Eclipse

capítulo 35

Llegamos a casa de los Andersson y miré como Daniel se bajaba.

-¿no piensas bajar? –grita desde fuera.

-sí, un segundo –hablo de la misma manera.

-no me digas que estas esperando a que te abra la puerta porque eso no sucederá –dice divertido.

-uy así que chiste –respondo bajando.

-¿estás bien? Insisto con que tienes algo –repite interesado.

-sí, estaré bien –después camino adentrándome en la casa, encontrándome con Easton y Marks en la sala.

Lo que me faltaba.

-Ethan –habla Marks cuando llego.

-¿Qué hay? –habla esta vez Easton.

-hola –digo llegando a ellos y saludando a mi chico con un rápido beso y me dirijo a la segunda planta.

Tomo la ropa del armario de Marks y me meto a bañar.

Siempre ha sido así, no creo que ahora le moleste que tome de su ropa para cambiarme e ir de fiesta.

Abro la llave de la regadera y dejo que el agua comience a salir y así elegirla a mi gusto.

Una vez elegida, comienzo a quitarme la ropa y entonces me adentro al agua.

Dejo que esta recorra mi cuerpo desnudo y mi mente rápidamente vuela a la primera vez que defendí a Ruth. A la primera vez que pensé en Marks como algo más que solo mi mejor amigo.

Mi mente vuela y no sé si esto es blanco o negro.

Solo sé que estoy confundido, que no puedo ser egoísta y querer a ambos Andersson para mí y yo ser para los dos. Yo ya decidí.

He amado a Marks desde hace bastante, ¿entonces porque hoy no estoy plenamente feliz con él?

¿Por qué ahora he decidido ver a Ruth como algo más y no solo como mi hermana menor?

¿Por qué no quiero verla junto a alguien más?

“¿lo elegiste porque lo amas o porque te aferraste a la idea de amarlo?” –esa pregunta viene a mí de nuevo.

Niego repetidas veces.

-yo amo a Marks –dije en voz alta.

-Ethan –habla esa voz desde fuera –ya llevas dentro mucho ¿estás bien?

-sí, estoy bien cielo, ahorita salgo –contesto.

-me encanta que me digas así –dice y puedo asegurar que está sonriendo.

No respondí, solo… me mantuve ahí.

Quité el shampoo de mí y después comencé a secarme, amarré la toalla en mi cintura y salí.

-todo tuyo –digo saliendo de ahí.

-¿hablas del baño o del chico que acaba de salir? –me sorprende con su intrepidez.

-guao, tranquilo viejo –digo haciendo una seña.

-¿Qué? –dice riendo.

-creo que vas muy rápido cielo, además no sé qué dudas si sabes que he sido tuyo desde hace ya bastante tiempo –respondo tomando la playera que elegí del armario de Marks.

-en realidad querías ser mío, pero aún no lo eres –dice mientras se acerca a mí a lo que yo retrocedo.

-estás comenzando a darme miedo –digo asustado.