Jeongyeon se dejó caer en el suelo, agotada, y Jimin se sentó a su lado. Ambos habían estado horas ensayando la coreografía. Y habían mejorado. Mucho. Ambos ya la habían memorizado y la realizaban a la perfección. Quizás no de forma sincronizada, pero teniendo en cuenta sus inicios, pareciese que Dios les había obsequiado con aquel milagro.
—¿Es posible que esté empezando a odiar a BoA? —preguntó la chica, ya que la canción pertenecía a esta cantante.
—No —negó este otro, con gracia—. Es imposible odiar a BoA.
—Pues es verdad.
Rieron y Jimin recordó algo.
—Oye, respecto a lo del otro día...
—¿Qué otro día?
—En Halloween.
—Ah —rascó su mejilla, nerviosa.
—¿Crees que nuestros hermanos...?
—No, no. Ya le pregunté y me dijo que no.
—¿Entonces qué puede ser? —el rubio cruzó sus piernas y la castaña apoyó la barbilla en su mano, pensándolo.
—Creo que tiene que ver con Dahyun —dijo ella finalmente.
—¿Sí? —abrió tanto los ojos que casi pareció occidental— ¿Por qué podría ser eso?
—No lo sé. Es solo que tu hermano... —rascó su mejilla con mayor fuerza y gruñó— Mejor vamos a olvidarlo.
Jeongyeon caminó hacia donde yacía su mochila y rebuscó en ella hasta dar con un pequeño paquete. Se lo lanzó a Jimin.
—¿Qué es esto? —preguntó al ver el contenido: galletas de chocolate. Y no unas cualquiera, eran edición limitada: contenían extra de mantequilla en la masa y tenían forma distinta— ¿Cómo las has conseguido?
Se encogió de hombros.
—Solo cómelas.
El rubio agradeció y no tardó en degustar una de ellas a la vez que Jeongyeon se tumbaba en el suelo de la sala y cerraba sus ojitos.
Jimin pensó que lucía realmente bonita así. Algunos de sus cabellos estaban pegados a su frente debido al sudor y su expresión era de cuento: parecida a la de cualquier princesa que esperaba a su príncipe azul —claro que Jeongyeon no lo esperaba, más bien era él quien la ansiaba.
Tanto fue esto que Jimin no se contuvo y, devolviendo media galleta al paquete, se acercó a ella. Observó más de cerca sus rasgos y no pudo estar más maravillado. Se inclinó y la naricita de Jeongyeon acarició la suya.
Un momento. ¿Es que Jeongyeon no iba a percatarse de ello?
Desde luego que sí.
—¿Qué estás haciendo? —había abierto los ojos y se sintió abrumada con Jimin a esa peligrosa distancia.
Él no se movió, estaba demasiado ocupado pensando en una excusa.
—Ah... —sus mejillas se colorearon de rojo— Es que... Hay un moco enorme en tu nariz —mintió—, me preguntaba cómo puede ser tan verde.
Cualquier chica habría gritado, horrorizada, o corrido al baño a arreglar aquello. Jeongyeon introdujo un dedo en su nariz sin ningún tipo de pudor.
—¿Qué? —Jimin abrió mucho los ojos, de nuevo— ¿Tanto te preocupabas por la apariencia en los primeros capítulos y ahora haces esto?
—Bueno, ya hay confianza entre nosotros —dijo ella sin inmutarse.
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Maybe
FanfictionJeongyeon quiere ser la mejor de la clase y Jimin no se lo pondrá fácil. La guerra ha comenzado. (Quizás no solo sea una enemistad). ------ ↬pareja principal heterosexual ↬fluff y algo de drama ↬long fic ↬adecuado para mayores de...