Hablé durante un rato con mi padre.
Sus palabras eran de arrepentimiento, y sus ojos mostraban la sinceridad del remordimiento.Después de marcharse mi padre, busqué el valor en los brazos de Julen.
La comprensión de Julen hizo que entendiera que debía de perdonar a mi padre. Al fin y al cabo era mi padre y no tenía ningún familiar, salvo a él.No estuvo bien que siempre se pusiera de parte de Carmen y sus hijos.
Ahora él se culpa por haberme quitado la razón y no haber estado al corriente de lo que en verdad Ricardo me hacía.
El haberse sentido traicionado por mi madre, acrecentó su odio volcándolo en mí.
Afortunadamente, Ricardo no ha conseguido su propósito de violarme. Pero...¿Quién podrá borrar de mi piel los malos momentos que me ha echo de pasar?
Nunca será suficiente castigo verlo entre rejas.— Laura mi amor, debemos de pasar dentro, después si quieres iremos a pasear por aquí cerca.
— De acuerdo. — Julen me da un ligero beso en mi sien rodeándome por mis hombros pasamos dentro de la casa.En estos momentos me encuentro paseando agarrada de la mano de Julen.
Simplemente su figura consigue que todas mis malas vibraciones vayan desapareciendo.
Él tiene el poderío de hacerme sentir como una delicada rosa entre sus manos, la cual roza con delicadeza exagerada creando sensaciones de una complaciencia característica, la cual me arrastra hasta él, a querer besarlo, despojándome de gemidos activando mi cuerpo con un calor ligero y sofocante.Julen está tumbado encima de mí contemplándome sin dejar de sonreír. Al mismo tiempo noto como sus dedos rozan con sutileza mis acaloradas mejillas devolviéndome al lugar donde nuestros sentimientos flotan, solo estamos él y yo aislados de todo el mundo.
A mi pesar, tuvimos que volver rápido hacia la casa de Magdalena y Karl, había comenzando a llover. De echo lleguemos algo empapados debido a que nos habíamos alejado bastante.
A pesar de sentir miedo, y los recuerdos parecen no querer apartarse de mi mente.
Solo me siento bien cuando estoy con Julen, o alguien que conozco.Antes de irnos para "Liebe" fui a mi casa. Quería ver a mi padre.
Pero con quién me topé fue con Carmen.
Nada más verme, sus ojos parecían que se le iba a salir de las órbitas.
Su voz parecía a la de un león rugiendo.— Por tú culpa mi hijo está en la cárcel. Eres una cualquiera igual que tu madre.— Aquellas palabras me hirieron al instante y mucho menos iba a permitirle que hablase de esa manera de mí madre.
— Mide tus palabras y mucho menos te voy a permitir de hablar de ese modo de mí madre. La cual está muerta. — Apreté mis puños llenándose de ira mi cuerpo.
— Hablo como se me da la gana, y digo la verdad, tú madre fue una cualquiera, se acostaba con otros. — Aquello me superó tanto que acabé dándole un empujón. Estaba tan enfadada que no me di cuenta que detrás de mí estaba mi padre.
— ¿Qué has echo Laura? — Mi padre apenas me mira, se va hacia Carmen para ayudar a levantarla.
— Ésta señora, por decirle algo, ha hablado mentiras de mi madre. Y no pienso permitirle que pronuncie el nombre de mi madre. ¿Entendido? Jamás le consentiré que diga calumnias sobre mí fallecida madre.
Se hace un silencio, hasta que mi padre me agarra del brazo y me conduce hasta el desván.
Allí, nos sentamos en un mueble tapado con una sábana lleno de polvo.
Mi padre que aún no abierto la boca, busca algo en un baúl medio roto.
Después de unos minutos, saca el álbum de boda.— Laura, siento tener que desvelarte esta noticia ahora.
Si por mí hubiera sido, las cosas hubieran estado como ahora, aunque el dolor y la traición de tu madre sigue estando muy presente en mí.
Mira, estas fotos son del día de nuestra boda.
Estamos muy felices, y por mi parte, muy enamorado de tu madre. Tanto, que durante años me creí que ella sentía lo mismo que yo.
Hasta que aquel día el cual te tuvieron que operar y hubo que ha hacerte una transfusión de sangre, supe que no eras mi hija.
Hablé con tú madre, por supuesto ella me lo negó.
Me hice la prueba de ADN, la cual la tengo aquí guardada para cuando llegase este día mostrártelo.
Por ese motivo me divorcié de ella.
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QUERER, NO ES OBLIGAR
CasualePara Damián Irzu su mayor prioridad es que su familia esté unida y sus nietos, Alois y Héctor sigan sus pasos. Con el paso de los años, Damián educó a sus nietos con la única intención de que deberían continuar trabajando en su empresa para que su f...