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POV (...)

Llamé al timbre pero no respondió nadie, así que estuve llamando hasta que me abrieron la puerta.

- ¡¿Quién es a estas horas?! - dijo Karma medio dormido - oh eres tú... Un momento, ¡eres tú!

- ¿Estabas durmiendo?

- Pues claro, ¿qué hora te crees que es?

- No lo sé, no tengo reloj ni móvil.

- Son las cinco de la madrugada.

- ¿¡Las cinco!? ¡Entonces me he tenido que recorrer medio Tokio!

- Bien por ti, en fin, ¿qué querías?

- Ah, quiero mi móvil.

- No tienes móvil, lo he tirado al río.

- ¿¡Que has hecho qué!?

- Me dijiste que no querías que lo encontraran, ¿no? Pues entonces lo tiré al río, ahí seguro que no lo encuentran.

- Serás... - iba a sacar un cuchillo que conseguí robarle a Karasuma sin que se diera cuenta, pero Karma me detuvo.

- Hoy ya me has cortado en el brazo, es suficiente por hoy, si quieres te ayudo a buscarlo.

- Para qué, ya no debe funcionar.

Karma soltó una risita y luego se apartó de la puerta.

- Pasa.

- ¿Eh? ¿Para qué?

- Sólo pasa.

No muy convencida entré y Karma cerró la puerta, luego se dirigió hacia una cómoda y de un cajón sacó mi móvil.

- ¿No lo habías tirado al río?

- Si lo tiraba al río probablemente me hubieras matado o algo así, así que pensé en guardarlo en mi casa y hacerte creer que lo tiré y cómo eres tan tonta te lo creerías.

- Deja ya de insultarme teñido.

- No eres la más adecuada para decir eso, además, es natural.

- Ya claro - dije quitándole el móvil de las manos -. Nee teñido-kun~ ¿puedo robarte comida?

- ¿Qué clase de asesina pide permiso?

- Ninguna, pero me lo tomaré como un sí.

Fui hacia la cocina y abrí la nevera, habían muchas cosas que tenían muy buena pinta, pero yo quería patatas, así que rebusqué en todos los cajones y armarios hasta encontrar lo que quería, ¿el problema? Que habían muchas patatas diferentes pero no sabía que ponía en cada una de las bolsas porque todo estaba en japonés.

- ¿Por qué tienes tantas patatas diferentes?

- ¿Qué más te da? Coge unas y vete de aquí.

Cogí unas que parecían ser "normales" y Karma me acompañó hasta la puerta, pero antes de abrirla me paré enfrente de esta.

- ¿Qué pasa? - preguntó.

- Nee teñido-kun~ ¿puedo quedarme en tu casa?

- ¿Hee?~ ¿Primero me cortas, luego me robas comida y ahora quieres quedarte en mi casa? - preguntó burlón.

- Tus padres no están aquí, ¿no? Supongo que no te importará que me quede aquí unos días hasta que encuentre algún sitio en el que pueda vivir, ¿verdad?

Karma suspiró, pero después de hora y media intentando convencerlo finalmente conseguí que me dejara quedarme en su casa.

Observé la casa de Karma, todo estaba muy ordenado y la casa era bastante grande para que sólo viva él en esta, ya me encargaría yo de desordenarla.

Una asesina no puede amar a alguien [ Karma Akabane y Tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora