28. No un príncipe

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Magnus apartó la mirada de su pequeño predestinado y miró a la rubia princesita, le sonrió amablemente, sin darse cuenta que ella lo miraba con un interés diferente. Porque, ¿por qué una niña lo iba a mirar así?

Sí, Alec también era un niño, incluso menor que ella, pero era su predestinado, y Magnus lo veía como eso, su niño, su alma gemela, al menos hasta que creciera y pudiera cambiar su relación...si ambos querían, si ambos lo sentían así.

Entonces, ¿por qué pensaría que la pequeña princesa "Perfecta" se fijaría en él de ese modo?

Pero es que Magnus estaba acostumbrado a la SAOIRSE, donde eran todos libres de elegir a su pareja -y no siempre del mismo sexo, como pensaban los perfectos. Los libertos no creían en Gen H ni en algo que te obliga a amar a alguien, sin importar el color de tus ojos- o esperar a sus predestinados.

En cambio, en el FOIRFE, desde niños, los padres decidían sus futuros como mejor les convenía.

-¿Qué tipo de artista eres? -la princesa Camille preguntó.

Robert hizo una mueca y estaba por intervenir, porque, ¿qué iba a saber un vil e ignorante jardinero de arte?, cuando Magnus comenzó a hablar de arquitectura y pintura y mejoras que él creía podían hacerse al palacio Lightwood.

Alec, aunque no entendía nada, miró con admiración a su predestinado. Magus hablaba tan bonito y movía sus manos explicando todo y sus ojos -aunque oscuros- brillaban tanto...

Camille sonrió, mientras escuchaba al joven "artista". Si no podía tener al príncipe más importante, prefería a este chico, además era mayor que ella, podrían casarse antes de que pudiera hacerlo con cualquier otro príncipe que no estaría a su altura. En cambio, Magnus era guapo, inteligente, talentoso, culto... Magnus estaba hecho para ella.

Robert resopló, volvió a disculparse, y susurró un "Cuida que no haga ninguna tontería o se van ambos, tú y él" a Esperanza, para después empujar a Maryse que aún sostenía a Izzy en sus brazos, y tirar del pequeño Alec que no quería irse.

¡Él quería quedarse con Magus y escucharlo!

Magnus, aparentemente sonreía a la familia Belcourt, mientras en realidad la sonrisa era para su niño. Hubo un "Ve y sé bueno. Voy a buscarte pronto" en la mente de Alec y luego una pequeña flor azul -sólo para ellos- apareció en su manita.

Entonces Alec sonrió, guardó la flor en uno de sus bolsillos y tomó la mano de su papi con fuerza, caminó alegre, casi saltando, a su lado. Además, estaba feliz porque su papi hoy lo quería cerca, después de muchos días de no ir a verlo. Tal vez papi lo quería otra vez ya que sus ojos no eran de cielo.

Pero Robert pronto olvidó a Alec, lo mantuvo cerca, pero nunca le habló ni lo presentó a las demás familias. Robert sonrió cuando una familia en especial entró. Los Seelie.

-No digas nada porque sólo lo arruinas -le susurró a Maryse, tomando a Izzy de sus brazos-. Toma a Alec y vigila que no nos haga quedar en ridículo. Mucho mejor si lo mandas con la niñera. Esto es importante.

-¿De qué hablas, Robert? -Maryse tomó la mano de Alec.

Pero Robert ya estaba sonriendo hacia los reyes recién llegados. Estrechando la mano del rey y besando la de la reina. -Mira, princesa -Robert señaló al niño, un par de años mayor que ella-, él es Meliorn.

Los ojitos de Izzy brillaron. Iba a tener el cuento que le prometió mami -¿Mi pincipe?

Alec recordó aquel día, cuando preguntó si él podía tener un príncipe también y Robert lo golpeó. Miró al niño Meliorn, pero él no envidiaba a Izzy ahora, él no quería un "príncipe", no si Magnus no era uno.

Alec sacó la florecita de su bolsillo y la miró. Después tiró del elegante vestido de su madre. -¿Puedo ir con Espe?

Él en realidad quería ir a buscar a Magnus. Alec no quería un príncipe, quería a Magnus. Su Magus.





CONTINUARÁ...

Final del maratón, en mi tablero pueden elegir el siguiente

Gen H (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora