42. Planes perfectos

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(...algunos años después...)

Alec se estaba riendo. Con ganas. Una risa de verdad feliz.

El chico que sostenía la bandeja llena de copas de champaña, con unos intensos ojos verde dorado –que sólo podría ver Alec–, igual que los demás invitados, voltearon a mirarlo.

—Tan imprudente y escandaloso –susurró una de las reinas presentes a otra, haciendo una mueca–. El príncipe Herondale sería más digno de ser un Lightwood que ese tal Alexander. Míralo.

Magnus se habría molestado por el cuchicheo de esas "Perfectas" si no estuviera tan cautivado por esa risa y la chispa que brillaba en los ojos –oscuros para todos, azules para él– de su hermoso predestinado.

Magnus sonrió, chasqueando sus dedos discretamente bajo la bandeja de plata. Una llama azul se encendió en la copa que iba a darle al cumpleañero –que obviamente, de nuevo, sólo ellos verían–, justo cuando un golpe apenas perceptible de un cubierto contra una copa llamó la atención de todos.

—Buenas noches –el gran Robert Lightwood comenzó, con una sonrisa orgullosa en su rostro, llamando a su familia a su lado–. Gracias por acompañarnos a un aniversario más del nacimiento de mi hijo Alexander –puso en ese momento una mano sobre el hombro de Alec, no era un gesto cariñoso para nada, los "Perfectos" no eran sentimentales, era simplemente un acto de presunción, incluso si no sentía realmente dicho orgullo por su hijo.

Alec sonrió, un poco forzado diría Magnus, hacia sus invitados.

La risa feliz y libre ahora olvidada.

* * *

Alec había estado platicando con Jace y Clary. Izzy estaba con Meliorn, su prometido, y con la princesa Belcourt.

Alec se había reído, tal vez escandalosamente, cuando Jace mencionó que su boda sería pronto y sugirió que podrían hacer una doble. —¿Por qué no con la chica que llevas ya un tiempo viendo a escondidas? –había susurrado, porque eso era entre ellos, ni siquiera Clary lo sabía–. Llevas años escapando con ella. Deberías decirte a tu padre, estoy seguro que no puede ser tan mala...

Y Alec se había reído entonces porque lo malo era toda esa oración. El problema sería que era un él. Alec ya no era un niño, tenía 16 años –hoy los cumplía–, ya no podía creerle a Magnus que él tenía "ojos de cielo", él tenía el Gen H y si sus ojos azules –siempre ocultos tras los contactos oscuros– no fueran prueba suficiente, sí lo era su atracción, su amor, por Magnus...

Alec suspiró, volviendo al presente, justo a tiempo de escuchar a su padre decir: —...tres anuncios importantes: la boda de mi hija, Isabelle, este año –hubo un coro alegre entre los invitados y una Izzy sonriente de la mano de su príncipe–, el tercer embarazo de mi esposa –Robert pasó su brazo por los hombros de Maryse, sólo unos segundos antes de soltarla.

Y wow, Alec no sabía sobre ninguna de esas dos cosas, pero no tuvo tiempo para sorprenderse o preguntar porque entonces su mundo se vino abajo: —Y quiero presentarles a Stephania Black –una rubia entró en ese momento a la sala, encaminándose directamente hacia los Lightwood–, la prometida de mi hijo. Que es ya suficiente mayor para comprometerse oficialmente.

Alec sabía que su boca estaba abierta, pero no podía hacer nada para cerrarla.  Sintió la mano de su padre sobre la suya y lo miró sorprendido por el gesto, hasta que lo sintió deslizar una pequeña caja de gamuza justo antes de que la empujara hacia la chica.

Alec casi tropezó. Un escalofrío lo recorrió cuando las manos delicadas y suaves de la princesa Black estuvieron sobre él, deteniéndolo.

¡No!

Se sentía tan incorrecto, no como las de Magnus acariciándolo suavemente cuando dormían juntos, o frotando sobre su piel cuando tenía frío, el golpe de hombro contra hombro cuando caminaban juntos en la SAOIRSE, ahora que ya eran de una estatura similar, así como edades, Magnus tenía la apariencia de un joven sólo un año o dos mayor que él. Alec había notado muchas cosas en estos últimos años, detalles importantes...

Y esta chica no estaba en sus planes, aunque debía ser mucho pedir que su padre no le buscara una prometida, que lo dejara llegar a la mayoría de edad y fugarse con Magnus a su comunidad.

Alec aferró la pequeña caja que, estaba seguro, contenía un anillo de compromiso. Y miró a los ojos marrones de Stephania que le sonreía tímidamente.

El golpe de una bandeja cayendo y cristales rotos hizo que Alec apartara la mirada.

El chico recogiendo las copas rotas y disculpándose mantenía su rostro oculto, pero Alec lo conocía más que a él mismo. Alec quería correr hacia él, pero no podía. No aquí, no frente a todos, no ahora, no cuando la princesa tomó su mano y hubo algo helado en el pecho de Alec cuando Magnus recogió la bandeja y salió de la sala sin mirar atrás.

"Magnus" Alec lo llamó en su mente, recordando aquella ocasión, años atrás, cuando lo hicieron la primera vez, en el cumpleaños de Magnus, cuando le pidió escucharlo y le dijo que lo amaba. "Magnus, no te vayas así".

* * *

Y ciertamente no debería sorprenderme tanto, pensó Magnus, entrando aparentemente a la mansión Lightwood, aunque al primer paso dentro apareció en la SAOIRSE, en su carpa directamente.

Iba a suceder tarde o temprano. Y más si él no lo sabe.

Alec sabía sobre el Gen H.

Alec sabía de las diferencias entre la SAOIRSE, Comunidad Libre, y el FOIRFE, Reino Perfecto.

Alec sabía que Magnus y él envejecían diferente y eso sería siempre así mientras vivieran separados.

Alec vivía con la promesa de Magnus: "Cuando tengas dieciocho, puedes decidir venir conmigo para siempre".

Pero Alec no sabía lo más importante: Que ellos eran predestinados.

Y ahora su niño estaba comprometido. Con una princesa. Perfecta.

—Tan perfecto –Magnus se rió, con amargura, antes de dejarse caer en su cama.

Era todo su culpa.







CONTINUARÁ...

¡Salto en el tiempo y maratón esta semana! 🙌💙

¿Qué les ha parecido este capítulo? ¿Se lo esperaban? 🙈

La relación malec va a cambiar por fin, ya son ambos un poco más mayores 😻

Alec sabe del Gen H, pero no de las almas gemelas 💔💔

¿Y Stephania? 🙊

Gen H (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora