capitulo 32

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Estaba sentado en la orilla de la cama esperando a que mi hermana menor respondiera.

-dices, entonces ¿que deje que “Dani” y yo seamos aunque sea amigos? –pregunta de nuevo.

-sí, Vanessa, si –respondo. De nuevo.

-no lo sé –dice con ese tonito de voz que tanto me agrada.

-si tú no quieres no tienes que hacerlo –me apresuro a decir –pero lo que si no estoy dispuesto a tolerar es que salgas con alguien más si no sientes nada por él, y mucho menos si sientes algo por alguien más –dije poniéndome de píe.

-¿Por qué no quieres que intente algo con alguien más? –pregunta contristada.

-porque no creo que estés lista. Digo, lo que sucedió con él ya fue suficiente, ya te dañó bastante y creo que aún no estas recuperada lo necesario como para empezar una nueva relación. No estoy en contra de que lo hagas, si crees que estás lista lo apruebo. Pero si no lo estás –me detengo a observarla con cuidado. Dios amo a esta chica –podrías dañar no solo a ti, sino también a aquel idiota. Y yo creo que ninguno de los dos lo merece.

-Ethan, -me llama -¿no crees que merezco ser feliz? –me dice.

-¿Qué dices? –Pregunto estupefacto -¡claro que mereces ser feliz! Si eres la persona más estupenda que conozco despues de mi –dije logrando hacerla sonreír –mereces a alguien que te quiera y que dé su vida por ti. Que esté dispuesta a todo con tal de verte reír. Que te cuide más que así mismo y que ponga tu bienestar antes que sus propios intereses. Alguien que te trate como la princesa guerrera que eres.

-¿princesa guerrera? –pregunta riendo.

-princesa guerrera –afirmo –porque aunque no necesites a un príncipe que te salve, aunque puedes salvarte tu sola e incluso tu salvar al príncipe –digo divertido –sé que quieres a tu príncipe Negro.

-¿príncipe negro? –pregunta de nuevo riendo.

-sí, tú no estás para esos clichés de “príncipe azul” y “princesa en aprietos que necesita que la salven”. Tú estás para ser original. Donde quizá tu príncipe no será el príncipe encantador, ese con modales y valentía. No, quizá tu príncipe le temerá a las arañas, quizá ese príncipe será un cochino de vez en cuando, quizá tu príncipe a veces te hará enojar y no te salvará de los monstruos de tus inseguridades. Quizá ni siquiera sea el príncipe de la historia. Quizá sea el malo del cuento pero, hará de todo de corazón por verte feliz. –respondo. -quizá tampoco tu príncipe sea el más guapo, aunque claro a un lado de mi todos son feos –alardeo haciéndola reír. Sus ojos comenzaban a humedecerse, me acerqué a ella y le tomé de las mejillas –a lo mejor tu príncipe no llegará en un caballo blanco y te salvará del mundo cruel. Quizá tu príncipe negro llegará caminando y se quedará contigo a ayudarte a pelear y vencer el mundo.

-¿y porque negro? –dice con inquietud.

-porque tú eres medio bato y no te gustan los colores aniñados. Y el negro es el indicado para describir que no quieres el típico chico bueno. A lo mejor prefieres al hermano del príncipe encantador, si es que tiene uno; ese hermano malvado que quiere quitarle el trono, ese hermano que siempre hace de las suyas. Ese hermano que parece más atractivo y más interesante porque siempre está rompiendo reglas y divirtiéndose sin fijarse en las cordialidades y los modales que un príncipe debería tener. Quizá quieras al bad boy que lees en wattpad. –Respondo elevando una ceja –uno que se enfrente a todos por defender su amor por ti.

-¿y yo soy una princesa guerrera? –pregunta divertida.

-lo eres, nunca has necesitado de nadie para hacer nada. Siempre haces lo que te propones por más difícil que sea. Siempre buscas la felicidad de los que amas y eres muy egoísta contigo  misma, prefieres hacer felices a los demás antes que a ti. Por ello sé que mereces ser feliz. Más incluso que yo –digo limpiando la pequeña lágrima que se le había escapado.

-no –dice.

-sí, y por esa razón, por la razón de que siempre logras lo que te propones es que quiero que perdones a ese tonto de Daniel. Porque sé que hiciste muchos planes con él. Por la razón de que mereces ser feliz quiero que le des una oportunidad de ser tu amigo, porque sé que él hará de todo por lograr que sonrías. Y por la razón de que, quizá él sea el príncipe negro que esta princesa guerrera necesita. –digo besándola.

-tienes ideas medio raras –me dice con ya unas cuantas lagrimas encima.

-¿y porque lloras? ¿Te molesta que tenga ideas raras? –pregunto secándolas.

-es que estoy feliz por tenerte –me abrazó –no quiero perderte nunca.

-yo también estoy feliz por tenerme. ¿Qué haría el mundo sin mí? –digo recibiendo un golpe en mi abdomen.

-¿Por qué siempre tienes que arruinar el momento? ¿No puedes tener un momento de seriedad decente? –pregunta haciéndose la molesta.

-no –contesto abrazándola de nuevo –eso no es lo mío. Lo mío es cuidar que tu sonrisa se mantenga intacta –la beso de nuevo en la frente y me separo.

-creo que tú eres mi príncipe negro –me detiene.

La miro con el entrecejo fruncido -¿Cómo?

-nada –bufa.

-es que no entendí. Explícame –suplico.

-nunca entiendes nada –se queja.

-es que estoy bien menso –digo con inocencia.

-ya lo noté –dice cruzándose de brazos –que quizá tu eres mi príncipe azul.

-sí, si escuché eso. Pero ¿Por qué lo dices? –pregunto sentándome en la cama.

-no lo sé –se encoje de hombros –te describiste tal cual, no eres el príncipe encantador pero…

-oye –me quejo –yo soy más encantador que el príncipe encantador –digo cruzándome de brazos ahora yo.

-si como digas –dice soltando una carcajada.

-pff –bufo con fingida molestia. Pero el orgullo realmente herido.

-¿Quieres que te explique o no? –regaña.

-si –digo con la mirada baja y el tono de voz exageradamente infantil.

-pues deja tus dramas de lado y escúchame –rápidamente llevé una mano a mi pecho y la miré con cara de: “me has ofendido en lo más profundo de mi ser”.

-¿quieres que me muera verdad? –pregunto fingiendo llorar.

-no tienes remedio –se queja y se da la vuelta.

EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora