Maybe

[33]

—...Y recordad traer ropa de abrigo, os hará falta —la tutora hablaba a la clase sobre el viaje que tendrían la próxima semana. Sería a la montaña, pasarían una semana entera allí, que utilizarían para esquiar, jugar con la nieve y pasar un buen tiempo entre amigos. Era un viaje que hacían todos los años en aquel instituto, pero era algo nuevo para Yoongi y Jimin, que eran nuevos allí. El mayor de ellos dos había preguntado cuál era exactamente el destino y cómo se desplazarían. Sin embargo, el menor tenía otras prioridades.

—¿Y dormiremos todos en el mismo hotel? —le preguntó a Taehyung más tarde, cuando se dirigían a la cafetería.

—Es una gran casa que se encuentra junto a la estación de esquí —respondió él, viendo ya sus intenciones.

—¿Y cuántas personas dormirán en cada habitación?

—Será por parejas.

—¿Y quién decide quién dormirá con quién?

—Jimin —lo detuvo—. Chicos con chicos y chicas con chicas.

—Ya... —miró al techo, mostrándose indiferente ante aquella respuesta—. ¿Pero quién lo decide?

—El consejo estudiantil y... —lo miró con semblante serio, ya sabía sus intenciones— No lo digas.

Jimin, por su parte, batió sus pestañas como si fueran las alas de una mariposa y sonrió muy ampliamente. Daba miedo.

—¿A que me haces un favor? —terminó por preguntar.

—¿A que no? —repuso Taehyung, acelerando el paso.

—Porfa.

—No.

—Porfi.

—Habla con Momo.

***

Una vez en la sala del consejo, vio a Momo sentada frente al monitor del ordenador, concentrada en alguna extraña tarea.

—¡Momo! —la llamó, sobresaltándola.

—¡Ay! —chilló. Luego miró al chico— Ah, Jimin... No estaba haciendo nada raro ni... nada.

Vale, eso era sospechoso. Decidió no preguntar al respecto e ir directamente al punto.

—¿Te encargas de decidir las habitaciones y demás para el viaje? —cuestionó.

—Ayer tuvimos una reunión para eso —murmuró ella en respuesta, preguntándose el porqué de su interés.

—¿Y quién es mi compañero de habitación?

—Taehyung —dijo—. Lo propuso él mismo...

—Ah... —no era un mal compañero, desde luego. Sin embargo, él tenía otra cosa pensada— ¿Puedo echar un vistazo?

—¿A qué? —preguntó sin saber a qué se refería.

—Habréis apuntado todos los lugares en algún sitio, ¿no? —entrecerró los ojos y mostró una de sus angelicales sonrisas, pero a Momo no le pareció tan angelical.

—Sí... Está aquí —señaló la pantalla que había estado observando hacía unos momentos muy tímida, confundida por el interés del chico hacia aquello. Este se acercó para mirarlo, era un documento Excel, que indicaba el número de la habitación junto a los nombres y apellidos de la pareja correspondiente. Realmente las habían escogido bien; todas y cada una de las parejas se llevaban bien, habían sido cuidadosos con ello. Sin embargo, algo le llamó la atención. Le dedicó una mirada sugerente a la chica a su lado, ella solo pestañeó—. ¿Qué ocurre? —quiso saber.