capítulo 11

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Fingió ofenderse –yo…

-así es –interrumpí.

-cuando…

-sobre todo aquella vez cuando…

-entonces tu…

-y después llegó…

-y tuvimos que…

-¿te acuerdas? –reí con confusión

-oye –llamó mi atención mientras yo colocaba lo que ya habíamos cortado en un recipiente espacioso.

-dime –pedí.

-¿de qué hablamos? –preguntó divertida.

-no sé –admití y partimos a carcajadas ambos.

-eres todo un loquillo –bromeó.

-escucha eso –hice silencio dejando la canción “ciego” en cover de Lucah.

-me gusta más el original, o sea ellos cantan bien, pero… no soy fan –giré mi cabeza como vil exorcista.

-¿Cómo te atreves? Largo de mi casa –fingí molestia.

-acabo de llegar tarado, no puedo irme –me sacó la lengua con mucha madurez y empezó a hacer la salsa.

-rayos, entonces calla y deja disfrutar de la música a gusto –pedí. Aunque suena feo, extrañaba hablar así con ella porque no se ofende sino que, juega a hacerlo.

Chloe guardó silencio pero no fue incómodo. De hecho nada con ella lo era.

Era un silencio tranquilizador, de aquellos que te demuestran que a pesar de todo lo que se pasó, a pesar del tiempo; las cosas son como antes, como siempre. Como si nunca te hubiese roto el corazón. Como si nunca nos hubiéramos separado.

Como dos buenos amigos compartiendo un momento agradable sin necesidad de decir nada porque se conocen tan bien que las palabras salen sobrando.

Terminamos de hacer los tacos justo cuando el reloj dio las 6:30 pm.

Chloe corrió al baño de la habitación de mi hermana y yo al mío. Debía alistarme para la cena.

Duro una hora bañándome, pensando, cantando, bailando. Luego cambiándome y peinándome.

En total duro alistándome más que una novia para su  boda.

Me puse algo un tanto formal pero a la vez informal.

Mis levis un poco ajustado, no mucho, lo necesario. Una playera roja aeropostale, mis vans negras y un saco de vestir del mismo color encima. Mi cabello perfectamente acomodado con goma para cabello y un poco de loción “forever whiskonsin”.

Salí de mi habitación al mismo tiempo que Chloe y Van lo hacían. Se veian preciosas.

Me tome un segundo para mirar a mi hermana y buscar algo inapropiado que pudiera llamar la atención de uno de los Hudson, pero no.

No al menos que pudiera reclamar.

Mi hermana llevaba un vestido que le quedaba muy bien, de color negro, ajustado perfectamente a su silueta y unos tacones del mismo color. Un maquillaje simple, que solo la hacía ver más hermosa. Es un poco más arriba de su rodilla. Su cabello suelto con risos perfectamente definidos.
Esa chica es bella, aun si tuviera una bolsa de basura encima ella es la definición perfecta de belleza natural. Y su sonrisa solo hace que sus hermosos ojos color miel resalten.

-te ves preciosa –admití.

-lo sé bebé –me guiñó un ojo y miré a Chloe quien tenía una sonrisa tímida.

-también te ves preciosa Chloe. Esos chicos caerán babeando por ustedes y no sé si eso me agrade –dije en tono serio.

Ella llevaba un vestido azul cielo precioso a decir verdad, era estilo bintage muy su estilo. Era corto hasta la mitad del muslo, sus curvas se daban a notar muy bien y al igual que mi hermana llevaba un maquillaje simple pero muy hermoso. Su cabello lacio suelto.

-gracias –dijo con timidez y ahí noté una mancha verdosa en su brazo derecho.

-Chloe –le detuve -¿Qué es eso? –ella miró su brazo y sonrió con diversión.

-me caí cuando entre al cuarto de Vane –respondió con su tomo de: “¿enserio no sabes que tan estúpida puedo llegar a ser?”

-a bueno –suspiré -¿vamos? –extendí mis brazos y cada una se colocó a mis lados y tomaron mis brazos y así nos dirigimos a las escaleras. –Esperen –las detuve y ambas me miraron con el ceño fruncido.

-nos falta la música de entrada triunfal –explique y saqué mi celular buscando en mi lista de reproducción de música. Las chicas rieron por mi dramatismo.

Coloqué la típica canción esa de ya saben, entradas triunfales. O eso creí hasta que…

-Y la chona se mueve –la canción empezó a sonar en mi Samsung llamando la atención de medio mundo y las chicas a mi lado empezaron a bailarla como si de eso dependiera su vida.

-no –regañé avergonzado –esa no era –cambié la canción poniendo la correcta esta vez –ahora sí.

Ya teníamos toda la atención sobre nosotros y bajamos las escaleras con todo el glamour del mundo con las chicas a mis lados tomadas de mis brazos hasta que… Vanessa se dobló el pie perdiendo todo el glamour y el equilibrio haciéndonos perderlo a nosotros también.

Nuestra entrada triunfal se arruinó por segunda vez por la torpeza de la chica con risos de esta noche.

-no sé si son tus risos lo que te pusieron tan torpe o esos tacones que miden más que yo –hablé una vez que ayudé a mi hermana a ponerse de pie.

-lo que me pone torpe es tenerte cerca, tú me das mala suerte –me golpea y retoma todo el glamour como si fuera por una pasarela y esta vez no pierde el equilibrio.

Todos miraban la escena con diversión y como el gran ególatra que soy, aproveché la oportunidad de que todos me observaban para saludar como un político en campaña.

Comencé con mis padres que eran los que estaban más cerca, seguí con Daniel después estaba Amelie seguida de Zach y Jonah, mis tíos, los señores Andersson y por ultimo Maddie.

-¿y los chicos? –me dirigí a Thomas.

-se fueron detrás de Vanessa cuando pasó –habló con picardía.

Eso dolió. Mi ego, se ha caído. Un poco, solo un poco.

-ey bro, ¿no nos presentas a tu novia? –habló el mayor de lo Hudson. Zach.

-ella no…

-ella es Chloe –interrumpí la aclaración de mi tío–Chloe ellos son los hermanos Hudson. Zach el mayor, el mediano Daniel y el menor Jonah –señalé a cada uno. –Ellas son las mellizas Amelie y Maddie –presenté con una sonrisa ladina.

-mucho gusto –habló Chloe con timidez –Chloe Collier.

-hermano, si no fuera tu chica yo…

-ella no es… -interrumpió Tomas

-sí, mantente alejado –interrumpí de nuevo.

EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora