Alec abrazó a Magnus, tan fuerte como un pequeño de tres años podía, no queriendo soltarlo nunca.
Magnus lo jaló hacia él más cerca, sus ojos ardían con lágrimas contenidas. A pesar de saber que siempre podría ir al FOIRFE en cuestión de seguidos y que Alec podía llamarlo si quería y cuando quisiera, era difícil dejarlo ir.
Estos tres años se había estado conteniendo, mirándolo de lejos, encontrándolo en sus sueños sin que Alec supiera, lo había visitado algunas veces cuando era un bebé, esos ojitos oscuros siempre fijos en Magnus y sus bracitos agitándose hacia él...
Usualmente sólo se detenía al lado de su cuna y lo miraba dormir o escuchaba su balbuceo incomprensible, como si el pequeño de meses de edad quisiera decirle algo. A veces acariciaba su mejilla o su frente y las manitas de Alec atrapaban sus dedos entre los suyos pequeños.
Pero hubo una ocasión en que Magnus no resistió el impulso, asegurando la puerta para que nadie pudiera entrar, tomó al bebé en sus brazos, y el niño reía feliz, su sonrisa hacía querer llorar y reír a Magnus. Supo en ese momento, con el pequeño príncipe acurrucado en su pecho, durmiéndose con el latido de su corazón, que ya nunca podría dejarlo.
Alec seguramente nunca recordaría esos momentos, pero Magnus no lo olvidaba, y ahora que lo tenía más cerca, confirmaba lo difícil que iba a ser seguir sin él a su lado hasta que pudieran estar realmente juntos.
-Tengo sueño, Magus -Alec ya se estaba acomodando, habían pasado un par de años y su pequeño predestinado seguía encajando perfecto en sus brazos. Parecía que, sin importar cuánto tiempo pasara y cuánto cambiaran, Alec estaba hecho para él.
Magnus se preguntó, durante un momento, si seguiría siendo así cuando Alec fuera mayor, ¿todavía encajarían tan bien? ¿Alec seguiría buscando sus abrazos?
Magnus lo arrulló. Alec podía tomar una siesta mientras él preparaba sus lentes, unos especiales que no lastimaran sus ojitos. -Duerme, mi niño de ojos de cielo.
Alec balbuceó algo que Magnus ya no entendió, pero conociéndolo como empezaba a hacerlo bien pudo un "De cielo". Eso hizo sonreír a Magnus mientras dejaba a su pequeño predestinado en la cama. Lo miró dormir largo rato antes de obligarse a dejarlo. Colocó la flor a su lado, para que Alec la viera al despertar.
Magnus trabajó en los lentes de contacto con más empeño que en cualquier otro par. Él no era el único que podía hacerlos, como Esperanza había dicho, muchos en la SAOIRSE usaban de color azul aunque no tuvieran el Gen H y los que salían por los niños expulsados usaban oscuros, pero Magnus era el mejor. Y aun así, nunca había hecho para alguien de la edad de Alec, los niños con el Gen H eran bienvenidos entre los libertos y no tenían que ocultarse. No había habido un caso como el de Alec antes. Y Magnus no quería cambiar los ojos del pequeño con magia pura, incluso cuando no sabía cuánto durarían los lentes en él.
Esperanza llegó mientras él trabajaba en los lentes. Sabía que era ella sin necesidad de preguntar quien tocaba, así que sólo le indicó que entrara.
Ella miró al pequeño Alec. -¿Cómo está él?
-Bien. Mi niño está feliz, aunque no quiere irse, ni yo que se vaya.
-Tenemos que...
-Sí, lo sé. Tienen que volver. La verdad es que no entiendo, y no te estoy juzgando, cómo puedes vivir allá afuera, entre ellos, cuando podrías tener libertad aquí.
Esperanza sonrió. -Ella me salvó, tú sabes lo que es una deuda de vida, Magnus. Además, siempre puedo volver si llega a ser insoportable. Sólo es un poco extraño ver el tiempo pasar diferente entre ambos lugares, y yo, al cruzar tan seguido, no me adapto a ninguno. A veces siento que mi tiempo no es ni el de la SAOIRSE ni el del FOIRFE. No sé si me explico.
Magnus asintió. -En algún momento vas a tener que elegir, lo sabes. No puedes pasar toda la vida así.
Ella asintió y después, mirando a Alec de nuevo, preguntó. -Alec igual, ¿cierto?, ¿qué harías si decidiera quedarse en el FOIRFE con su familia?
Magnus respiró profundamente antes de responder. -Dejarlo ir. Cuando tenga edad de decidir, si decide quedarse, no podría obligarlo.
Esperanza no dijo nada durante un momento, después se acercó a Magnus. -Son almas gemelas, dudo que no te elija. Ya lo hace y ni siquiera es consciente. Nunca lo vi aferrarse así a alguien antes, como cuando ayer quise que viniera conmigo.
-Es un lazo fuerte, ya sabes.
Esperanza no dijo nada. Todos sabían, en teoría, sobre las almas gemelas y los predestinados, pero -incluso en la SAOIRSE- no todos encontraban al suyo.
-Ve con tu familia un rato más -le dijo Magnus- o a disfrutar de la libertad. Deja a Alec conmigo estas últimas horas. Sabes que nunca le haría daño, con nadie estará más seguro que conmigo. Al amanecer volverán a su mundo "Perfecto".
Esperanza asintió y salió después de un "Volveré por él al amanecer".
Magnus trabajó en los lentes un par de horas más, hasta que estuvieron listos, esperaba que con Alec funcionaran igual que con los demás y sirvieran al menos un par de semanas.
Estaba ya quedándose dormido y no quería perderse preciosos momentos con Alec, así que salió un momento afuera se su carpa, no se alejó. Sólo salió a tomar aire para despejarse. Cuando sucedieron ambas cosas a la vez:
Escuchó a Alec llorar dentro.
Y, incluso antes de que pudiera correr y asegurarse que estaba bien, hubo un lloroso "¿Magus?".
Cuando Magnus entró, el pequeño Alec, con lágrimas en sus ojos, miraba la flor entre sus manos muy de cerca y susurraba otra vez "¿Magus?".
Magnus no pudo evitar una risita, mientras se acercaba a la cama, su corazón volvió a latir con normalidad ahora que veía que Alec estaba bien. -Mi niño, estoy aquí, no tienes que usar la flor.
Alec todavía con los ojos húmedos y labios temblando lo miró, haciendo pucheros dijo: -Dijiste que podía llamarte, ¿me escuchaste?, ¿sirvió?
Magnus negó con una sonrisa, Alec no iba a entender. -Sí, funcionó, mi ángel.
Alec gateó hasta llegar a Magnus, sonrió a su flor de cielo antes de abrazarse a él. -Desperté y no estabas.
-Oh, mi niño -Magnus lo abrazó también, su corazón rompiéndose sabiendo que tendrían más amaneceres separados que juntos.
CONTINUARÁ...
¿Qué creen que pase cuando vuelvan al FOIRFE? 😞
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Gen H (Malec)
FanfictionTERMINADA» La homosexualidad es una mancha en la perfección del reino Foirfe «Perfecto». El llamado "Gen H" y es detectada en los humanos con ojos azules. ¿Qué hacer cuando uno de los príncipes tiene el Gen H activo? Obra registrada en safecreative:...