capítulo 4

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-perdón -sonreí apenado - ¿decías?

-te decía que esto está muy bueno -repitió.

-a, muchas gracias. Aprendí a prepararlos cuando fuimos a México el año pasado -relaté.

-eso es genial, ¿van mucho para allá? -preguntó interesado dando un mordisco a su taco. Eso sonó pervertido.

Reí por mis perversiones y asentí -tenemos familia allá, en el D.F de hecho -dije respondiendo a su siguiente pregunta no formulada.

-oye inútil -Van entró a mi recamara sin tocar -oh, lo siento -habló sonrojada ante la presencia semidesnuda del chico.

-no hay problema -dije rodando los ojos - ¿Qué quieres?

-yo… - Marks se levantó y caminó al baño tomando la ropa que él mismo escogió de mi guardarropa. Van suspiró rendida -de verdad le dolió -afirmó.

-si, es feo que la persona que amas no te quiera como quisieras -resoplé - ¿venias por algo en particular?

-sí, quería ver si mañana en la cena podías invitar a Ruth a salir, lo que pasa es que ha estado un poco rara conmigo últimamente y quiero saber por qué ¿sí? -pidió.

-no seria justo invitarle a una cita sabiendo…

-si, ya sé. No te pido que sea una cita… simplemente una salida de amigos. Después de todo eso son ¿no? -me miró con sus ojitos de cachorro a medio morir y no pude negarme.

-bien… pero solo si tu aceptas salir con Marks -ella abrió sus ojos haciendo que casi salgan de sus orbitas -no me gusta verlo así, después de todo es mi mejor amigo -hablé antes de que ella pudiera hacerlo y ella asintió dudosa -bien. Ya es muy tarde.

-gracias idiota, hasta al rato -arrojó un beso al aire y salió de mi habitación cerrando la puerta con cuidado.

-Vane yo… -salió Marks del baño - ¿y Vane? -buscó con la mirada a la chica y me miró.

-acaba de irse a dormir.  Y nosotros deberíamos hacer lo mismo, ya es muy tarde y en unas horas tenemos la cena de nuestros padres -lo empujé de mi cama y apunté al sillón que había en mi recamara.

- ¿Qué? ¿piensas mandarme al sillón? -preguntó fingiendo ofenderse.

-claro, ¿piensas dormir conmigo en mi cama mugre homosexual? -me burlé. Aunque claramente no me molestaría ni que durmiera conmigo ni que fuera homosexual. Sino todo lo contrario.

-no, pienso que me des tu cama tarado. Soy tu visita -alegó.

-ay no ma…nches. tu hace mucho dejaste de contar como visita mugroso -recordé.

-bien -gruñó. Se dirigió a mi armario y sacó unas sabanas. Ethan 1-0 Marks.

Esperé a que Marks se acomodara en el sillón y apagué las luces.

Pero no pude dormir… miré el techo de mi habitación, pensando en que a unos pocos metros de mi se encontraba la persona que se había robado mi corazón, pero la misma era aquella que estaba enamorada de mi hermana.

Y esa misma persona es mi mejor amigo.

Suspiré pesadamente y me giré quedando sobre mi hombro izquierdo.

Cambie de posición nuevamente quedando boca abajo.

Cambie nuevamente quedando en mi hombro derecho.

Y así fue el resto de lo que quedaba de la noche, dando vueltas en la cama pensando en como esto me había pasado y el por que a mí.  Hasta que por fin decidí levantarme de la cama.

Eran las 7 de la mañana de un domingo de abril.

El clima estaba precioso hoy, a decir verdad, bajé las escaleras hasta la cocina, saqué algunas cosas de la alacena y encendí la estufa.

Como era un día fresco y como amo el chocolate comencé a preparar un chocolate caliente. Puse música y mientras bailaba (o al menos eso intentaba) le agregaba bombones al chocolate ya que a mi pequeña hermana le encantaban.

-si quieres te bajo la estrella más grande -empecé a cantar por lo bajo.

Dejé la canción correr y seguí concentrado en el chocolate que estaba preparando cuando ya estuvo listo le apagué y lo dejé ahí. Me serví un poco y giré sobre mis talones para dirigirme al cuarto de televisión y mirar una película mientras los demás despertaban.

-me gusta como bailas Eth -se burló Marks haciendo que me asustara tremendamente.

-estúpido me asustaste idiota – dije pasando por su lado -ahí hay chocolate por si quieres, estaré en el cuarto de T.V buscando una película. Si quieres haces palomitas ya sabes dónde están. Van se despierta tarde los domingos -informé lo que él ya se sabía de memoria.

-gracias -fue todo lo que escuché porque ya me encontraba subiendo las escaleras en dirección a mi destino.

Si, cualquiera pensase que lo que siento por Marks es solo amistad. Pero basta ver como lo miro, como mi estado de animo cambia considerablemente cuando se trata de él, como mi sonrisa aparece solo con mencionar su nombre, el ver como me preocupo cuando él se pone mal.

Bien, estoy perdido.

No quiero describir que es lo que siento cuando de Marks se trata porque no quiero aburrirlos.

Suspiré cerrando la puerta detrás de mi y me dejé caer en el sofá cama que hay aquí con cuidado de no tirar el chocolate encima de mi o de cualquier superficie.

-soy tan tonto, cobarde, inútil…

-menso, olvidadizo, despistado, mal oliente -interrumpió Marks entrando a la habitación con una taza roja llena del mismo liquido espeso que tenia yo. Su rostro pintaba una brillante sonrisa que no tardó en contagiarse a mi rostro de igual manera.

-si bien, ya lo sé -detuve divertido.

- ¿Por qué estabas insultándote?  -preguntó tomando asiento al otro extremo del sofá mientras daba un sorbo a su cálida bebida.

- ¿jamás has querido decirle lo que sientes a alguien, pero tienes miedo a que te rechacé porque esa persona solo te ve como su amigo? -pregunté sin mirarle dando un despistado suspiro.

-claro, con tu hermana -recordó –¿de quien te has enamorado pequeño saltamontes? -habló fingiendo voz de un sabio asiático.

No pude evitar reír ante eso -de un… alguien imposible -corregí rápidamente. El me miró interrogante y asintió. Sabia lo que se venía a continuación.

-Ethan Daniel Esteban Douson Valencia Arriaga -habló atropelladamente y yo reí.

-solo me llamo Ethan Douson baboso -corregí.

-tu calla, respeta a tus mayores -me detuvo tratando de no reír y logrando su cometido. Aunque sus ojos derrochaban diversión -tu sabes que nada es imposible amigo, ¿te gusta una chica? A por ella. Conquístala.  Yo te apoyo, siempre lo haré. Es más, yo te ayudo a conquistarla, prometo que intentaré que no se enamore de mi belleza cuando me vea -el se rio y yo con un poco de incomodidad lo hice también.

- ¿y qué pasa si no es una chica? -solté sin poder detenerlo. Los ojos del chico se posaron en mi y entonces trague seco.

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