— ¿Que sucede tía? — preguntó Regina preocupada por las reacciones contradictorias que asomaban en el rostro de su tía.
— Querida tienes una suerte increíble — respondió está volteando a verla.
— ¿Porque lo dices? — preguntó viéndola con extrañeza, no estaba segura de que le gustase la cara que tenía su amada tía en esos momentos.
— Léelo tú misma querida — sentenció entregándole la carta más pequeña, ya que la otra prefería reservársela para ella enteramente.
Querida Charlotte.
Eh decidido organizar una pequeña semana campestre en Primor House, solo invitarte a lo más selecto de la sociedad.
Entre los cuales sin duda tú y tu hermosa sobrina están claramente incluidas.
Espero que puedan asistir, ansío poder hablar con ambas.
Estoy segura que Lady Regina y yo congeniaremos de la mejor manera.
Espero una pronta respuesta.
Se despide tu gran amiga.La duquesa de Saint Albans
— No iremos ¿verdad? — preguntó Regina, tras haber leído la carta.
— Por supuesto que iremos, la invitación nos ha llegado especialmente por Leonore, es una gran amiga mía. Además es una duquesa. Y todas sus fiestas siempre son las mejores de la temporada.
Solo recibir una invitación ya es todo un logro, rechazarla sería contraproducente.— De acuerdo — accedió a sabiendas de que no conseguiría nada negándose, pues su tía una vez que decidía por algo las probabilidades de hacerla cambiar de opinión eran bastante escasas.
— Perfecto, no nos alcanzará el tiempo para ir a Londres por más vestidos así que llamaré a una de las modistas para que vengan cuanto antes y preparen tres o cuatro vestidos.
— No es necesario — intervino.
— No puedes ir con algo de la temporada anterior, bueno mejor dicho no todo debe ser de la temporada anterior.— Yo tengo algunos vestidos nuevos —admitió, consciente de que si no lo decía se verían envueltas en un gasto bastante innecesario. Sería bastante difícil para cualquier modista hacer de tres a cuatro vestidos para dentro de tres días que era el plazo que tendrían. Por lo que claramente cobrarían de tres a cuatro veces más su valor por cada vestido.
— ¿Enserio? — Preguntó contrariada — creí que estabas en York Shire.
— Y así era, pero llegó una modista Francesa al lugar y le encargue algunos vestidos — mintió, se sentía mal al hacerlo, pero que más podía hacer. Ese era el problema de las mentiras, cuando decías una al final terminabas diciendo otra para cubrir aquella. Una y otra vez.
— ¿Cómo se llama la modista? — preguntó su tía con sospecha.
— Madame Renault —intervino Prudence, dando el verdadero nombre de la modista. — solo estuvo de viaje y de alguna marea llegó a York shire. Aunque ahora ya debe encontrarse en Francia. Es una modista muy reconocida allá, pero accedió a hacerle unos vestidos a Regina ya que congeniaron — explicó Prudence convenciendo completamente a su tía. Aquello no era del todo una mentira. Madame Renault era una de las mejores modistas de Francia y una de las más caras sin lugar a dudas, también era cierto que desaparecía por un tiempo en busca de inspiración. A veces viajando a lugares muy concurridos o a lugares inhóspitos, había muchos rumores sobre su persona.
— Si es así no tendré quejas — accedió Charlotte. — le enviaré una respuesta a Leonore mañana temprano confirmando nuestra asistencia.
Después de aquella charla terminaron la cena sin pormenores y cada una se retiró a su respectiva habitación.
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¿Un Viejo Vizconde? O ¿Un Guapo Libertino?
Исторические романыRegina solo desea alejarse de Londres después de la pérdida de su padre, Regina piensa que el campo es el lugar ideal, ella descubrirá que después de todo necesita un cambio más drástico ¿que tal viajar a Francia? ¿Porque no? Todo antes de que aquel...