CAPITULO 58

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La velada musical de los Hubbson fue considerablemente más diferente de lo que había esperado.

Había llegado temprano o eso pensó al ver la cantidad de personas que había. Pudo distinguir a algunas personas pertenecientes a la alta aristocracia. Más la mayor parte de los presentes parecía poseer los títulos entre la baronía y un vizcondado.
Había algunos rostros familiares, pero ninguno con el que se sintiese relacionada por más que un pequeño saludo. Había asistido con Pru, dado que su tía Charlotte había denegado su asistencia en el último momento, alegando un repetido dolor de cabeza.

No habría habido manera de que Regina o Prudence pudiesen haber logrado que alguien con la determinación y los largamente usados poderes de actuación como Lady Rinstoner hubiese cambiado de opinión después de negarse a asistir a algún tipo de evento.
Aunque la sola mención de ello, ya de por si no pronosticaba muchas cosas buenas.

Charlotte Blake era una fiel amante de las fiestas y la diversión, el cotilleo también era algo que alimentaba rápidamente su vivacidad.
Que ella se negase a asistir a una velada musical, era algo... Extraño.
Por no decir un mal augurio.

Encontrar asientos había sido sencillo, se habían sentado en la parte central de la tercera fila.

Los asientos a sus lados ya habían sido ocupados por Lady Timberly, una baronesa a la espera de su quinto niño si no mal recordaba y la señora Cornand, que era ampliamente conocida por hacer comentarios sarcásticos en cuanto a la educación de la nobleza.

Debido a que aun parecía faltar un poco antes de que comenzara el evento, ella se había ofrecido a ir por unas bebidas para Prudence y para ella misma, aunque aquello no era más que una excusa para caminar un poco.

Tal vez fuera por el tiempo en el que había dejado de asistir a tales eventos, que se sentía un poco fuera de sí.
No lograba sentirse cómoda por completo, no es como si no fuera capaz de mantener una conversación adecuada con alguno de los presentes si se daba el caso. Era solo que por el momento, no parecía hallar divertido el evento.

Había pasado demasiado tiempo hundida en sus propios pensamientos, y casi sin que se diera cuenta la función parecía estar por empezar dado que muchos de los nobles ya se dirigían a sus asientos.

Las bebidas tendrían que esperar hasta que hubiese un intermedio.

...


Se arrepentía en demasía de su decisión.

Se arrepentía de no haber huido cuando aún podía, o de por lo menos haber llevado aquella bebida consigo en vez de ir pensando más de la cuenta.

Prudence parecía mantener la compostura de manera estoica. Aunque estaba más que segura de que se negaría firmemente a volver a acompañarla a algún tipo de velada.

Si era sincera ella misma empezaba a cuestionar firmemente, su criterio al haber escogido participar en este tipo de evento.

No había sido tan malo. No por el contrario había sido bastante satisfactorio ir a una velada musical ofrecida por los Hubbson, la vez que asistió con su padre.

Entonces ¿porque tenía que resultar así ahora?

La familia Hubbson había sido reconocida por varias generaciones por su don, en cuanto al arte musical.

Todos sus miembros fueran damas o caballeros, tenían algún tipo de apego a este arte.
Si no recordaba mal, la vez anterior que participo en este tipo de velada, la protagonista había sido una experta tocando la flauta.
Si no recordaba mal era la segunda hija de Lord Hubbson, Lady Anne, aunque por lo que tenía entendido ahora se hallaba en su viaje de bodas.

¿Un Viejo Vizconde? O ¿Un Guapo Libertino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora