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—¡Ya hemos terminado los exámenes! —celebró Nayeon bajando las escaleras a trompicones hacia la salida del instituto.

—No cantes victoria —siseó Jihyo, que la esperaba al final de estas. Se la veía enfadada y la mandíbula de la mayor tembló—. Enséñame tus notas —solicitó.

—No quiero —determinó. La de cabellos azabaches extendió su mano en gesto de insistencia. La otra hizo un puchero—. Cerdita, déjame, ya me va a regañar mi madre.

Jihyo desistió.

—Aun así, dime —volvió a hablar, con un tono más dulce esta vez—, ¿cuántas has suspendido?

Nayeon hizo una mueca y alisó el boletín de notas que había hecho una pelota.

—Matemáticas, Biología, Química y... Chino —Jihyo le miró con reproche—. ¡De verdad que no puedo con Chino!

—No pasa nada —suspiró e intentó mostrarle una sonrisa tranquilizadora. También la abrazó por los hombros, lo que era extraño—. Vamos a recuperarlas, eh.

—¿En plural? —abrió mucho los ojos, sorprendida.

—Ajá.

Y es que, en el fondo, Jihyo quería demasiado a Nayeon y la ayudaría en todo. Sería capaz de llevar todos esos problemas a la Luna si eso hacía feliz a la mayor.

***

—Coreano: sobresaliente alto.

—Sobresaliente bajo.

—Matemáticas: sobresaliente alto.

—Notable alto.

—Física: sobresaliente bajo.

—Sobresaliente alto —Jimin rió muy fuerte. Por fin ganaba a Jeongyeon en una asignatura.

La castañita carraspeó.

—Una de doce asignaturas, relájate —gruñó ella y revisó de nuevo el documento—. No entiendo como tenemos la misma nota en Expresión corporal, ¡canté en la presentación!

—Pero tus movimientos eran más... meh —defendió este.

—¿Perdona?

Taehyung dio una palmada. Solo se les oía a ellos en todo el parque.

—¿Van a pelearse de nuevo? ¿Debería atarlos en algún árbol? —cuestionó.

—Déjalos —Yoongi habló con un cigarrillo sin encender en la boca—. Si se matan, le harán un favor a este mundo.

—¿Vas a fumar otra vez? —Momo le arrebató el cigarrillo al rubio antes de que pudiera prenderlo— Tienes que dejarlo.

—O si no, ¿qué? —retó, molesto.

—Terminamos.

Como una ráfaga eléctrica fue que Yoongi se levantó del tramo de tierra donde se encontraban y caminó dando saltos hasta una papelera en la que arrojó todo el tabaco que llevaba encima.

—Así me gusta —aplaudió su novia.

—¿Cuánto lleváis juntos? —cuestionó Taehyung.

—Un mes —presumió la chica batiendo sus pestañas.

Volviendo a la otra pareja, a la que parece un viejo matrimonio y, sin embargo, no son nada, ellos presentaron la coreografía hacía unos días. Sin duda fueron los mejores de la clase. Jimin, no bailaba, fluía junto a la música y la voz de Jeongyeon enamoró a muchos. Sin duda fue la mejor de la clase. Claro que Jeongyeon siempre esperaba más.

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