Los días habían pasado con rapidez y el día de la afamada fiesta campestre de la duquesa de Saint Albans había llegado.En estos momentos se encontraba en el carruaje a poco tiempo de llegar.
No estaba demasiado lejos de Wartonn House, pero aun así era más del tiempo que podía pasar encerrada sola con su tía Charlotte.Si se preguntaban por Prudence, ella no había venido.
El motivo de aquello es que convenientemente había enfermado.
En momentos así maldecía su buena salud.Prudence se encontraba en reposo debido a un fuerte resfriado.
Merry se quedó con ella, así que solo llevo a Cindy. Pero esta se había dormido inmediatamente después de que el carruaje empezase andar.
Dejándola a merced de su tía que no había parado de contarle los nuevos cotilleos o por lo menos todos de los que ella no se enteró.Sobre el bebé que nació cinco meses después del matrimonio, sobre la fallida fuga de la hija de un Marqués, sobre cierta dama casándose con un noble tres años menor que ella. Todas situaciones escandalosas según su tía. Se vio fuertemente tentada a decirle lo que había hecho, solo para ver su reacción. Mas aquella ficticia escena solo quedaría en su imaginación.
Su amada tía solo paraba de hablar para respirar, en aquellos momentos le pareció que decididamente su tis debía respirar mucho menos que las personas normales.
Todo siguió de aquella manera hasta hace tan solo diez minutos minutos en los que su parlanchina acompañante decidió parar, para observar el paisaje.Extrañaba a Pru, pero que podía hacer si ella se había enfermado, muy convenientemente a su parecer. Pero el médico lo había certificado, tenía un resfriado y uno bastante fuerte. Había insistido en quedarse más sus quejas no fueron escuchadas en lo más mínimo.
Diez minutos después ya estaban en la famosa residencia de la duquesa de Saint Albans.
— Déjame verte — pido su tía al ya haber bajado del carruaje. — simplemente perfecta.
Cindy también había despertado recientemente y ahora se encontraba fingiendo indiferencia al nuevo lugar, pese a que Regina podía ver que ella se moría por explorar. Pero se estaba frenando frente a su tía, después de todo Cindy era una doncella modelo.
Lograron ver que no eran las primeras en llegar ya que había algunos carruajes más, al parecer no eran las únicas que habían llegado temprano.
— Querida Charlotte, bienvenida — saludo una mujer rubia de facciones gráciles y ojos topacio. Sin duda bella. — llegas temprano y me alegra mucho.
— Excelencia, es un placer ser tus invitadas.
— Deja las formalidades hemos sido amigas desde la infancia. — sentenció viendo divertida a su tía, para después ver a la persona que estaba detrás — ¡oh querida! tú debes ser Lady Regina. — añadió mostrando una sonrisa.
— Buenos tardes, excelencia — saludo, apostando por que ella debía ser la anfitriona. No había tenido la oportunidad de conocerla la temporada anterior, mas había escuchado de ella demasiadas veces y de sus alabados ojos.
— Eres un encanto — canturreo mirándola especulativamente y sonriendo, como si hubiese encontrado justo lo que andaba buscando después de un largo tiempo — sin duda los que te describen se quedan bastante cortos.
— Las llevare a sus habitaciones, deben estar cansadas — contestó al fin la duquesa. — todos los invitados deberían llegar para la hora de la cena.
Ella no pudo evitar quedarse viendo el bello jardín que rodeaba la casa que al parecer se extendía mucho más de lo que podía parecer a simple vista.
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¿Un Viejo Vizconde? O ¿Un Guapo Libertino?
Historical FictionRegina solo desea alejarse de Londres después de la pérdida de su padre, Regina piensa que el campo es el lugar ideal, ella descubrirá que después de todo necesita un cambio más drástico ¿que tal viajar a Francia? ¿Porque no? Todo antes de que aquel...