Dulce Acosador ↬ (Jin y tú)

Capítulo 25: Amistad

Maratón 2/3

Narra (T/N)______:

Ya pasaron dos semanas desde la muerte de mi padre, sigo sintiendo el dolor de su ausencia, pero Jin me a ayudado bastante a recordar a mi padre de un buen modo, sin llorar.

Tiene razón en algo Jin, a él no le gustaba verme llorar, era igual que Jin, siempre buscaba una forma u otra para hacerme sonreír de nuevo, incluso cuando él estaba devastado. Dónde sea que te encuentres padre quiero decirte que no estoy sola, no te preocupes por mí, estaré bien, date el descanso que tienes bien merecido, perdóname por no poder haberte dado más comodidades, perdón. Descansa dónde estés...

Miraba hacia afuera de la ventana, el otoño ha comenzado y la fría ventisca se reflejaba en el siseo constante de las hojas de los árboles, junto al cambio de color, hermosa época para la vista, fría para el cuerpo.

Esa sensación de frío se desvaneció de mí al sentir unos brazos fuertes rodear mi cuerpo, encajábamos perfectamente, casi como que estuviéramos hechos el uno para el otro.

—(T/N)______... -su voz roca era mi perdición- Tienes que ir a estudiar, ya es tiempo. -besaba mis hombros y mi cuello.

—Tienes razón Jin... -ya había faltado demasiado tiempo.

Jin había hablado con el consejo y me dieron el tiempo suficiente para componerme de mi pérdida, quiera o no sigue doliendo en mí, ahora menos gracias a las palabras y caricias de Jin, me hacían olvidar todo.

—Te llevó a comer y luego a tu Instituto, ¿Te parece amor? -siguió besando mi cuello.

—Puedo cocinarte algo y... -poso uno de sus dedos en mis labios.

—Lo tomaré como un sí. -remplazó su dedo por su boca.

Besos profundos hasta que al fin decidimos, amargamente, que ya era tiempo de alistarnos para salir y para mí, de enfrentar el mundo sin mi padre, pero si con Jin.

***

—Buena suerte hoy preciosa, si necesitas cualquier cosa, me llamas, ¿Okay? -tomo mi mano y la beso.

—Okay... -asentí tímidamente- Gracias por cuidarme bien todo este tiempo Jin, realmente lo necesitaba. -estaba realmente agradecida.

—Siempre seré tu soporte mientras respire amor, siempre. -sólo me bastaba escuchar eso para estar feliz.

—Lo sé muy bien Jin... -le di un corto beso.

—Te vendré a traer cuando salgas, me esperas con mi cuñada. -Jin ya sabía todo el enrollo de Soo-Ji.

—Está bien, te esperaré. -otro corto beso y salí del carro.

—Te amo. -me dijo por la ventana mientras me lanzo un beso, reí por lo bajo.

—Yo también Jin. -atrapé el beso y vi como Jin sonrío.

Su carro avanzo y lo seguí con la mirada hasta dejar de divisar el coche por mi horizonte, suspiré y comencé a caminar dentro del Instituto.

Diablos, tenía siglos de no ver a Soo-Ji, mi querida Soo-Ji. A este punto se ha de encontrar desesperada por no verme y no saber nada de mí, no he visto mi celular desde que Jin me lo dio hoy cargado, para el propósito de llamarlo si me pasa algo, no creo que sea necesario, pero igual, lo tendré porque él me lo pidió.