Es cierto lo que dice el viejo dicho sobre que es mejor amar y perder que nunca haber amado. Nuestros corazones deciden de quién nos enamoramos, pero solo Dios sabe cuánto tiempo tenemos para amar. Tendrás que sacar lo mejor del tiempo que tienes, ya sean siete días, siete meses o siete años.
(G.A.)
«¿Recuerdas cuando te conté que yo esperaba a alguien como yo, un liberto. alguien similar a mí, de mi edad tal vez...? Supe cuando naciste, Alexander, mi corazón lo sintió. Pero, y nunca te dije esto, creo que desde antes había que eras tú, tu nombre incluso... Lo soñé una vez, ese “Alexander” como susurrado por un viento dulce y cálido, como cantado por los mismísimos ángeles. Tenían que serlo, tenía que ser el Cielo, Alexander, porque yo desperté feliz en aquella ocasión, como si supiera que había algo en esta vida para mí; si no en ese momento, más adelante. Con sólo tu nombre, Alexander, me diste vida... Por favor, no me la quites ahora. Vuelve, mi niño, estoy aquí como lo he estado desde el primer día.»
Magnus se acomodó mejor, medio sentándose, llevándose el cuerpo de Alec consigo, entre sus brazos, meciéndolo con ternura, susurrando palabras de amor.Magnus hablaba a ratos –en voz alta o sólo entre ellos–, en otros momentos simplemente abría su mente, sus recuerdos y sentimientos para Alec. Porque él seguía ahí, su niño seguía ahí y debía sentirlo.
“Tenerte en mi brazos. Tan pequeño, tan frágil, tan bonito. Me hizo sentir tan extrañado, cariño, porque yo era prácticamente un niño también. Siempre tuve que aparentar ser fuerte y valiente, incluso más de lo que me sentía, porque yo era el heredero de mi madre. Tenía que hacerme cargo de la SAOIRSE porque ella ya no estaba para hacerlo. Pero nunca me sentí tan capaz de luchar contra el mundo como cuando te tomé por primera vez en mis brazos. Cuando tu pequeño cuerpecito se amoldó al mío y sentí tu corazón later; y el mío debió reconocerlo, porque se hinchó en mi pecho y me sentí tan grande, Alexander, como si pudiera enfrentarme al mundo entero por ti.”
—Y lo haría, lo haría, corazón —Magnus le mostró entonces, o eso esperaba, a Alec imágenes de su Reino. De Reino FOIRFE, el comienzo de la revuelta, el momento en que el supuesto heredero apareció en escena y la gente enloqueció. Cuando casi lo atrapan y luchó por escapar...—. Por ti, Alexander, siempre por ti. Por ti volví. Por ti haría cualquier cosa. Vuelve tú por mí, mi niño.
“No sé si ha habido casos parecidos al nuestro. Un predestinado que haya visto nacer y crecer a su compañero. Pero no me arrepiento de esto e incluso si no vuelves, si morimos esta noche...quiero que sepas que fue mejor de lo que hubiera imaginado. No pude pedir más de ti. Fue el Cielo, y el infierno a veces aunque no por ti, ser tu alma gemela. Sentir mi amor por ti nacer y crecer con cada segundo, cambiar cada día así como lo hacías tú. Porque siempre te amé, aunque era un amor distinto cada vez. Te amé como a mi pequeño bebé, esa cosita pequeñita que me miraba con sus ojitos brillantes. Te amé como a mi niño pequeño, el que decía “¡Magus!” y me ofrecía sus brazos para poder acurrucarse en mi pecho. Te amé como al niño que fue creciendo hasta convertirse en el adolescente rebelde que exigía un beso de verdad. Te amo hoy, corazón, como a mi otra mitad. Y me gustaría, si tú y la vida me permiten, llegar a amarte como hombre. Todo lo que nos reste de vida.”
Magnus se quedó en silencio después de eso. Apretó a Alec cerca de su corazón y cerró los ojos, concentrándose en el latido lento de Alec.
Él tenía que protegerlos a todos. A su niño y a su gente.
No quería tener que elegir porque no era justo para los Libertos, pero nadie nunca podría elegir sino a su compañero predestinado. Ellos estaban por encima de todo. Del mundo entero.
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Gen H (Malec)
FanfictionTERMINADA» La homosexualidad es una mancha en la perfección del reino Foirfe «Perfecto». El llamado "Gen H" y es detectada en los humanos con ojos azules. ¿Qué hacer cuando uno de los príncipes tiene el Gen H activo? Obra registrada en safecreative:...