15. Sacrificio privado

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Esta vez no pediré perdón, tan sólo trataré de hacerte más feliz, llegaré hasta donde haya que llegar para escucharte y para hacerte oír: Quiero que sepas que nunca voy a abandonarte, y aunque cambien los demás, yo no te pienso cambiar 🎶

👆 recomendación 💙

* * *

El pequeño Alec supo sin dudas, incluso antes de abrir los ojos, que Magnus no estaba.

Sus labios temblaron, pequeños pucheros mientras sentía las lágrimas formarse en sus ojitos, tras sus párpados. Llevo sus manitas hasta ellos.

Había un dolor en su pecho, en su pequeño corazón, justo como cuando despertó en la cama de Magnus y estaba solo. Su ausencia dolía, aunque Alec no entendía por qué. Él no sabía de predestinados, pero su alma obviamente sí lo sentía.

Se acurrucó en su mantita y eso lo hizo sentir la flor que había sobre su pancita. Una de sus manitas la tomó inmediatamente y fue como si lo escuchara:

"Te amo, mi niño de ojos de cielo. No llores cuando despiertes, yo sigo cerca. Siempre."

Alec sorbió su naricita, y frotó sus párpados con una mano antes de abrir sus ojos. Parpadeó un par de veces antes de lograr enfocar la flor. Era azul. La flor de cielo...

¿Sería cierto que sólo él y Magnus podían verla azul?

"Magus" pensó con mucha fuerza, mirando fijamente la flor. "Magus, Magus, Magus".

"Mi niño" era su voz, era Magus. Su Magus. En un primer momento dio un saltito en su lugar, después de sonrió ampliamente y susurró un "De cielo".

¡Porque él era su niño de ojos de cielo!

-Hola, Alec -Alec no había notado a Esperanza sentada en la orilla de su cama.

Hizo un pucherito cuando interrumpió su plática con Magnus. Él ya iba a preguntarle si podía venir ahora mismo, ¿podía visitarlo ya?, porque Alec lo extrañaba. Mucho, mucho.

Pero entonces recordó que Magnus le dijo que Esperanza iba a ponerle los lentes si no lo hacía él.

-Hola, Espe... -Alec le dio una pequeña sonrisita, y luego pensó...-. ¿De qué color es esta flor? -él la sostuvo justo frente a su rostro, mirando a Esperanza de lado y luego casi haciendo bizcos para  poder ver la flor de cielo.

Esperanza soltó una risita. Alec era tan tierno, tan inocente, no merecía ser tratado así y sufrir desde pequeño sólo porque tenía el maldito Gen H y nació en la familia equivocada. Maldito Robert Lightwood.

-Es rosa, Alec, ¿por qué?

Ella miró sorprendido cuando él abrió su boquita sorprendido, una pequeña O, y luego rió, abrazando su flor.

¡Era cierto! Sólo él y Magnus veían su color real. Sólo para ellos era de cielo.

-Tengo que ponerte estos, ¿sí, Alec? -ella sacó un estuche y Alec hizo un puchero, pero asintió.

Recordó las palabras de Magnus: "Pero sabes que yo amo tus ojitos de cielo, ¿verdad? Sabes que no tienen nada malo, mi niño. Son hermosos y especiales..."

Él iba a ser un niño valiente y bueno. Usaría esas cosas feas en sus ojitos. Guardaría sus ojos de cielo sólo para Magus. Porque él era su persona especial y a él sí le gustaban.

Apenas Esperanza le había puesto los lentes de contacto, cuando escucharon gritos en el pasillo.

Los ojitos -ahora oscuros- del pequeño príncipe se abrieron demasiado. Esperanza tuvo que ocultarse tras la cama, no tenía tiempo para salir.

Alec se acostó de nuevo, acurrucado bajo su mantita, y abrazó la flor. Cerró con fuerza sus ojitos. Intentó pensar en cosas bonitas: los ojos de Magnus, cuando Magnus le decía "Mi niño", "Mi niño de cielo", "Mi niño de ojos de cielo", "Mi ángel", "Mi corazón", cuando Magnus lo abrazaba...

La puerta se abrió.

-¡Robert, por favor! -era Maryse quien venía gritando-. Es muy temprano. Alec seguro no... -ella se detuvo, seguramente cuando vio a Alec. Esperanza no había tenido tiempo de avisarle que ya habían llegado.

-Alexander no importa ya, Maryse. Ya sé lo que haremos, no pienso ser humillado públicamente al aceptar de mi hijo está infectado, no ha habido Gen H en los Lightwood durante generaciones y no lo habrá ahora. No puedo expulsarlo sin que se sepa, y no pasaré la deshonra de un sacrificio. No al menos público.

-¿De q-qué h-hablas? -Maryse tartamudeó, queriendo ir con Alec, pero una mirada de Robert la detuvo.

-Él es Valentine -señaló a un hombre alto, fuerte, que parecía el que ejecutaba a los sacrificados.

-Robert, Alec es un n-niño...

-Un niño infectado -Robert le recordó-. Vamos a fingir un secuestro y nuestro pobre príncipe aparecerá muerto días después, una pena, siento ya el dolor de mi corazón -la voz de Robert era plana, sus ojos fríos mientras señalaba la cama.

Esperanza parecía rezar en voz muy muy baja. Era un mantra de "Magnus", esperaba que su magia no se hubiera perdido del todo al vivir en el FOIRFE más que en el SAOIRSE, necesitaba que Magnus pudiera venir si se complicaba. Ella no sería como Maryse, no iba simplemente a dejar que se llevaran a Alec o lo golpearan de nuevo.

Alec estaba temblando, metió la flor bajo su pequeño suéter justo antes de que una mano enorme lo sacara de su mantita. No pudo evitar llorar. Tenía mucho miedo. Mucho.

Sus ojitos ya estaban llenos de lágrimas, y ardían más por los lentes. Pero incluso así, era visible su color.

Valentine soltó un gruñido -Valentine era mudo, por eso lo había elegido Robert. Si algo salía mal él no podría decir nada- y zarandeó al pequeño príncipe para que el rey lo viera. Gruñó de nuevo.

Alec lloraba. Temblaba. Aferraba su flor contra su pecho. Su corazón latía contra ella. "Magus, Magus" pensó Alec, "Ven, por mí. Ven, por favor. Tengo miedo".

Robert frunció el ceño y se acercó al hombre y al niño. Sus ojos eran oscuros de nuevo, casi negros. Miró a Maryse sin entender, pero como si fuera su culpa. -¿Qué significa esto?

Maryse quiso tomar a Alec, pero Robert no la dejó. No todavía.

-N-no sé, R-robert. Tal vez fue una falsa alarma. Él obviamente no está i-infectado. Déjalo, por favor.



CONTINUARÁ...

Maldito Robert 😒
Y apareció Valentine 😒😒

¿Qué piensan de Maryse? 🙊

El pequeño Alec 😭💔

Gen H (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora