Eclipse

capítulo 40: FINAL

Ruth pov.

Dos meses ya han pasado.

Mañana es mi operación y estoy tan ansiosa.

Este tiempo ha sido hermoso, ha sido como antes, como siempre.

Ethan y yo no nos hicimos novios si eso es lo que se imaginan, pero... debo confesar que más de una vez nos hemos escapado y en el transcurso besado.

Me contó todo lo que pasó este tiempo y me confesó que desde aquel día en el hospital hace más de un año, él sabía que me quería. Sin embargo, "se aferró a la idea de que amaba a Marks" cuando en realidad debió elegirme a mí.

Le confesé que nunca lo olvidé y esa noche, ahí, en el sótano de su cuarto –sí, tiene un sótano en su cuarto –me entregué a él.

Fue una noche mágica y fue maravillosa.

Recuerdo que preguntó un millón de veces que si estaba segura de eso. A lo cual sin dudar siempre respondía que sí.

Durante mis casi 19 años siempre imaginé mi primera vez con él.

Cada que tocamos el tema de mi operación –las cuales han sido pocas y porque él lo menciona –parece ser él, él más emocionado.

Como les digo, no somos novios, ni siquiera hemos nombrado nuestra relación, pero estoy segura que no necesitamos una etiqueta para lo que tenemos, pues sé que me ama.

Sí, he de sonar como esas chicas que creen que al otro lado del arcoíris existe una gran olla llena de oro.

Pero no me cabe ni la menor duda de que enserio me ama.

Les confieso que me desconcierta saber porque no podemos ser novios y cada que se lo pregunto me responde: -cada día falta menos para que lo sepas.

Me desespera, pero aun así, estoy feliz que en unas semanas, despues de recuperarme de mi operación podré ir y tatuarme aquel símbolo que una vez le enseñé y decirle: -tú eres mi sol y mi luna, eres mi luz y mi oscuridad, pero también eres lo más hermoso y extraordinario que he visto.

Sí, muy cursi, no me culpen.

-hola, señor "tenemos que ejercitarnos juntos" –respondo mi celular.

-hola señorita "me da flojera ir a correr por las mañanas" –se burla él.

-¿Qué tal? –pregunto divertida.

-¿lista para mañana? –y he ahí.

Cada día que pasa, es más insistente que el día anterior.

-me has preguntado eso un millón de veces y las mismas te he contestado que estoy nerviosa y empeoro cuando preguntas –bufo.

-lo siento, es que estoy emocionado. Despues de mañana tendrás un nuevo corazón –dice y despues de una breve pausa pregunta: -¿me seguirás amando con ese corazón también?

-los sentimientos están en la cabeza, y que yo recuerde me cambian de corazón, no de cerebro –arruino el momento.

-entonces nunca dejes que te cambien el cerebro, porque no quiero que me olvides jamás –pronuncia con angustia.

-aun si te olvidara, sé que estarías ahí para enamorarme de nuevo –respondo con seguridad –y si no lo quisieras reconquistarme, estoy segura que aun así me enamoraría de ti.

-solo no me olvides –repite. -¿a qué horas debes irte al hospital? –pregunta.

-me internan esta noche –contesto –iras conmigo ¿verdad?

-mientras viva nunca te dejaré sola –repite lo que cada día me decía.

-entonces eso es un si –digo con una sonrisa que él no puede ver.

-voy a alistarme y paso por ti para ir a dar una vuelta –informa y despues de un "te amo" la llamada finaliza.

Yo ya estaba lista para salir, pues acababa de llegar de hacer unas compras.

Quizá suena muy anti romántico o anti femenino pues iré a una cita, no de compras... pero con Ethan siempre ha sido así. Lo importante es sentirte cómodo para cualquier cosa porque nunca sabemos si nos aventaremos de un paracaídas o si iremos a nadar con delfines.

Me retoqué el maquillaje y bajé por un vaso de agua encontrándome a Marks en la cocina.

-Marks –saludo.

-¿saldrás con Ethan? –pregunta.

-si –afirmo –escucha Marks, yo sé que tú aun lo quieres y que...

-estoy feliz por ti, Ruth. Lo juro –interrumpe. –Ethan te ha elegido a ti y yo respeto eso. Solo quiero que sean felices.

-Marks –le llamo y él se detiene justo a la salida –él en verdad te amó –recordé.

-y yo a él –susurra pero pude escucharlo.

Despues se marchó y entonces, seguido de un suspiro; tomé el vaso y lo llené de agua.

Me quedé meditando, en que hubiera pasado si Ethan me hubiera elegido desde un principio. Quizá hoy seriamos novios.

Quizá no somos novios porque aún no supera a mi hermano, tal vez no quiere dañarlo más.

O simplemente no me quiere lo suficiente.

-¿pensando en mí? –pregunta sobresaltándome.

-de hecho sí, pero vamos, te cuento en el auto –digo dejándolo atrás. Pero al llegar no encuentro el auto de Ethan por ningún lado.

-se lo he obsequiado a Vanessa –informa.

-¿y en que iremos? –pregunto mirándolo.

-en bici –dice señalando una bicicleta doble recargada en la cerca de mi casa. –no sabía que fueras tan materialista –bromea.

-lo bueno es que traigo un pantalón –susurro.

-¿sucede algo? –pregunta

-¿me quieres? –él se quedó en silencio unos segundos y despues negó. Lo cual hizo que sintiera una fuerte desilusión.

-yo te amo –responde –y daría mi vida por ti –besa mi nariz y despues toma mi mano para encaminarnos a las bicicletas.

Ese día fue maravilloso, estuvo conmigo cada momento y despues regresamos a casa para asearnos y dirigirnos al hospital.

Aún recuerdo, que esa noche jamás dejó de repetir: -te voy a amar hasta que mi corazón deje de latir, incluso despues de eso.

Como a la media noche él fue al baño y entró Vanessa, quien dijo que ya no podía entrar porque el doctor ya no lo permitió, pero que me mandaba a decir que me amaba con cada parte de su ser y que esta operación saldrá muy bien.

Y así fue. La operación fue un éxito.

-Ruth –recuerdo que me llamaron apenas abrí los ojos y pude observar a casi todos.

-hola –sonreí -¿Dónde está Ethan? –pero no hubo respuesta alguna.

Las miradas perdidas de Marks y Vanessa me dieron muy mala espina y no fue hasta que Vanessa se dejó abrazar por Daniel que lo entendí.

Ethan dio su vida por mí.

Ethan me salvó la vida.

Ethan me amó más que así mismo.

Ethan estuvo conmigo mientras vivió.

Ethan me dio su corazón.

Literalmente.

Mi donador fue Ethan.