera aleatoria.

Roberta: lo sé pero necesito otro compañero.

Profesor ¿hay algún problema con Iñaki?

Roberta: no, pero... él y yo no nos llevamos muy bien...

Profesor: no siempre trabajará con personas de su agrado, debe aprenderlo...- rodé los ojos fastidiada cuando él no me miraba- además no hay nadie más a quién asignarle, todos sus compañeros ya tienen pareja.

Roberta: puedo hacerlo sola... es un trabajo simple, no necesito un compañero.

Él me miró por unos segundos y después negó centrando su vista de nuevo en los papeles.

Profesor: si el trabajo fuera individual se los habría dicho desde un principio y no hubiera perdido mi tiempo asignándoles pareja... lo siento señorita pero no hay manera, su compañero está asignado y no es posible cambiarlo- tomó los documentos que tenía sobre el escritorio y se levantó- que tenga buen día...

Salió del aula y yo bufé molesta.

Iñaki: ¿tanto me aborreces como para suplicar otro compañero?- me giré y lo vi parado en la puerta.

Roberta: no es eso pero no creo que sea... sencillo trabajar juntos.

Iñaki: tal vez todo es una idea tuya Rob, no estoy tan obsesionado contigo como lo crees, de hecho creo que ya no me interesas como antes, así que puedes quedarte tranquila porque no haré que las cosas sean incómodas, al contrario, quiero que seamos amigos... esta vez en serio y de verdad llevarnos bien.

Roberta: escucha yo... no te voy a negar que hasta cierto punto llegué a cansarme de lo intenso que eras conmigo y si tomé medidas fue justamente para tratar de contrarrestar eso y pues... evitarte, así que las cosas no van a cambiar tan fácilmente.

Iñaki: yo lo sé... sé que a veces si me pasaba contigo pero lo único que quería era llamar tu atención y que de alguna manera pues... me notaras, pero ahora sé que estás con Diego y aunque no esté de acuerdo con eso...

Roberta: ¿ves? Eso es justo lo que quiero evitar pero tú...

Iñaki: no Roberta, no me malinterpretes, no estoy de acuerdo con tu relación con Diego porque quiera algo contigo, ya te explique que lo único que busco es amistad pero no sé... siento que Diego no es el chico adecuado para ti, podrías estar con cualquiera y no tendría problema, pero Diego te hará daño- fruncí el ceño- por lo poco que conozco a Bustamante me doy cuenta que no es de los que son fieles a una sola chava y todos saben la capacidad que tiene para seducir a una chica, tal vez sólo te está enredando y no te das cuenta.

Trató de tomar mi mano pero la aparté en cuanto él se acercó.

Roberta: las cosas contigo no van a cambiar, me lo demuestras mil veces, siempre vas a ser el mismo pesado de siempre... tú y yo no podemos ser amigos.

Iñaki: Roberta no seas necia, acepta que es cierto, Diego te hará sufrir y yo solamente quiero quitarte la venda de los ojos... quiero cuidarte.

Roberta: sé cuidarme sola muchas gracias...- tomé mi mochila- te enviaré un texto con tu parte del trabajo, haremos todo por correo y así no tendremos que vernos.

Salí del aula casi corriendo, no quería seguirlo escuchando, no necesitaba recordar el historial de mi novio. Conozco perfectamente a cada chica con la que Diego ha estado desde que lo conozco y sé que ninguna de ellas se parece a mí, no tengo ni una pizca de la sensualidad de ellas, ni mucho menos la personalidad extravagante de cada capitana de porristas con las que lo he visto y eso me parecía cada vez más extraño.