Capítulo 14

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Estaba muy ilusionada con poder ir a cenar con los chicos.
Antes de cruzar la puerta de la universidad, llamé a Damián informándole sobre el avance que han dado los chicos.
Por supuesto la carcajada retumbó en mi oreja.

— Estás haciendo muy buen trabajo Laura. Espero ver pronto a mis nietos apoyándose para sacar esta empresa adelante. Esto algún día será su herencia y no hay nada en este mundo que me haga tan feliz de ver de nuevo a mis nietos unidos.

— Esto en ello. Le seguiré informando. — Escucho con atención una a una las palabras del viejo sátiro. Ahora voy entendiendo mejor a los chicos del porqué no lo soportan.
Maldito viejo, siempre con amenazas. Y eso que le quedan cuatro días para irse al otro barrio.

Las clases dan comienzo, tomo asiento, saco mi material escuchando detrás mío a varios compañeros cuchichear sin apartar sus ojos de mí.
Miro desconcertada a mi alrededor sin saber qué ocurre y eso me pone nerviosa.
Hago caso omiso a sus risitas tontas, el profesor ha llegado y la clase da comienzo.

Una vez ha terminado la clase, salgo al pasillo buscando a Alba. Desde lejos veo como viene directa hacia a mí corriendo sofocada.

— Alba qué ocurre, estás como un tomate.

— Laura yo que tú me iría ahora mismo de aquí.  Se han publicado unas fotos tuyas desnuda por internet. Mira, hace una hora que las recibí.

Miro con atención las imágenes que me muestra Alba. Me quedo blanca como la pared a punto de que me dé algo.

— Alba...esas fotos...esas fotos nos la echemos en la piscina del chalet de tú jefe, y ahí estaba haciendo top-les. Yo jamás...

— Laura tranquila, pero ¿Quién ha podido publicar estás fotos?

— No tengo ni idea, si ni siquiera utilizo las redes sociales. Alba ¿Quién me está haciendo esto?

— Ven amiga vamos al servicio para que te laves la cara. Te prometo que te voy ayudar averiguar quién está detrás de todo esto.

Sentía mi piel fría, mis manos temblaban y aunque tuviera mucha fuerza de voluntad, no quería abrir los ojos, tenía miedo de abrirlos y todo lo que estaba viviendo estuviera pasando en verdad.

— Laura, amiga dime algo, estás muy callada.

— Alba, ¿Quién puede estar detrás de estas fotos? Y encima  han visto las fotos toda la universidad.
Esas fotos solo las tenía yo. No comprendo.
¿Cómo han podido sacarlas de mi móvil, si tiene contraseña? No me explico qué está pasando. — Mis lágrimas dan fruto por mi desesperación y miedo de que alguien me esté lastimando sin venir a cuento. Hasta donde yo sé nunca le he echo nada malo a nadie, me llevo bien con mis compañeros de trabajo, en la universidad solo tengo como amiga a Alba.
Todo esto me parece incoherente e irracional.

Después de salir de la clase ocultándome ante la vergüenza de que gente que no conozco de nada me paren y me piropen por mi cuerpo o incluso lo más atrevidos gastan bromas sobre mis pechos.
De un arrebato comienzo a correr, escucho la voz de Alba llamándome, ni caso. Corrí directa hasta la parada de autobús.
Dentro del bus, pude por fin encontrar algo de calma. Aunque mi bochorno seguía estando presente.

Al llegar a "Liebe" son las seis. Agradezco de estar sola, así al menos me dará tiempo de recuperar fuerzas. Por nada del mundo deseo preocupar con mis problemas a los chicos.
Me dirijo a mi habitación, allí rompo de nuevo a llorar mirando con abominación las fotos.

La voz de Julen me hace de ponerme aún más nerviosa.
Intento esconder el móvil, cuando sus hábiles dedos lo atrapa, mira la pantalla y después me contempla confundido, empieza a ver las fotos.
Su mirada me dice que debe estar pensando lo peor de mí.
Para mí sorpresa, Julen se pone de cluclillas observándome con devoción.

QUERER, NO ES OBLIGARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora