Capítulo 7.

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Alice;

El día siguiente a la fiesta lo había pasado metida en la cama, con un dolor de cabeza tremendo y sin fuerzas que me permitieran caminar más allá de la corta distancia que había entre mi habitación y la cocina. Prácticamente cogí lo que me apeteció de la nevera y lo trasladé a mi dormitorio. Allí llené todo mi estómago mientras tumbada veía películas y cambiaba de vez en cuando de posición para que no se durmiera ninguna parte de mi cuerpo.

Ya había llegado el lunes y eso significaba que tocaba volver a Rutgers, pero esta vez con un motivo diferente. De pensar en las asignaturas y los profesores que me esperaban podía llegar a deprimirme, tenía por delante un día bastante duro y largo.

Me duché, me aseé y me enfundé en unos pantalones negros de pitillo. Metí mi blusa blanca por dentro y coloqué un cinturón por encima para así ajustar más la tela y que no se saliera. Terminé por ponerme unos botines también negros y me repasé varias veces en el espejo. No podía salir de casa sin antes observar cómo me veía. Era bastante presumida, pero me encantaba serlo. No podía permitirme salir a la calle y pasar desapercibida. Me gustaba destacar, que alguien pasara por mi lado y quedarme por unos segundos en su cabeza. Sí, así era yo.

Me subí en mi preciosa moto y coloqué el casco rosa sobre mi cabeza. Arranqué y me incorporé a la carretera para empezar a sentir la brisa acariciando mi cara. Me gustaba aquella sensación de liberación, de llevar el control, de ser yo misma la que tomara las decisiones. Mis manos sobre el manillar eran tan poderosas que marcaban el rumbo y el camino a seguir. Aumenté la velocidad y pude notar la adrenalina corriendo por mis venas. Adoraba ver cómo todo pasaba rápido, cómo apenas se distinguía lo que había a mi alrededor. Entonces me incorporé al carril donde se podía ir más rápido y desconecté de todo. Solo importaba yo. Nada más existía.

Sin dejar de centrarme en la carretera por mi mente pasaron todos los momentos que me habían marcado estos últimos días. Quizás era una pura coincidencia, pero desde que me tropecé con Luke todo se había desmoronado. Mis padres discutían más de lo habitual, en casa se respiraba un ambiente diferente y, aunque no quería averiguar el porqué, en realidad lo sabía perfectamente. Aquel fatídico día nos había jodido bien y todavía nos repercutía en el presente. Después había venido lo peor: pillar a mi novio con mi mejor amiga. ¡A qué mala hora! A veces prefería no haber descubierto nada y que me siguieran engañando a escondidas, esto era una auténtica tortura... no sabía cómo enfrentarme a ellos y contarles lo que había visto. Y, para rematar, el día anterior no me había podido sacar de la cabeza a Luke. No entendía por qué me sentía tan bien cerca suya, tan segura cuando notaba que estaba ahí... era como una especie de protección a la que no podía renunciar.

Maldito Luke Carter, había traído la mala suerte a mi vida. En el fondo maldecía haberle conocido, aunque otra parte de mí me ataba a él y me susurraba al oído que era lo mejor que me podía haber pasado. Gracias a él estaba llevando algo mejor todo el desastre en el que se había convertido mi vida; en cierta manera por su culpa lo llevaba bastante bien y eso me hacía sentir terriblemente mal. Yo no era así, yo era pura venganza si me hacían daño. Podía convertirme en la peor enemiga y ser la peor de las pesadillas.

¿Desde cuándo una chica descubre que le ponen los cuernos y actúa como si nada? Me había quedado bloqueada, estancada, procesando todo. El tiempo se había detenido, pero era hora de mover las agujas del reloj y pasar a la acción. Entonces lo tuve claro: había llegado el momento, tenía que hablar las cosas e iba a empezar por Bonnie. Ella, a solas, podía llegar a ser bastante indefensa. Por el contrario, Jack era más fuerte y sería más difícil enfrentarme a él.

Estacioné mi querida moto en el lugar de siempre y entré en la universidad a un paso acelerado. Andaba un poco justa de tiempo, así que subí las escaleras deprisa y ni siquiera me detuve en las taquillas. Una vez dentro de clase, me dirigí directamente hacia donde estaba Bonnie y me senté a su lado.

Nunca te busqué.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora