Merry había hallado a la señorita Prudence en lo que a simple vista era la biblioteca de la casa, si es que podía llamarse así a aquel espacioso lugar.
Ella se mostró claramente sorprendida de que le hubiesen llevado el té sin que lo pidiera, más no se quejó por ello en lo más mínimo.
Luego de eso decidió ir a buscar la cocina que suponía debía estar en el primer piso de la casa.
No se atrevía a preguntarle al mayordomo pues este parecía bastante serio, definitivamente no le preguntaría a él. Era mejor buscar por su cuenta.
Si bien ya había trabajado para otras familias antes desde muy joven era la primera vez que llegaba a una de tales proporciones. Y aquello la ponía nerviosa. Muy nerviosa.Por fin encontró la cocina que al parecer estaba algo atareada. Veía a varias jóvenes que debían sobrepasar su edad por muy poco o tal vez eran incluso menores, moviéndose con agilidad siguiendo las órdenes de la cocinera.
En otro punto de la cocina, para ser más específica en una esquina alejada del ajetreo se hallaba una mesa bastante imponente frente a la cual se encontraba la Señora Davis, el ama de llaves.— Ya estoy de vuelta— fue lo único que se le ocurrió decir para llamar la atención de la mujer.
— Bien siéntate — dijo señalando una silla justo al frente de ella, pese a que una mesa las separaba, la tensión era finamente palpable entre ambas aunque claro las demás no parecían percatarse de ello. — Merry ¿verdad?
— Si.
— Desde ¿hace cuánto trabajas para Lady Regina? — pregunto con seriedad.— Desde hace ya más de tres meses.
— ¿De dónde vienes? — preguntó volviéndola a evaluar.
— De Bristol
— ¿De Bristol? Creí que lady Regina había estado en Sussex.— Si, pero yo viaje a esa ciudad en busca de empleo — dijo la joven luchando por ocultar su nerviosismo ante la expectante mirada de la señora Davis. No sabía por qué, ni como se había dado la situación. Pero ambas señoritas le habían dicho que no debía decir nada con respecto a que acababan de regresar de Francia. Absolutamente a nadie. — y la señorita Regina...
— ¡Oh ya veo! , espera un momento. —Dijo al repasar las palabras de la joven — porque le dices señorita muchacha. Debes aprender a tener algo de respeto. Acaso ¿no sabes quién es?
— Pues la señorita Prudence es la hermana de la señorita Regina ¿no? — pregunto sintiéndose más confusa a cada momento.
— Lo entiendes todo mal, no puedo creer que hayas estado todo ese tiempo con ellas y no lo sepas. — Respondió con irritación, más siguió hablando pues aunque no lo admitiera amaba el cotilleo— En primer lugar ellas no son hermanas. La señorita Prudence es como la dama de compañía de la Lady Regina, aunque más que todo es una invitada. Además no debes referirte como señorita hacia lady Regina no es correcto, ella es la hija de un conde ¿sabes? Su madre también era hija de un conde su linaje es bastante aristocrático— comento con algo diferente en su mirada, que a ojos de Merry se parecía al orgullo — En fin. Sólo no cometas errores. Ayuda a preparar la cena hoy llega lady Rinstoner y a ella suelen gustarle que las cosas estén bien hechas.
...
Había perdido un poco la noción del tiempo, por más que se esforzaba la fiebre no parecía querer menguar del cuerpo del pequeño Kevin.
Solo el tiempo parecía pasar más rápido de lo que le gustaría, ya estaba oscureciendo.
Estuvo tentada a salir del lugar y dejar al pequeño Kevin para pedir ayuda. Más no lo consideró idóneo, se sentiría altamente culpable si algo llegase a suceder en su ausencia.
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¿Un Viejo Vizconde? O ¿Un Guapo Libertino?
Historical FictionRegina solo desea alejarse de Londres después de la pérdida de su padre, Regina piensa que el campo es el lugar ideal, ella descubrirá que después de todo necesita un cambio más drástico ¿que tal viajar a Francia? ¿Porque no? Todo antes de que aquel...