Eclipse

capítulo 27

-Vanessa –hablé asustado.

-hola –contesta alegre Marks. Guao, enserio le ha agradado decir eso y que estemos juntos.

Eso, o le alegra ver a Vanessa.

-¿Dónde estaban? –Pregunta –ya entramos nosotras, los chicos ya salieron y entró Jena.  Sigues tú Marks, ¿ya no quieres entrar o qué? –no se notaba molesta. Más bien impaciente.

-no, si quiero entrar, quiero pedirle unas disculpas. –le miró -Y creo que no solo a ella se las debo, Van la verdad es que…

-mira –interrumpí –ya salió Jena, ve –incité en una orden gentil.

El me miró y asintió.

-¿Qué fue eso? –pregunta mi melliza.

-¿de qué hablas? –digo con confusión.

-no creas que no he notado esa sonrisita que te cargas y ese brillo en los ojos, cuéntame, ¿Qué pasó allí afuera con Marks? Él también se veía más sonriente, menos frustrado. –ella se veía feliz. Pero, ¿Cómo se lo tomaría?

-no creo que…

-o por dios –gritó emocionada y yo fruncí el ceño –se besaron –susurró y yo me sorprendí ¿Qué rayos?

¿También podía sentir cuando beso o qué? Entonces también puede sentir cuando tengo…

-no –interrumpió –no puedo sentir cuando besas o cuando tienes sexo, eso sería desagradable ¿te imaginas? ¿Tener los orgasmos en cualquier lugar o momento porque mi hermano está metiéndose con una chica? –dice entre asqueada y divertida.

-o chico –apunto.

-eso es aun más repulsivo –anota y reímos.

-¿entonces como supiste? –pregunto de una vez.

-primero, miré cuando te besó la mejilla y te sonrojaste ¿Cuándo has visto que un hombre bese a otro así? –Rayando quesos –segundo, ambos venían con una sonrisita cómplice, tercero traes los labios rojos y tú los tienes color rosita, cuarto; cuando te pregunte pusiste tu cara de: “¿Cómo rayos lo supiste?” –observa.

-pero…

-aunque no lo sabía en realidad, solo fue una opción y me lo acabas de confirmar –ríe.

-¿no te molesta? –pregunto mirando cada una de sus facciones.

-¿Qué dices? –Pregunta divertida y sorprendida -¡claro que no! Te lo mereces, lo has estado esperando desde hace mucho, aunque para ser sincera no sabía que él lo reconocería tan rápido –le miré confundido –me di cuenta que el sentía algo más por ti cuando te hicieron esa broma y casi se volvía loco pensando que habías perdido la memoria, después cuando se alejó de ti y se puso como todo un ermitaño bien hecho; lo confirmé –contestó a mi pregunta no formulada. –lo sé, casi, casi leo tu mente, no tienes que decirlo –enserio esta chica me conoce muy bien. Rio ante eso.

-pero tú, ¿no sientes nada por él? ¿Nunca tuviste nada con él? –pregunté interesado en no lastimar a mi hermana menor.

-no, o sea si nos besamos varias veces y una vez casi tuvimos sexo, pero nada pasó nunca. Y si te confieso algo, no he terminado de olvidar a Daniel –me molesta y duele eso. Porque ese hijo de… fruta, no merece el cariño de mi querida hermana y me duele el hecho de que, siga sufriendo por él.

-pues, yo creí que jamás tendría una oportunidad con él, la verdad –confesé.

-nada es imposible, ogro –toma mi hombro -¿Qué pasa? –pregunta al notar algo en mi rostro.

-no es nada –miento.

-Ethan, te conozco muy bien, no puedes engañarme, eres muy transparente y además esa tristeza ya me invadió. ¿Qué está pasando por tu cabecita trol? –insiste.

-es Ruth –decido confesar.

-Ho, -reacciona –es eso. Si, noté como te pusiste cuando les dimos la noticia de la enfermedad de ella, también sentí lo que sentiste cuando hablaste con el doctor de no sé qué cosa –responde.

-no sé como lo tomará. No quiero dañarla, menos ahora que…

-que ya te diste cuenta de que si la quieres –interrumpe.

-deja de leer mis pensamientos –regaño.

-es que enserio, todos lo notamos. Te enamoraste de los Andersson, hermanito. Y los Andersson se enamoraron de ti –recuerda y no sé si sonreír o llorar.

-diablos, justo ahora que Marks me confiesa que le gusto decido confundirme –respondo frustrado.

-no es que lo hayas decidido así, ojalá se pudiera dominar los sentimientos pero no es así –recuerda.

-lo sé –dije.

-¿y enserio estás confundido? ¿Tienes a Marks esperando por una respuesta? –pregunta sorprendida.

-claro que no. Obviamente lo elegí a él. –respondí enseguida.

-imaginé que harías eso, pero ¿lo elegiste porque lo amas o porque te aferraste a la idea de amarlo? –inquiere de nuevo.

-¿Cómo? Claro que por que lo amo, ¿Por qué lo dices? –respondo ofendido.

-solemos tomar elecciones porque nos hemos aferrado tanto a esa idea que creemos que es lo que en realidad sentimos, queremos o necesitamos. No nos damos el tiempo a pensarlo de nuevo, y si es que nos lo damos; lo ignoramos porque es más fácil aferrarse que dejar ir. –y eso me dejó callado.

¿Elegí a Marks por amor o porque me aferré a él?

-ella quiere verte –interrumpe el mencionado.

-bien –respondo.

-Vanessa ¿podemos hablar? –escucho que el castaño le dice a la pelinegra.

Lo ignoro y sigo caminando.

Habitación 199A.

-ey –saludo un poco nervioso.

-Ethan –contesta con alegría.

-¿Cómo estás? –pregunto.

-es la quinta vez que me preguntan eso en menos de dos horas –responde divertida –estoy bien ¿tu?

-creo que es la quinta vez que preguntas eso en menos de dos horas –respondo del mismo modo –estoy bien, gracias por preguntar.

-que bueno –y silencio.

El incomodo silencio.

-escucha –comienzo –no debí haberte tratado así los últimos meses, ni siquiera aquel día, estaba tan molesto, es que me sentí humillado y creí que tú…

-no importa –interrumpe despreocupada –no debí haber accedido a eso tampoco –dice encogiéndose de hombros.

-sí, ambos actuamos mal ese día –contesto.

-si –suspira.

Silencio de nuevo

-Ethan –habla esta vez ella.

-¿sí? –le miro.

-¿puedo preguntarte algo además de esto? –dice seria.

-si, claro. Lo que sea –me adelanto a decir y me siento a un lado de su cama.

-¿Qué sientes tú por Marks? –y eso me congeló.

¿Marks le habría contado? Lo dudo. Dijimos que aun no.

Además vamos, apenas pasó hace 30 minutos, no puede darlo a conocer tan rápido ¿o sí?

-pues sabes que Marks es muy importante para mí, es como mi hermano y que siempre…

-no, eso no –interrumpe -¿te gusta Marks? Puedes decírmelo, está bien, solo quiero saber la verdad –suplica.

La pienso un segundo.

-si –suspiro – soy bisexual. Si, amo a Marks desde hace tiempo. Si, siento algo muy fuerte por Marks –se siente tan bien darlo a conocer por fin.

Un peso menos de encima.