CAPITULO 61

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La tercera parte del especial la estoy guardando por un poco más de tiempo, espero que disfruten del capítulo. 


...


— Por fin has llegado — dijo Regina brindándole una cálida sonrisa, y una radiante mirada que indicaba claramente que había esperado ansiosamente su llegada.

— Lamento haber tardado — contesto tomándola en sus brazos y brindándole un delicado y amoroso beso, tanto en ambas manos como en la frente — si hubiese sabido que sería tan bien recibido me hubiese desecho de Gabriel y Damon con más rapidez. Sabía que no debía dedicarles cinco minutos más después de que recibí tu nota — dijo sacando el minúsculo papel con su única mano libre e interponiéndola frente a ambos.

Podrías venir pronto 

R.


— Dije pronto, aunque tampoco debías de tomarlo de manera tan literal — dijo ella en un murmullo avergonzado.

— No deberías avergonzarte — dijo mientras jugueteaba con un delgado mechón de su cabello — tus palabras han sido lo que más quería escuchar. Si debo ser sincero, aun sin tu nota ya había empezado a buscar una excusa para que tolerarás mi presencia esta tarde.

— ¿Así? — Inquirió divertida — ¿puedo preguntar cuál sería su excusa esta vez su excelencia?

— ¿Esta vez? — Dijo fingiendo encontrarse indignado — lo haces sonar como si lo hubiese hecho antes.

— Debería recordarle que ha venido a la residencia prácticamente todos los días en el último par de semanas.

— Eso es incorrecto — dijo seriamente — no pude venir el jueves pasado porque tuve que hablar con algunos administradores, y hace dos días saliste a algún lugar, del cual tu mayordomo se negó a darme detalles.

— De acuerdo, entonces digamos que han sido doce días — contesto disimulando mal su sonrisa. — puedo preguntar si una de tus razones era ¿preguntarle al jardinero sobre la mejor decoración de invierno?

— Estaba realmente interesado — contestó modestamente, ante la mirada incrédula de Regina agregó — mantener un jardín es realmente muy duro, solo buscaba ayuda.

— ¿Desde cuándo?

— Desde hace exactamente dos semanas y un día.

— Entonces ¿qué me dices sobre sobre el reloj?
— Lo había olvidado — contesto con su mayor expresión de pena — ¿puedes creer que me haya pasado eso?, olvidarme las cosas a mí corta edad. Debe ser producto del exceso de trabajo, deberías de tratarme mejor.

— Si no recuerdo mal, le dijiste al señor Colvert que lo dejara en el saloncito.

— ¿Así?, que distraído. Debo de encontrarme en una situación más crítica de la que podía haber imaginado.

— Si, muy crítica, pobre de ti. ¿Qué dirás del asunto con mi tía Charlotte? También estabas interesado en cómo elaborar una lista sobre los mejores candidatos en el mercado matrimonial en esta temporada — pregunto fingiendo cierta seriedad.

— Uno nunca sabe — contestó con despreocupación — que haríamos si hubiese perdido mi posición en aquella lista, ¿no mancharía eso mi reputación? — dijo con una sonrisa coqueta.

— Viniste a buscar a mi tía aun sabiendo que ella se encontraba con tu madre.

— Debo de haberlo olvidado, ya sabes, mi mala memoria debe de haber atacado nuevamente.

¿Un Viejo Vizconde? O ¿Un Guapo Libertino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora