Stephania estaba frente a Alec, hablando alegremente –lejos había quedado la chica aparentemente tímida que le presentaron el día de su cumpleaños cuando se anunció su compromiso– sobre los planes de la boda.
—Mi vestido será blanco, ya están trabajando en él, pero me gustaría saber si tienes preferencia con algún otro color, Alexander...
"Alec", él la habría corregido de haber prestado atención, pero como no era el caso.
—...tal vez verde o dorado. El dorado es muy...
Eso sacó a Alec de sus pensamientos. Verde dorado sólo podía recordarle a alguien: ¡Su novio!
—Escuche, señorita Black –Alec intentó sonar serio–, no es nada contra usted, pero no debería seguir con los preparativos de boda porque...
En ese momento, para su mala suerte, Robert Lightwood iba entrando al salón de música donde ellos estaban.
Hubo un rechinido horrible cuando Robert se detuvo abruptamente. Sus ojos furiosos en su hijo.
Stephania tenía una mirada mezcla de sorpresa y pánico. ¿Cómo que no habría boda?
¡Ella estaba feliz con casarse con un Lightwood!
Los Lightwood eran la familia más importante, a pesar de los rumores sobre Alec...
—Disculpe, señorita Black, lo que mi hijo quiere decir es que no debería seguir con los preparativos usted sola con su familia. Obviamente Alexander y Maryse deben ayudarlos.
—Oh –ella suspiró claramente aliviada–. Claro. Por supuesto. Disculpen por no haberlo pensado, pero creímos que...
—No hay problema –Robert la interrumpió, dejando de mirar a su hijo sólo para darle una falsa sonrisa a ella–, ¿por qué no busca a mi esposa y hablan del tema mientras yo comento algunas cosas con Alexander?
Ella entendió que no era una pregunta o una propuesta, era un orden. Se apresuró a decir que sí y puso su mano tímidamente sobre la de Alec antes de salir. Incluso si las muestras de cariño estaban mal vistas en público, era imposible no desear ser querido. Al menos mientras aun eras joven.
El guardia que venía tras su rey cerró la puerta en cuanto la princesa salió y Robert le hizo una seña.
Alec retrocedió, de repente asustado, sus manos en puños, como si presintiera algo, como si ya hubiera vivido esto antes.
—Escucha, Alexander –Robert avanzó hacia él e, incluso cuando Alec ya no era un niño y había crecido bastante, seguía pareciendo enorme y amenazante–. Me he cansado de lidiar con esto, contigo. Si no fuera porque realmente tienes rasgos Lightwood, pensaría que tu madre me fue infiel. Estoy cansado de los rumores porque el primogénito Lightwood no toma esposa. Todos a tu edad ya se han casado o están comprometidos. No vas a ser la excepción. No vas a arruinar a esta familia. Vas a casarte cuanto antes y vas a darme un nieto para acabar con las habladurías...
Alec sintió su ceño fruncirse. —Novoyacasarme –lo dijo con los dientes apretados y sin levantar la voz, pero lo dijo.
—¿Perdón? –Robert obviamente no se esperaba que su hijo le respondiera. Alec solía bajar la cabeza y decir que sí a todo.
—Dije que no voy a casarme –Alec levantó su mirada y se encontró con la de su padre. Había algo en sus ojos que casi lo hizo retroceder de nuevo, pero no lo hizo: —No voy a casarme con ella. No me importan los rumores viejos o los nuevos cuando se anuncie la cancelación de la boda...
—¡No hay cancelación! Te vas a casar, no es una pregunta. Si ella no te gusta, vamos a buscar a otra, realmente ya no me importa su posición, sólo que lo hagas y ya.
—No voy a casarme con ninguna princesa.
Y entonces todo sucedió a la vez.
Robert, entendiendo lo que había detrás de esa sola frase, golpeó el rostro de Alec con fuerza.
"¿Hay un príncipe para mí también?" había preguntado el pequeño Alec, deteniendo su juego de pirata.
Y la mano de su padre había aterrizado en su mejilla en aquella ocasión también.
"Un niño infectado con el Gen H. El primer Lightwood infectado. Alexander tiene que ser sacrificado. Un hijo mío no será homosexual", había dicho Robert cuando vio su ojo, cuando el parche que lo cubría cayó.
Alec podía sentir la humedad en su párpado y mejilla. Uno de los anillos de su padre le había hecho un corte, pero lo que realmente le preocupó fue cuando miró su mano en el piso, estaba a punto de ponerse de pie cuando lo notó: uno de los lentes de contacto.
Alec cubrió su ojo, ya no por el corte o la sangre. Si su padre lo veía, si confirmaba el Gen H, ¿sería capaz de terminar lo que comenzó cuando era un niño? ¿Lo mandaría sacrificar?
—Ponte de pie, Alexander, que no es para tanto...
Alec sintió sus ojos llenarse de lágrimas, uno de ellos ardía. Y no era por el dolor físico por el golpe o el corte, le dolía el corazón por no ser aceptado, porque aunque su padre fuera un monstruo todavía era su padre y dolía que nunca lo hubiera querido, que lo prefiriera muerto sólo por el maldito color de sus ojos.
Ignorando las muchas veces que Magnus le dijo que nunca debía mostrar sus "ojos de cielo", Alec se puso de pie, harto ya, limpió su mejilla y su párpado con una mano, parpadeando varias veces, y lo dijo: —Yo no soy perfecto, papá.
CONTINUARÁ...
Con ese momento donde Alec se pregunta si su padre realmente lo prefiere muerto por el color de sus ojos, me acordé de esa imagen y la triste realidad de nosotros, que fuera de ficción realmente pasa, padres que prefieren muertos a sus hijos que saberlos homosexuales 💔💔
¿Qué creen que pasará? ¿Robert verá que tiene el Gen H –aunque en él fondo siempre lo ha sabido o sospechado–?¿Creen que Magnus sienta que Alec está mal? 😞
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Gen H (Malec)
FanfictionTERMINADA» La homosexualidad es una mancha en la perfección del reino Foirfe «Perfecto». El llamado "Gen H" y es detectada en los humanos con ojos azules. ¿Qué hacer cuando uno de los príncipes tiene el Gen H activo? Obra registrada en safecreative:...