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POV  (...)

Karasuma no dejaba de mirarme.

Él estaba comenzando a recuperarse y cada vez tenía más movilidad, pero no la suficiente como para caminar por si solo. 

Lo cierto es que yo tampoco estaba para tirar cohetes y esa era la principal razón por la que el del gobierno no me quitaba ojo de encima. Los efectos de la droga habían desaparecido por completo así que podía sentir todo el dolor que el virus artificial me estaba ocasionando. Todos eran conscientes de que estaba infectada, sin embargo nadie decía nada. Tampoco es que hubiera algo que puedan hacer.

Ya casi habíamos llegado a la zona VIP, pero la puerta de atrás estaba cerrada, por lo que no podíamos pasar a no ser que atravesáramos toda la terraza por la que habían muchos clientes relajándose y drogándose disfrutando la noche.

- Destacaremos mucho si vamos todos... - comentó Isogai.

- No te preocupes, iremos nosotras - respondió Megu con seguridad.

Todas las chicas excepto yo estaban en un grupito frente al resto confiadas y dispuestas a pasar por aquel lugar y acceder a la aquel lugar para después abrir la puerta desde dentro.

- No... Es demasiado peligroso - dije reuniendo unas pocas fuerzas que tenía reservadas para ocasiones así - iré con vosotras.

Intenté aparentar estar bien, pero me parece que nadie se lo creyó.

- Si vas con ellas probablemente tendrán que cuidar de ti y sólo serás un estorbo - advirtió Karasuma.

- Mi simple presencia ya asustará a muchos de ellos - respondí burlona - pero por si acaso, deberíamos llevar a alguien más.

- ¡Oh! Yo sé a quién - dijo vacilón el pelirrojo mientras miraba a Nagisa.

El pequeño peliazul sintió todas las miradas sobre él un poco asustado.

- Me sabe un poco mal tener que hacerte esto pero me parece una buena idea - accedí mirándole con un poco de pena.

- ¡¿Tú también (...)-chan?! - se quejó el pobre.

Una de las chicas "tomó prestada" la ropa de alguien que dejó sus prendas cerca de la piscina sin más y vestimos a Nagisa con aquello. El pelirrojo definitivamente estaba disfrutando aquello mucho.

No lo voy a negar, le quedaba bastante bien y colaba perfectamente como una chica. Si consigo llevármelo a Estados Unidos cuando acabemos con todo esto y lo entreno como asesino podrá ir en muchas misiones de infiltración si se disfraza de mujer.

Estaba claro que el chico no quería salir vestido así ya que no se sentía cómodo en absoluto. Sin embargo la mayoría de chicas estaban decepcionadas porque no destacaba mucho pero el peliazul agradeció aquello, pues ese no era el objetivo.

Salimos en grupo a aquella terraza como si fuésemos clientas de aquel hotel para criminales. Y qué decir, nada mas pasar por la puerta, a Nagisa le había cogido un chico de nuestra edad del hombro pensando que realmente era una chica. Al final resultaba que quería estar con "ella" y quiso llevarla a tomar algo. El peliazul estaba buscando excusas para no ir, pero si no nos quitábamos a este sujeto de encima sería prácticamente imposible avanzar. 

Me acerqué a nuestra querida Nagisa y pasé mis brazos por sus hombros y pegué su espalda contra mi pecho. El chico, quien me reconoció enseguida, retrocedió asustado. Al peliazul también se le notaba nervioso y hasta cierto punto es normal porque una chica le está "abrazando" por la espalda pero viniendo de mi no debería sorprenderles.

- ¡¿(...) Lucky?! - dijo el chico asustado - ¡¿Q-Qué haces aquí?!

- ¿Qué pasa? Tengo el mismo derecho a estar aquí que tú - me quejé -. El caso es que puedes llevarte a mi amiga Nagisa un rato, pero enseguida iré a por ella y - solté al peliazul y me acerqué al sujeto cuyo nombre era Yuuji o eso creí escuchar, le agarré de la camiseta y le miré amenazante - como le pongas una mano encima puedes despedirte de tu querida vida - susurré de manera siniestra.

Una asesina no puede amar a alguien [ Karma Akabane y Tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora